Iche Santiago, forjador de los hermanos Díaz, relata la ‘llamada al bullpen’ que le salvó la vida
El exrelevista de los Royals de Kansas City hizo que pasara desapercibido una delicada situación de salud que vivió desde el 2019 y que recién supera.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Muchos conocedores del béisbol en Puerto Rico saben que detrás del éxito de los hermanos taponeros Edwin y Alexis Díaz está la instrucción técnica del exrelevista de las Grandes Ligas, José ‘Iche’ Santiago.
Lo que pocos conocen, sin embargo, es la delicada situación de salud con la que tuvo que lidiar Santiago para poner en forma a esos caballetes y crearles una estilo de lanzar que es prácticamente idéntico y sin dudas, exitoso.
Santiago recibió el pasado 7 de julio, luego de tres años de vivir recibiendo tratamiento de diálisis, un transplante de rinón. Y aunque con el nuevo órgano su vida ha regresado a una normalidad, vale destacar que Iche nunca faltó a una de sus sesiones de entrenamiento con los hermanos Díaz, además de con el también relevista Joe Jiménez, de los Braves de Atlanta.
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“Mucha gente no lo sabía porque a la verdad que yo no lo aparenta”, confesó Santiago. “En ese tiempo trabajaba con ‘Sugar’, con Alexis. Ahora tengo a Joe también. Trabajaba en las academias de Luquillo, Fajardo, en Cayey, y tengo mi propia academia en Loíza con la alcaldesa. Siempre me mantuve ocupado, en movimiento, haciendo ejercicios. No me quedé en casa esperando a que pasara algo. También tuve el apoyo de mi familia y aquí estamos”.
La citación de la operación fue inesperada, aunque dijo que, como en los partos, tenía la maleta lista todos los días para salir al hospital al momento en que entrara la ‘llamada al bullpen’
La llamada fue en un día de trabajo, el 6 de julio, cuando iba a encontrarse en Tampa Bay con Jiménez durante una serie de los Braves ante los Rays.
“De camino a Tampa a ver a Joe me llamaron de tenía que ir para Dallas, que había un riñón disponible para mí. Y a las siete de la mañana del 7 de julio estaba en Dallas“, contó sobre la operación costeada por la Asociación de Peloteros de MLB. “Todo fue rápido y la recuperación ha sido rápida también”.
Santiago lanzó ocho temporadas en las Grandes Ligas, siendo las primeras cuatro temporadas y media con los Royals. Terminó su carrera en las Grandes Ligas con los Mets de Nueva York en el 2008 ante de regresar a la pelota profesional de Puerto Rico y representar a la Isla en la Serie del Caribe del 2007. Se retiró finalmente en el 2009.
Santiago dijo que nunca estuvo desesperado en el bullpen esperando la llamada. Detalló que estaba tranquilo, aunque con la maleta en mano, porque estaba funcional gracias a la diálisis y a que supo de experiencias de personas que habían pasado mucho más de tres años a la espera de un transplante.
Sí dijo que hubo una falsa llamada y otra indisponibilidad de viajar que le atrasaron la operación.
“Estaba tranquilo porque me estaba sintiendo bien con la diálisis. Antes de la operación me habían dado dos llamadas a operación. Una vez llegué a Dallas y el riñón no me lo pudieron poner; no sé por qué. Regresé, y como a las dos semanas me volvieron a llamar y, cuando trato de conseguir pasajes, no había disponible de viajar y ellos no podían esperar dos días para ponerlo. Siempre tenía la maleta listo. Gracias a Dios la última ve se dio y aquí estamos”.
También dijo que el 2019 fue difícil porque su salud empeoraba y no estaba diagnosticado.
“Terminando el 2018 para el 2019 fue difícil porque ahí me di cuenta de que los riñones me estaban fallando y empecé a llenarme de agua y líquido en los pulmones. Estaba a un nivel en que no podía ni caminar porque me asfixiaba. Empezaron a darme diálisis y, si no me equivoco, me sacaron 50 libras de aguas del cuerpo”, dijo.
Hoy día esta normalizado, con una dieta no restringida, pero igualmente teniendo cuidado con la alimentación y su cuido personal en términos generales.
Y está trabajando con Alexis Díaz, que empató la pasada semana con su salvamento 34 la mayor cantidad de rescates por un relevista boricua en su segunda temporada en las Grandes Ligas. El récord lo comparte con su hermano, precisamente.
Además, tiene a Jiménez en forma hacia lo que parece que será una segura aparición de los Braves en la postemporada.
“Lo puse en las manos de Dios. Si llegaba el transplante bien. Si no, seguía con esta máquina de diálisis porque me estaba yendo bien”, dijo.