Houston. El yabucoeño Alex Cintrón no fue un mal bateador mientras jugó en Grandes Ligas e incluso en su mejor temporada promedió .317 con 13 cuadrangulares y 51 carreras remolcadas como campocorto de los Diamondbacks de Arizona.

Pero con solo nueve años de carrera, se retiró con apenas 565 hits de por vida y bateo vitalicio de .275. Sin embargo, como coach de bateo de los Astros de Houston, el boricua ha puesto su marca en una de las ofensivas más potentes de la Liga Americana por los pasados años.

“Como yo no era un gran bateador, por eso mismo tuve que enfocarme en mi carrera para producir. Tenía que batear y producir, y más cuando eres jugador del banco, que te tienes que preparar diferente”, reconoció Cintrón a este medio, en el marco de la Serie de Campeonato de la Liga Americana entre Astros y los Red Sox de Boston, en la que su equipo ha vuelto a hacer un despliegue de su artillería.

En especial en los últimos dos partidos en el Fenway Park de Boston, que ganaron los Astros para tomar el comando 3-2 antes del sexto partido anoche en el Minute Maid Park, batearon la friolera de 23 indiscutibles y anotaron 18 carreras contra solo dos de los Red Sox, que dirige el también boricua Alex Cora, amigo personal de Cintrón.

“Siempre me gustó el bateo. Era un enfermo de eso; le puedes preguntar a Alex y los demás muchachos que me conocen y que jugaron conmigo”, recordó Cintrón mencionando también a Ramón Vázquez, quien también está trabajando en esta Serie de Campeonato como coach de control de calidad de los Red Sox, y también en primera base. “A pesar de que no fui un gran bateador siempre me enfoqué más en el bateo que en el fildeo. Y nada, aprendiendo, estudiando, viendo el juego y conociendo a los muchachos”.

Hoy día, junto al otro adiestrador de bateo, Troy Snitker, Cintrón ha ayudado a convertir a los Astros en el equipo de mayor bateo en todas las Grandes Ligas. Al menos en la temporada regular de este año encabezó con promedio colectivo de .267. Y antes de quedar décimos en la Americana (.240) en la acortada campaña de 2020, en 2019 también fueron el mejor equipo en bateo de todas las Mayores con .274.

“Se me dio la oportunidad en el 2017 de ser traductor, de ahí me convertí en un ‘quality control coach’ y después coach de primera. Y coach de bateo de los últimos tres años”, repasó Cintrón su ascenso en la organización como entrenador.

Precisamente esos son los tres años en los que Houston ha encabezado el bateo colectivo en dos de las temporadas. Los Astros también encabezaron las Mayores este año en carreras anotadas con 863, y las remolcadas con 834.

“Uno sigue subiendo y asumiendo responsabilidades mayores y más grandes. Uno sigue aprendiendo del juego. La verdad que lo tomo todo día a día. Este es mi último año de contrato aquí, y esperamos renovar aquí”, dijo cuando se le preguntó sobre sus aspiraciones inmediatas, ya que en el pasado ha dicho que le interesa llegar algún día al máximo puesto técnico como dirigente.

“Si no es aquí (que firma), pues espero que en otro lugar. Pero me quiero quedar aquí. Vivo aquí y me han tratado bien. Espero que me renueven el contrato. Siempre uno aspira a cosas mayores, pero eso lo dejos en manos de Dios. Y el día que me llamen para otro tipo de posición, sé que estoy listo para eso”.

Cintrón ya tiene un anillo de campeón de la Serie Mundial a su haber, el que conquistaron los Astros en 2017 cuando todavía el boricua no estaba dentro del cuerpo técnico y solo fungía como traductor. Desde entonces su ascenso ha sido inmediato. Y ya está influenciando directa o indirectamente al juego con sus aportaciones para el aprendizaje de los jugadores.

“Creo que me ha ayudado que llevo cinco años aquí y he estado viendo por muchos años el mismo núcleo. Y tener otro gran ‘hitting coach en Troy Snitker, que es bien inteligente y, aprendiendo mucho de él. Para mí el primer año fue un poco difícil porque la comunicación y la confianza de los jugadores es importante. Pero ya conocí mucho de los muchachos y ya confían en mí. Y cuando les hablo a ellos cosas que tienen sentido para ellos, y cuando les empieza a ‘clickear’ en la cabeza, pues ellos empiezan a confiar. Y dicen ‘lo que está hablando (Cintrón) tiene sentido”.

Houston tuvo el segundo mejor récord de la Americana con 95-67, y ganó su División Oeste por cinco juegos de ventaja.