Nueva York. Rob Manfred sabe que muchos fanáticos están disgustados por la disputa financiera entre las Grandes Ligas y el sindicato de peloteros durante la pandemia.

“Necesitamos volver al terreno, y necesitamos, en un ambiente menos cargado de emociones, comenzar con las conversaciones sobre la manera en que nosotros —y ese ‘nosotros’ en la frase significa la oficina del comisionado, mi personal, los clubes, la MLBPA (el sindicato) y los jugadores— podemos ser mejores en adelante”, dijo Manfred el miércoles, durante una entrevista con The Associated Press.

“Estamos en deuda con nuestros fanáticos para ser mejores de lo que hemos sido en los últimos tres meses”.

Cada vez que tomas una decisión como ésta, buscas el equilibrio entre el riesgo y la recompensa. Pienso que los clubes sintieron que el objetivo más importante era reanudar este deporte y, debido a que ése era el objetivo más importante, estaban preparados para correr otros riesgos relacionados con una queja que es —déjenme ser muy claro en esto— absolutamente carente de méritos

-Rob Manfred / Comisionado de las Grandes Ligas

La pretemporada se interrumpió el 12 de marzo por la crisis sanitaria mundial. El 26, día en que debió haberse inaugurado la campaña regular, las partes llegaron a un acuerdo inicial, el cual contemplaba que los peloteros devengaran salarios prorrateados, obtuvieran 170 millones de dólares como adelanto de su sueldo y recibieran garantías del pago por el tiempo de servicio en caso de que no se alcanzara a disputar un solo encuentro en el año.

Cuando quedó claro que la única forma de comenzar la temporada era en parques sin público, los dos bandos libraron una batalla pública sobre lo que ese acuerdo significaba.

Los propietarios de los equipos dijeron que los jugadores debían aceptar recortes adicionales, y propusieron un calendario de 82 juegos, para comenzar la temporada alrededor del 4 de julio. Los peloteros argumentaron que no debían aceptar menos de lo planteado en el convenio original.

Pero ese acuerdo no obligaba a que Manfred diera inicio a la campaña sin los ingresos que significa la entrada de fanáticos a los parques.

Los dimes y diretes arreciaron, en lo que constituyó la pugna interna más grave del béisbol desde que la huelga de siete meses y medio en 1994-95 obligó a cancelar la Serie Mundial, algo que no había ocurrido en nueve décadas.

El enfoque aquí estuvo en el salario de un día a cambio de una jornada de trabajo. Eso es lo que considerábamos justo y por lo que mantuvimos nuestra postura”.

-Tony Clark / Presidente de la Asociación de Jugadores

El sindicato rechazó la última propuesta de acuerdo financiero; definió el martes los protocolos para jugar en la pandemia, y prometió que los peloteros se presentarían ante sus equipos el 1 de julio para disputar una temporada de 60 compromisos, la cual comenzaría el 23 o 24 de julio.

Sería la campaña más breve en las mayores desde 1878.

“El enfoque aquí estuvo en el salario de un día a cambio de una jornada de trabajo”, dijo el líder sindical Tony Clark durante una entrevista por separado con la AP “Eso es lo que considerábamos justo y por lo que mantuvimos nuestra postura”.

En opinión de muchos, el resultado deja perdedores en ambas partes. Las Grandes Ligas han experimentado ya cuatro temporadas consecutivas de declinación en los niveles de audiencia televisiva.

Las Grandes Ligas pretenden inaugurar la campaña sin fanáticos en los parques, incluso en las ciudades donde el gobierno y las autoridades médicas permitan algunos espectadores.

“Pienso que necesitamos entrar en el terreno y sentirnos cómodos con la idea de jugar en estadios vacíos en forma segura antes de que podamos recibir a los espectadores”, explicó Manfred. “Mi paciencia en ese sentido se basa en parte en el hecho de que hay situaciones muy diferentes. En algunos lugares parecería que no habrá posibilidad alguna, en otros hay medidas más decididas. Creo que necesitamos ser pacientes e, incluso donde tengamos la opción, debemos asegurarnos de saber exactamente qué estamos haciendo antes de saltar”.

Los dueños decidieron seguir adelante con la temporada pese a la amenaza de una queja por parte del sindicato. La agrupación gremial considera que las Grandes Ligas no se apegaron a las provisiones del acuerdo del 26 de marzo que requerían el calendario más largo que resultara factible en el aspecto económico.

Ese convenio incluía provisiones adicionales, como la de permitir la entrada de fanáticos en los 30 parques y que no hubiera restricciones relevantes en los viajes.

“Cada vez que tomas una decisión como ésta, buscas el equilibrio entre el riesgo y la recompensa”, dijo Manfred. “Pienso que los clubes sintieron que el objetivo más importante era reanudar este deporte y, debido a que ése era el objetivo más importante, estaban preparados para correr otros riesgos relacionados con una queja que es —déjenme ser muy claro en esto— absolutamente carente de méritos”.