Vestir la camiseta de Puerto Rico en una competencia internacional es una experiencia única para todo atleta.

No tan solo carga con las expectativas propias, sino que, además, lleva sobre sus hombros las aspiraciones de todo un país.

Pero, el hecho adquiere mayor relevancia cuando esa gran oportunidad llega justo al inicio del tramo final de una fructífera carrera.

Eso, precisamente, es lo que vive el primera base Carlos Rivera, quien participa por primera vez en el Clásico Mundial de Béisbol, evento que podría significar su último turno para representar a Puerto Rico dentro del diamante.

“Me siento orgulloso. Creo que completar un ciclo aquí es algo de lo que uno se debe sentir más que orgulloso. Se me dio la dicha de estar con este equipo y ahora a aprovechar al máximo esta oportunidad”, sostuvo Rivera mientras observaba una práctica de bateo de sus compañeros.

Rivera tiene una trayectoria de 17 años dentro del béisbol jugando en Estados Unidos, Taiwán y México. Además, participó en 85 partidos en las Grandes Ligas con los Piratas de Pittsburgh entre el 2003 y 2004.

En la liga profesional de Puerto Rico, ha vestido los uniformes de los Leones de Ponce y los campeones Criollos de Caguas. También, jugó en la Copa Mundial de 2009.

“Esto tiene otro significado. Se trata de representar a tu país. Cuando eso sucede, todo es especial. En este caso, la experiencia de estar junto a jugadores de grandes nombres y haber representado a Puerto Rico en mi país frente a mi familia y amistades, y con el calor de los fanáticos respaldando, es lo más importante. Es un honor”, subrayó Rivera.

Cuando se le preguntó si esta experiencia en el Clásico podría compararse con alcanzar una serie mundial , Rivera respondió que nada está más lejos de la realidad.

“Representar a Puerto Rico y (jugar) en una serie mundial es algo muy diferente. Nunca he estado en una, pero puedo decir que esta experiencia que estoy pasando se siente bien. Quizás esta sea mi serie mundial, pero no lo veo así”, sostuvo.

Tan pronto termine su participación en el Clásico, el jugador de 34 años enfilará sus cañones hacia México, donde ha jugado siete temporadas.

“Tengo contrato con el equipo que quedó campeón el año pasado (los Rojos del Águila de Veracruz). Sigo teniendo trabajo gracias a Dios. Del béisbol vivo y seguiré viviendo toda mi vida”, aseguró Rivera.