David Ortiz al ser exaltado al Salón de la Fama de la Serie del Caribe: “Estoy viviendo el momento y me lo estoy gozando”
El toletero dominicano que participó en cinco clásicos caribeños, recordó al hablar con Primera Hora sus épicas actuaciones en eventos celebrados en Puerto Rico y tildó de especial su hermandad con los boricuas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Santo Domingo. Últimamente, la palabra inmortalidad ha estado rodeado la vida del dominicano David Ortiz, al, cosechar todo lo sembrado con el madero en el béisbol de las Grandes Ligas y en el caribeño.
Hace una semana, recibió la noticia de su elección para exaltación al Salón de la Fama en Cooperstown, tras una brillante carrera con los Red Sox de Boston, y, hoy, miércoles, le tocó el turno de entrar al Pabellón de Inmortales de la Serie del Caribe por su aportación en los torneos participados con República Dominicana.
Ortiz vive unos días llenos de emoción y lo celebra.
“Son muchas bendiciones. Es algo maravilloso”, dijo Ortiz a este medio a la conclusión de la ceremonia en el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano.
“Estoy viviendo el momento y me lo estoy gozando. Le doy gracias a Dios”, continuó el extoletero quisqueyano.
Ortiz fue exaltado hoy, miércoles, al Salón de la Fama de la Serie del Caribe tras dejar una huella en cinco apariciones en este clásico.
Otros exaltados fueron los exjugadores Tony Batista y Luis Saint-Claire (Guigui Lucas), junto al propulsor del deporte, Juanchy Sánchez.
Ortiz reforzó a las Águilas Cibaeñas y a los Tigres del Licey, entre 1999 y 2004. Y con el bate dejó su huella en dos ediciones celebradas en Puerto Rico.
En 1999 con el Licey pegó el indiscutible de oro en la duodécima entrada para dejar sobre el terreno a los Indios de Mayagüez y así darle el título a su novena.
Y cuatro años más en Carolina tronó el madero con autoridad al promediar .480 y remolcar 11 carreras con las Águilas para cargar con el premio de Más Valioso. También ganaron el campeonato.
“Sabes que la competencia es así, pero la hermandad con mis hermanos boricuas es algo especial”, dijo Ortiz al hablar de sus actuaciones en la isla.
En cinco torneos caribeños, Ortiz jugó 32 partidos y bateó .355 con cinco jonrones y 29 remolcadas. Aparece séptimo en impulsadas entre los líderes en la historia del torneo.
“A la Serie del Caribe fue algo que le puse énfasis. Eso fue épico en mi carrera. Cuando representas al país debes hacerlo con mucho orgullo, dedicación y disciplina. En la Serie del Caribe nunca pude hacerlo con mi equipo del Escogido, pero lo hice con un equipo que siempre he llevado en mi alma, las Águilas, aunque nunca jugué para él (en la liga invernal)”, dijo Ortiz.
“Es un honor llevar esa bandera al frente. Y estoy extremadamente orgulloso de ser dominicano. Soy producto de Dominicana y siempre los representaré”, prosiguió Ortiz arrancando aplausos entre los presentes.
En tanto, Saint-Claire, conocido como Güigüi Lucas, fue un exreceptor dominicano que militó con varios equipos en la liga puertorriqueña. Jugó en cinco certámenes caribeños, incluyendo apariciones con Santurce, San Juan y Caguas en la década de 1950.
Entre los invitados en la ceremonia se encontraban otros dos integrantes del Salón de la Fama de las Mayores, el exlanzador Juan Marichal y el exjardinero Vladimir, Guerrero, hijo.