Cooperstown. Derek Jeter fue él mismo en un día sumamente especial: caballeroso y elegante.

Durante una tarde nublada de miércoles, con una temperatura de unos 70 grados Fahrenheit y bajo una llovizna, Jeter escuchó la aclamación de sus admiradores. Acto seguido, el ex campocorto y capitán de los Yankees de Nueva York fue exaltado al Salón de la Fama, tras una espera que se prolongó debido a la pandemia.

Entre el público que aplaudió a Jeter estaban dos luminarias de la NBA, Michael Jordan y Patrick Ewing, así como varios de sus excompañeros en los Yankees y el otrora manager Joe Torre.

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Michael Jordan y Patrick Ewing, dos glorias del baloncesto de la NBA, acudieron a respaldar a Derek Jeter en su ingreso al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown.
Michael Jordan y Patrick Ewing, dos glorias del baloncesto de la NBA, acudieron a respaldar a Derek Jeter en su ingreso al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown. (Hans Pennink)

Jeter subió al escenario después de que se rindió honores a otros miembros de la generación de 2020: Ted Simmons, Larry Walker y el fallecido Marvin Miller.

El exastro de los Yankees se mostró conmovido por el momento y reconoció lo diferente que lucía la ceremonia tras el deceso reciente de 10 miembros del Salón de la Fama.

“Estoy muy honrado por el hecho de que se me incluya junto a ustedes, amigos, y por vincularme con ustedes para siempre”, manifestó. “El Salón de la Fama es especial por las personas que están ahí. Hemos perdido a demasiados miembros durante los últimos 20 meses. Se trata de integrantes del Salón de la Fama que habrían podido estar aquí. Así que, por alguna razón, esto no es lo mismo”.

Lo que sí pareció habitual fue la adoración mostrada para Jeter por los fanáticos, siempre maravillados por su consistencia.

“Tuve una meta en mi carrera, que fue la de ganar más que cualquier otro, y lo logramos, lo que me lleva a los fanáticos de los Yankees”, comentó Jeter, mientras estallaba una nueva ovación. “Sin duda, ustedes me ayudaron a llegar aquí hoy tanto como cualquier otro individuo al que yo haya mencionado”.

El expelotero dio buena parte del mérito a sus padres, quienes estaban entre el público junto con su esposa Hannah y sus dos hijas pequeñas.

“Mamá, me enseñaste que cualquier sueño es alcanzable, siempre y cuando uno trabaje más duro que los demás. Me grabaste eso en la cabeza una y otra vez y me llevaste a creerlo”, refirió Jeter. “Me dijiste que nunca debía poner pretextos. No me permitías decir ‘no puedo’. Papá, has sido la voz de la razón, me enseñaste a ser paciente, a pensar antes de hablar. Siempre has estado aquí para darme consejo y hasta hoy eres la primera persona a quien recurro.

“Sé que, cuando me retiré, dijiste que habías jugado cada encuentro conmigo, y sé que recuerdas de vez en vez que me decías: ‘Tienes que seguir enriqueciendo ese currículum’. Mira adónde nos ha llevado eso hoy”.

La ceremonia se pospuso un año por la pandemia.

A Walker eso no le importó. Después de todo ya había esperado mucho para ser el segundo canadiense elegido al Salón de la Fama.

Renunció al hockey sobre hielo cuando tenía 16 años para concentrarse en el béisbol. Fue seleccionado en el décimo y último año en que aparecía en la boleta, tras cumplir una carrera estelar con Montreal, Colorado y San Luis.

Su trayectoria incluyó 383 jonrones y tres títulos de bateo.

“Nos ha llevado un poco más de tiempo llegar a este día, pero agradezco todo el apoyo que he recibido durante estos años desde mi país natal. Comparto este honor con todos los canadienses”, dijo Walker, quien se retiró en 2005.

Simmons, quien tiene 72 años, brilló en una carrera de 21 temporadas con San Luis, Milwaukee y Atlanta.