Chicago. Hal Steinbrenner, el dueño de los Yanquis de Nueva York, dijo que votó a favor de una propuesta de las Grandes Ligas para reducir el límite en que se aplica el llamado “impuesto al lujo”.

Se trata de un plan al que se opone el sindicato de peloteros, en momentos en que el béisbol parece acercarse a lo que sería su primer paro laboral en 26 años.

El impuesto al lujo, conocido formalmente como impuesto de equilibrio competitivo, se aplicó este año a los equipos cuya nómina excedió el límite de 210 millones de dólares. Los propietarios propusieron reducir ese umbral a 180 millones de dólares y añadir un piso de 100 millones de dólares en las nóminas.

El sindicato se ha opuesto a la medida, ante el temor a que derive en la imposición de un tope salarial estricto.

El miércoles, en las reuniones regulares de los dueños de las Grandes Ligas (MLB), Steinbrenner dijo que la propuesta del impuesto fue aprobada por el comité de políticas laborales.

“Hay siete de nosotros en la política laboral”, dijo Steinbrenner. “Boston, yo, varios equipos de mercados intermedios y un par de mercados pequeños. Somos un grupo muy diverso y, cuando planteamos la propuesta, incluido el impuesto al lujo que expusimos ante el sindicato, hubo un acuerdo unánime en nuestro comité”.

“Y cada dueño en el comité encuentra desde luego cosas que no le gustan en la propuesta. Pero queríamos integrar una propuesta que atienda sus preocupaciones, y mostrarnos unidos como grupo”.

El contrato colectivo de las Grandes Ligas, vigente durante cinco años, expira a las 11:59 de la noche (0459 GMT) del 1 de diciembre. Steinbrenner dijo que los dueños sostienen conversaciones “continuas” con el sindicato de peloteros.

Pero ha habido negociaciones desde hace meses, sin indicios de un avance significativo hacia un acuerdo. Si el contrato expira sin otro que lo reemplace, la oficina de las mayores puede declarar un paro que impida a los peloteros ingresar en las instalaciones, y la próxima pretemporada quedaría en jaque.

Sobre si hay tiempo para lograr un acuerdo, Steinbrenner respondió: “Sí, tenemos dos semanas completas y, como dije, las reuniones son continuas. Así que se está discutiendo mucho”.