Tanto Mako Oliveras como Edwin Rodríguez opinaron que al gesto de Gurriel de llevarse los dedos a los ojos para estirarlos y simular rasgos asiáticos, tras pegarle un jonrón al lanzador japonés de los Dodgers, se le ha dado demasiado color.

“Fue una idiotez. Y el está consciente. Los que hemos compartido con él (Gurriel) y estamos en este ambiente sabemos que no fue en ánimo de ser ofensivo. Fue un chiste o una broma. No creo que lo haya hecho con el ánimo de ofender, especialmente cuando lo hizo en la casi intimidad del dugout, donde ahora hay cámaras. No fue corriendo las bases ni fuera del estadio ni nada”, dijo Rodríguez.

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 “Los americanos y los afroamericanos dicen y hacen cosas más ofensivas que esa hacia los latinos. Hace unos años Torii Hunter, en una entrevista en un medio nacional, nos tildó a los latinos de “impostores”, y no hubo suspensiones, ni lo tildaron de racismo ni nada. Creo que MLB se vio casi obligada a la suspensión por el escenario en que ocurrió”, dijo Rodríguez sobre el incidente suscitado en el tercer partido de la Serie Mundial.

Oliveras, por su parte, señaló que se le ha dado más connotación de la necesaria al incidente.

“No creo que haya tenido la intención de faltarle el respeto, y ya dijo que estaba arrepentido. Pero hay que recordar que fue ante la televisión y que MLB tiene mucho interés en Japón y tuvo que tomar cartas en el asunto”.