El virus aplazó un sueño de Sugar Díaz
El taponero de los Mets de Nueva York tenía alrededor de 320 entradas para que amigos, familiares y vecinos lo vieran en el primer juego de la serie en San Juan ante los Marlins, la cual fue suspendida el jueves.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Las circunstancias difíciles que enfrenta Puerto Rico y el resto del planeta con la pandemia de coronavirus hacen que sea un poco más llevadera la decepción que siente el lanzador de los Mets de Nueva York, Edwin ‘Sugar’ Díaz de que los partidos programados para abril en el Estadio Hiram Bithorn fuesen cancelados.
Díaz, taponero de la novena neoyorquina, vendría a San Juan los días 28, 29 y 30 de abril para librar ante los Marlins de Miami una serie de temporada regular ante sus compatriotas puertorriqueños, el sueño de muchos peloteros.
“Se siente un poco mal porque era un sueño que íbamos a lograr los peloteros puertorriqueños de ambos equipos: jugar ante nuestra gente”, dijo Díaz, quien se encuentra en Puerto Rico junto a su familia. “Pero nada de esto está en nuestras manos y por eso estamos tranquilos, cumpliendo con el toque de queda y esperando a que todo esto pase”.
El jueves, la empresa organizadora del evento, MB Sports, informó mediante un parte de prensa que los partidos programados para San Juan quedaban cancelados debido a las complicaciones creadas por la pandemia y sus efectos sobre Major League Baseball (MLB).
Una de las cosas que más lamentó Díaz es que tenía alrededor de 320 boletos comprados entre él y su familia para repartirle a vecinos, amigos y familiares para que fueran a verle subir a la lomita con el uniforme de los Mets, en el que sería su debut como pelotero profesional en Puerto Rico.
Será en una próxima ocasión. La situación no está en nuestras manos y es momento de enfocarse en otras cosas. Pero no pierdo la esperanza de que en un futuro, con el favor de Dios, podamos jugar ante los puertorriqueños.
-Edwin 'Sugar' Díaz / Lanzador de los Mets
“Es triste”, dijo el taponero de poderosa recta, que en lo que la emergencia transcurre y esperando que el mundo del béisbol después de la pandemia no sea muy diferente al que conocía, se mantiene realizando los ejercicios que puede y soltando el brazo en el patio de su casa.
“Lo poco que hago lo hago en mi casa con mi hermano (Alexis, de la organización de los Rojos de Cincinnati) porque las facilidades están cerradas y en el patio tengo suficiente espacio para entrenar algo”, explicó el nativo del barrio Daguao de Naguabo.
“Lo hago para mantenerme porque lo que faltaban era como dos semanas de ‘spring training’ y ya estábamos ready para jugar. Ahora habrá que ver cuando se puede jugar”, manifestó.
Major League Baseball primero canceló toda la actividad relacionada a ‘spring training’ y luego ordenó el cierre de las facilidades primaverales y que los jugadores se marcharan a sus hogares, salvo ciertos casos. Luego, la organización adoptó una recomendación del Center for Disease Control and Prevention (CDC) de aplazar el inicio de la temporada por al menos ocho semanas, lo que provocó el retraso del Opening Day hasta al menos mediados de mayo o junio, si todo transcurre como planificado.
“Al principio se hablaba de solo semanas de retraso, y nos quedamos, pero según comenzaron a aumentar los casos en Estados Unidos decidieron pedirle a todos que se fueran a sus casas con su familia, donde estarían mejor”, contó.
Según aumentan las muertes y los contagios en Estados Unidos, al parecer el inicio de temporada podría retrasarse aún más. Pero para Díaz, las cosas se darán cuando tengan que suceder.
“Será en una próxima ocasión. La situación no está en nuestras manos y es momento de enfocarse en otras cosas. Pero no pierdo la esperanza de que en un futuro, con el favor de Dios, podamos jugar ante los puertorriqueños”, finalizó.