Los Dodgers de Los Ángeles hicieron honor a su nombre al acordar esquivar millones de dólares en el contrato del japonés Shohei Ohtani para complacer los pedidos del solicitado jugador y, por su parte, tener espacio en la nómina para sumar otros contratos millonarios de jugadores que le ayuden a regresar al título y que le eviten pagar el impuesto de lujo que MLB cobra a los equipos que se exceden del máximo de nómina.

El golpe de la ‘bola de impuesto’ que los Dodgers esquivaron, sin embargo, puede regresar con efecto de bumerang desde la oficina de MLB porque el contrato entre el equipo y Ohtani no ha sido sometido aún ante organismo, y por lo tanto, no ha sido aún aprobado por un organismo que tiene historial de rechazar contratos sospechosos u modificaciones a contratos.

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Pero por ahora, la esquivadera de los Dodgers ha generado discusión por aceptar pagarle de manera diferida a Ohtani una suma de dinero que levantan cejas. Los Dodgers acordaron pagar al japonés por temporada $2 millones de los $70 millones que acordaron por año durante 10 temporadas. Los Dodgers pagarán la diferencia de $68 millones por temporada cada año a partir del 2034 al 2043.

Han descrito el acuerdo de un total de $700 millones por 10 años como genialidad gerencial hasta a decir que es una aceptable listería. Sobretodo han dicho que es legal porque lo que hicieron los Dodgers y Ohtani no lo evita, condena o advierte el reglamento de MLB.

Pero también han dicho que los Dodgers se pasaron de listos y que MLB y los dueños de equipos de mercado pequeño tomarán cartas en el asunto porque no pueden competir económicamente con los Dodgers y los Yankees de Nueva York en la competencia de atraer superestrellas a sus equipos, como fue el caso de los Blue Jays de Toronto que perdieron la puja por Ohtani.

El ex jugador y analista para ESPN, Eduardo Pérez, es de lo que dice “bien por el jugador” al lograr un contrato así. Los $68 millones diferidos cada año a partir del 2034 serán libres de impuestos considerando que el jugador se mude a su país y no los reciba en un Los Ángeles en el que la taza de impuesto es de las más altas en Estados Unidos.

En términos de MLB, Pérez opina que no hace falta reglamentación para evitar cantidades exhorbitantes de dinero diferido. Pérez explicó que reglamentación para un jugador, o tal vez tres, uniendo en el rango de Ohatni al dominicano Juan Soto y al venezolano Ronald Acuña, no hace sentido.

“Ohtani es el único. No creo que la oficina del Comisionado se sienta presionada para hacer reglamentación”, precisa.

Soto fue adquirido por los Yankees de Nueva York y será agente libre luego de la Serie Mundial del 2024. Los Yankees pudieran ahora mismo imitar a los Dodgers con Soto y hacer espacio en su nómina para fortalecer más su equipo.

Como quiera, Pérez recodó que MLB no ha necesitado reglamentación para controlar los pagos diferidos en el pasado. Pérez recordó que Ohtani no es el único pelotero que ganará dinero diferido en MLB. Mencionó al lanzador Max Scherzer, quien juega con los Rangers de Texas y sigue recibiendo dinero de los Nationals de Washigton y los Mets de Nueva York, equipos para los que jugó previo a Texas.

Pérez detalló que el contrato de Scherzer con los Nationals fue de $210 millones, incluidos $110 diferidos. Con los Mets, Scherzer firmó por $170 millones, de los cuales $39 millones son diferidos.

“Scherzer está cobrando de tres equipos ahora mismo”, dijo.

Para culminar su punto, Pérez recordó el ejemplo clásico de dinero diferido: Bobby Bonilla con los Mets de Nueva York.

“Al día de hoy celebramos el Día de Bobby Bonilla por ese contrato de dinero diferido”, dijo.

Bobby Bonilla (derecha) es uno de los clásicos casos de pagos diferidos en las Grandes Ligas.
Bobby Bonilla (derecha) es uno de los clásicos casos de pagos diferidos en las Grandes Ligas. (XAVIER ARAUJO)

La práctica del dinero diferido comenzó en la década del 1980 con el fenecido lanzador Bruce Sutter, quien se retiró en el 1990 y él o su familia recibió dinero de los Braves de Atlanta hasta el 2022. Manny Ramírez, Ken Griffey, hijo, Chili Davis son solo algunos otros nombres de peloteros que han seguido recibiendo pagas de dinero diferido, aunque ninguno por la astronómica cantidad diferida de Ohtani.

El agente Melvín Román opina igual que Pérez en sentido de que felicita al jugador por ese acuerdo y en que cree que MLB no tomará cartas en el asunto. Román es el agente del retirado Yadier Molina y del activo pelotero de los Twins de Minnesota, Cristian Vázquez, entre otros.

“No hay nada en récord que no lo permita. Es algo que se ha hecho y cada organización toma sus propias decisiones. En mi opinión no creo que haya impacto para cambiar esa regla”, dijo Román.

Román agregó que el impacto del pago diferido no es tan grande sobre el impuesto de lujo ya que de acuerdo al convenio colectivo entre MLB y la Asociación de Jugadores el valor real a considerar no importando el dinero que gane anualmente durante su carrera y los que ganará de manera diferida será de alrededor de $46 millones anuales.

“Al final del día, el valor actual es de $440 millones por 10 años, lo que baja el promedio salarial por años a $43 millones. El impacto del dinero diferido no es tan grande”, dijo.

Ahora bien, todo es revisable. ¿Qué vino primero, la ley o la trampa? La trampa, porque la ley es para prevenirla.

Hay quienes creen que MLB debe reglamentar qué cantidad de dinero puede un equipo pagar diferidamente para que no evada su responsabilidad con el impuesto de lujo creado como medida para proteger un balance competitivo entre los equipos de mercados grandes y los de mercados pequeños. MLB distribuye a los equipos que no rebasan el límite de nómina parte del impuesto de lujo cobrado a los equipos que sí se pasaron de nómina.

El abogado y profesor de derecho deportivo, José Marxuach, ve el caso de Ohtani y los Dodgers desde las perspectiva de la organización y cree que debe haber un control en cuanto a la cantidad de dinero que pueda un contrato pagar diferidamente. Marxuach es abogado de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente y vicepresidente de la Federación Puertorriqueña de Voleibol.

Marxuach dijo que cree en el mercado libre en que un jugador puede firmar por $1 billón si algún equipo le quiere dar esa cantidad de dinero. También cree que el mismo juego de béisbol crea su balance competitivo al ser un deporte en que el más malo o el más pobre le puede ganar una serie al más bueno o rico.

Pero cree es excesivo el caso de los Dodgers y Ohtani.

“Lo que hicieron los Dodgers es legal pero estoy seguro que le van a poner un tope, en el que no puedas diferir más del 60 por ciento del contrato, o algo así. Si eso no pasa, ¿quién va a ir a Tampa, a Miami, a Oakland, ahora Las Vegas. Todos esos equipo son los que no tienen la capacidad económica para atraer a Ohtani”, argumentó.

“El problema con esto es que los equipos ricos”, continuó, “no van a tener ninguna restricción porque los únicos luxury taxes que pagarán son los de los jugador que se paga solo, como Ohtani. Y el juego mantiene su propio balance, pero si esto es así, los Dodgers y los Yankees, los equipos con mucho dinero y atractivo, va a atraer a todo el mundo sin restricciones”, agregó.