¿Hasta cuándo los electores del Salón de la Fama le pasaran factura a Carlos Beltrán?
El boricua pagó este año el precio por su parte en el escándalo del robo de los señales de los Astros de Houston en el 2017. Queda pendiente por verse por cuánto tiempo lo enjuiciarán.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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En su mensaje para anunciar ayer martes la elección de Scott Rolen como el único exjugador seleccionado para ingresar al Salón de la Fama del Béisbol este verano por elección del comité de periodistas que escriben de béisbol en Estados Unidos, el presidente del recinto y museo del béisbol con sede en Cooperstown, Nueva York, Josh Rawitch destacó que entre los elementos que consideraron los electores al momento de votar estuvieron los factores de la integridad y el carácter de los individuos que estaban en la papeleta.
Y por lo visto, ese factor ciertamente entró en juego en el primer año de elegibilidad del exguardabosque boricua Carlos Beltrán, quien solo recibió el favor del 46.5 por ciento de los electores miembros de la Asociación de Escritores del Béisbol en América. Para ser elegido un exjugador necesita alcanzar el favor de al menos el 75 por ciento de los electores. Los votantes, de hecho, son exclusivamente miembros de la Asociación de Escritores del Béisbol en Estados Unidos, gente que cubren diariamente la pelota de las Mayores. Ellos son los primeros que consideran los méritos de los exjugadores, esto a partir del quinto año del retiro de un jugador y por al menos 10 años, requiriéndose que un exjugador reciba el menos el favor de un cinco por ciento de los electores para mantenerse en consideración en siguientes años. De quedar fuera por no alcanzar ese 5 por ciento o vencer los 10 años de elegibilidad, hay otros comités que podrían considerar los méritos posteriormente.
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En el caso de Beltrán, éste tendrá otra oportunidad en el 2023 y en total, si fueran necesarias, otras ocho adicionales. En cuanto de la que acaba de vivir, todo tiende a indicar, que al menos en este primer año, el grupo envió un mensaje de desagrado al hecho que Beltrán fue miembro en el 2017 del equipo de los Astros de Houston que se coronó campeón de la Serie Mundial pero que posteriormente se conoció tuvo en operación un sistema de robos de señales mediante el uso de tecnología y otras estrategias menos sofisticadas para traspasar la información a sus bateadores.
Considerando ese factor, Beltrán logró solo conseguir un total de 181 votos favoreciendo su ingreso este año. Le faltaron conseguir 111 votos más para alcanzar el mínimo del 75 por ciento del favor.
Y no hay dudas que el factor ha sido uno mediante el cual los electores han dado más peso al carácter y la integridad que a los números ofensivos del pelotero.
Sin entrar en los méritos que existen entre un tercera base como Rolen y un guardabosque como Beltrán, los números ofensivos del boricua en general son superiores a los del jugador natural de Indiana.
Rolen, por ejemplo, en su carrera de 17 temporadas bateó .281 con 316 jonrones, remolcó 1,287 carreras, anotó 1,211 y se robó 118 bases. De otra parte, en postemporada bateó .220 con 5 jonrones y 12 RBI en 39 juegos. Fue Novato del Año en el 1997, jugó en siete Juegos de Estrellas y ganó ocho Guantes de Oro.
Beltrán, por su parte, en 20 campañas bateó .279 con 435 jonrones, 1,587 remolcadas, 1,582 anotadas y 312 bases robadas. Más significativo aún, en fases de playoffs acumuló promedio de .307 con 16 cuadrangulares y 42 carreras remolcadas en 65 juegos. Fue igualmente Novato del Año en el 1999, jugó en nueve Juegos de Estrellas y ganó tres Guantes de Oro.
Beltrán era, por lo tanto, un candidato que sacando el tema del escándalo del robo de señales del equipo debió haber recibido mejores números. Vale destacar, de hecho, que ese vínculo con el asunto de los Astros y la injusta identificación de su nombre como el del único pelotero mencionado por el comisionado del béisbol, Rob Manfred, al momento de repartir castigos, es lo único malo que alguien ha tenido que decir del manatieño en sus 20 temporadas en las Mayores.
Sobran además méritos para su consideración para ingreso a Cooperstown en futuras elecciones, quizás en la que se realizará a finales de este mismo año. Por ejemplo, que es el único ambidextro en la historia del juego con al menos 300 jonrones y 300 bases robadas y tan solo el cuarto en la historia con al menos 400 jonrones, gesta solo lograda antes que él por los miembros del Salón de la Fama Mickey Mantle, Eddie Murray y Chipper Jones.
Queda por lo tanto pendiente por conocer cómo será evaluado Beltrán en futuros años. Pudiera darse el caso que su entrada sea negada solo un año, como sucedió con Roberto Alomar, quien en su primer año de elegibilidad pagó un precio similar por medio de electores que le castigaron por el momento de su carrera en que escupió a un árbitro. En su primer año de elegibilidad, el segunda base boricua se quedó corto de ser elegido al solo recibir el favor del 73.7 por ciento de los electores y un año después el número subió al 90 por ciento del favor.
Pero hay otra historia que Beltrán puede mirar con esperanza. Y es la del propio Rolen, quien en su primer año de elegibilidad, en el 2018, solo recibió el favor del 10.2 por ciento de los electores. Ese número subió a 17.2 en el 2019, a 35.3 en el 2020, a 52.9 en el 2021 y a 63.2 en el 2022, antes de finalmente superar el 75 por ciento este año.
Hay otros ejemplos más. Duke Snider recibió el favor de solo el 17 por ciento en su primer año de elegibilidad en el 1970; Bert Blyleven 17.5 en el 1998; Mike Mussina 20.3 en el 2014; Larry Walker 20.3 en el 2011; y Don Drysdale 21.0 en el 1975. Todos ellos eventualmente llegaron a recibir el favor de los electores.