Nueva York. Chris Valaika sabe algo sobre hacer contacto con la pelota. Le pegó un sencillo a Santiago Casilla por allá de 2010 en el primer lanzamiento que vio en las Grandes Ligas.

“Quería mantenerme agresivo en mi primer turno al bate”, recordó Valaika con una sonrisa. “Esa era más mi identidad. No quiero decir que tomé mi carrera de jugador como ejemplo para tratar de imponer eso a mis jugadores”.

Valaika está en su primera temporada como coach de bateo de los Guardianes de Cleveland, que buscarán reponerse de una desventaja de 1-0 en contra de los Yankees de Nueva York, cuando se reanude su serie a ganar tres de cinco juegos en la Serie Divisional de la Liga Americana.

El segundo encuentro está previsto para el jueves por la noche, si las condiciones meteorológicas lo permiten.

Los 1,122 ponches de Cleveland fueron por mucho la menor cantidad en las Grandes Ligas y su promedio de bateo de .254 fue el sexto mejor, 10 puntos por encima de la media de la liga. En contraste, el equipo más joven de las Mayores solamente ocupó le 29no lugar entre los 30 equipos en el rubro de cuadrangulares, con 127, por los 254 de los Yankees, el mejor de la campaña.

El mánager Terry Francona dice que el plan está vinculado al personal.

“Si tuviéramos a nueve muchachos que fueran capaces de pegar 40 jonrones, nuestra filosofía sería un poco diferente, porque uno trata de poner a sus jugadores en la mejor posición para tener éxito”, dijo el piloto previo al entrenamiento del miércoles. “No tratas de pedirles cosas que no pueden e intentas hacer cosas que ejecutan bien y más seguido”.

Steven Kwan no se ponchó tirándole sino hasta el lanzamiento 116 que enfrentó en las Grandes Ligas, en su sexto juego. Abanicó una curva de Nick Londolo, de Cincinnati.

La racha haciendo contacto fue la más extensa en las mayores para iniciar una carrera desde al menos 2000, de acuerdo con el Elias Sports Bureau, y su primera falla llegó en el swing 40 de Kwan.

Kwan terminó noveno en la Americana en bateo (.298) y en porcentaje de embasado (.397). Su tasa de ponches de 9.0% fue segunda en Grandes Ligas detrás de la conseguida por el venezolano Luis Arráez, de Minnesota, y la quinto mejor desde que Statcast comenzó a tener registro en 2015.

En una época en la que los bateadores son abrumados con ángulos de lanzamientos destinados a producir jonrones los Guardianes son una anomalía.