San Francisco. Cuando los Medias Rojas de Boston llamaron a Orlando Cepeda en 1972 para que fuera su primer bateador designado en la próxima temporada, el entonces desempleado y futuro miembro del Salón de la Fama no lo pensó dos veces.

“Boston me llamó para saber si estaba interesado en ser su DH (siglas en inglés para bateador designado) y les dije que sí”, recordó Cepeda el miércoles.

“El bateador designado me llevó al Salón de la Fama”.

Esa posición de bateador designado, que revolucionó el béisbol a pesar de sus críticas, cumple 40 años, y Cepeda fue invitado a Boston el próximo 8 de mayo para conmemorar el aniversario. Se espera que el boricua visite, además, hospitales para compartir con algunas víctimas del bombazo en el Maratón de Boston.

“Significa mucho para mí (el homenaje). Todos los días me digo a mí mismo lo afortunado que he sido de haber tenido las habilidades para jugar béisbol”.

En 1972, el ex toletero boricua no tenía una idea clara de lo que serían sus nuevas funciones, pero el nuevo experimento en la Liga Nacional le vino muy bien.

Cepeda apenas jugó tres partidos con Oakland esa temporada luego de adquirirlo procedente de Atlanta. Fue puesto en la lista de inhabilitados por una lesión en la rodilla –que le molestó por el resto de su carrera– antes de dejarlo libre.

Según los Medias Rojas, Cepeda se convirtió en el primer jugador en ser firmado expresamente para ser bateador designado.

“No sabía nada sobre DH”, dijo Cepeda. “Primero hablaron de que sería por tres años, pero a la gente no le gustaba. Decían que no iba a durar mucho”, recordó Cepeda.

Esa temporada y con 35 años, “el Bambino Boricua” bateó para .289 con 20 cuadrangulares y 86 carreras remolcadas para ser seleccionado el Bateador Designado del Año.

“Fue uno de mis mejores años, porque estaba jugando con una sola pierna. Ambas rodillas me estaban molestando, pero fui el Bateador Designado del Año”, rememoró.