Fernando Cruz está muy agradecido con el camino recorrido
La ruta que le tocó fue más larga, pero gracias a personas en su vida y a su incesante trabajo, el lanzador bayamonés debutó en las Grandes Ligas en 2022, a los 32 años.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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No hay mejor momento que aquel en el que una meta se convierte en realidad, haya conllevado mucho o poco esfuerzo, aunque los primeros suelen ser más satisfactorios.
En cuanto a eso se le puede consultar al lanzador bayamonés Fernando Cruz, quien el pasado 2 de septiembre cumplió el reto que se había impuesto desde niño de ser un jugador de Grandes Ligas. Lo consiguió a los 32, quince años después de que fuese escogido en el Draft y siete desde que jugó por última vez en el sistema de ligas menores estadounidense.
Fue una de las noticias más inspiradoras del béisbol este año, y por supuesto, detrás de su historia hay una enseñanza, y mucho agradecimiento.
“Puedo decir que estoy totalmente agradecido al Señor”, dijo Cruz vía telefónica al ser abordado por este diario. “Le sirvo hace siete años. Estuve ese mismo tiempo esperando por esta oportunidad y estoy sumamente agradecido no solo con el Señor sino con los instrumentos que él usó aquí, como la compañía donde entreno, la compañía donde me trabajan el pitcheo y la mecánica, y con muchas personas a mi alrededor”.
Entre las personas a su alrededor, hay una que no es segunda ante nadie ni nada para Fernando.
“Omaley Quiñones, mi esposa, ha sido la bendición más grande que Dios me ha dado. Ella ha sido el tronco, la que ha estado ahí en las altas y bajas y es la que se merece lo que nos está pasando hasta más que yo”, afirmó el derecho.
“Ella es una campeona. Brega con nuestros cuatro niños, conmigo, con la casa…da toda su vida por el bienestar nuestro, por lo que tengo que estar muy agradecido con mi esposa primero que todo aquí en la Tierra. También estoy agradecido por la oportunidad de lograr mi sueño a la edad que tengo y después de haber trabajado tanto. Muy agradecido con el Señor y las personas que ha puesto en mi camino”, agregó.
Otra persona a la que Cruz agradece mucho es al entrenador Josué Lionel, a quien describió como “mi mentor, mi papá espiritual, mi entrenador. Es la persona que ha estado mano a mano conmigo siempre”.
Y por supuesto a su agente Héctor Gómez. “Todo el mundo le cerraba las puertas y el tipo seguía ahí y ahí. Y ahora aquí estamos”.
Cruz fue seleccionado en la sexta ronda del Draft del 2007 por los Royals de Kansas City cuando jugaba como antesalista. Firmado por el respetado Johnny Ramos, en el 2009 decidió cambiarse a receptor antes de pasar a Clase A en el 2010.
En el 2011 decidió hacer el cambio a lanzador y en el 2012 terminó relaciones con los Royals. Este se mantuvo lanzando en la pelota boricua con los Indios de Mayagüez, Leones de Ponce, Cangrejeros de Santurce y los Criollos de Caguas en la pelota invernal, además de en la pelota Doble A, y en el 2015 le surgió un ofrecimiento de parte de los Cubs de Chicago, con quienes jugó a nivel A fuerte, AA y AAA, pero ese capítulo no rindió frutos.
Ahí comenzó entonces un periodo de siete años en el que Cruz, además del Béisbol Superior Doble A, jugó en ligas independientes de Estados Unidos y México. Ha visto acción con los Caribes de Anzoátegui en Venezuela, con los Tigres de Licey en Dominicana y con los Charros de Jalisco en México.
Y luego de muchos años de trabajo sin los resultados deseados, el enfoque comenzó a cambiar un poco hacia una carrera en Asia o en México. Pero la meta nunca salió de la mente de Cruz.
A principios de 2022 volvió a recibir una invitación para los campos primaverales y Cruz sabía que tenía que aprovecharla.
“Así que fui a competir por un espacio en el equipo de AAA. Me lo gané y me dieron la bola. Me hice el cerrador del equipo, puse los números y el trabajo, y gracias a Dios llegó la llamada en septiembre”, indicó Cruz. Debutó con dos ponchetes en labor de una entrada ante los Rockies de Colorado.
En el proceso de llegar al máximo nivel, Cruz acumuló siete participaciones en la Serie del Caribe y medallas de oro con el Equipo Nacional de Béisbol en los Juegos Centroamericanos de Barranquilla en 2018 y en los Juegos Panamericanos de Lima en 2019.
Cruz le da el crédito principal de su éxito a la presencia de Dios en su vida. Dijo que desde hace siete años es parte de la Iglesia Restauración en Cristo de Bayamón, una iglesia apostólica. Expresó que desde entonces, “gozo de una familia hermosa, de prosperidad, de paz, alegría y del amor de Dios en mi vida y en la de mi familia”.
“Cuando Dios nos da un talento no los da para disfrutarlo al máximo, para que lo explotemos. Nunca pasó por mi mente quitarme. Siempre supe que Él me dio ese talento por alguna razón, por lo que seguí adelante y logramos lo que queríamos”, explicó. “Sabía que eran cosas que tenía que seguir trabajando. No dentro del terreno, sino fuera de él. Había muchas cosas que poner en orden, las puse en orden y ahí llegó el momento de ir a Grandes Ligas”, dijo, sin abundar.
Cruz dijo que el Día de Acción de Gracias, como lo expuso en las líneas anteriores, tiene muchas cosas por las cuales dar gracias, pero comunicó que cada día que abres los ojos da gracias por el giro que ha dado su vida.
Incluso, hasta el lector podría ser objeto del agradecimiento de Cruz, quien recordó el apoyo que le han brindado sus compatriotas y todos los mensajes que recibió cuando logró la meta por la que trabajó tanto.
“Hicimos el trabajo que teníamos que hacer en el tiempo en que estuvimos en Grandes Ligas y ayudamos al equipo lo mejor que pudimos”, dijo Cruz. “Y ya estamos trabajando para que el 2023 sea mejor aún. Para que los Reds de Cincinnati le den una sorpresa al mundo”.