Boston. Fue el tiempo de nuevo de los Astros. De José Altuve, de Carlos Correa, y por su puesto, de Jason Castro.

Los Astros de Houston pudieron contener la potente ofensiva de los Red Sox de Boston, que una noche antes los masacró con 11 imparables y 12 carreras, y con un batazo grande del segunda base venezolano Altuve en la octava entrada, empataron las hostilidades 2-2 antes de que se sublevaran en la novena y se encaminaran a una victoria 9-2 viniendo de atrás como en el inicio de la serie el pasado viernes.

Con un ataque de siete carreras en un solo inning, el noveno, los Astros se aseguraron de que Boston no tuviera oportunidad en su último turno y lograron lo que ningún otro equipo, ni siquiera ellos, habían conseguido ante los Red Sox en la era de su dirigente puertorriqueño Alex Cora: derrotarlos más de una vez en una serie postemporada.

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“De verdad que fue una noche bien interesante, en la que el pitcheo estaba dominando. Ese jonrón de Altuve nos levantó y después Castro viniendo de la banca frío, haciendo su trabajo. De verdad que fue un gran partido para nosotros”, dijo Correa en un aparte con este medio luego del triunfo que empató la serie 2-2.

Fue otra noche en que el batazo rey del béisbol, el cuadrangular, volvió a ser protagonista. Alex Bregman abrió el marcador temprano por Houston con un jonrón solitario ante el abridor de Boston, Nick Pivetta, quien después de esa carrera, no permitió más libertades a los Astros y duró cinco entradas.

Pivetta dejó el juego en ventaja pues después de permitir el jonrón de Bregman, sus compañeros atacaron temprano a Zack Greinke, quien inició por Houston. Un jonrón de dos carreras de Xander Bogaerts en la parte baja del primer inning, viró de inmediato el marcador, elevando a 22 las carreras que ha anotado Boston tan solo en las primeras tres entradas, de un total de 27 anotaciones en toda la serie.

Por cuarta vez el pitcheo abridor de Houston no le funcionó. Greinke solo duró 1.1 entrada, pero el relevo se creció cubriendo 7.2 innings en que solo concedieron cuatro hits a Boston el resto del camino.

Pero Correa dijo a este medio que no fue que el pitcheo iniciador fallara de nuevo. Más bien dijo que Houston ya tenía un plan trazado para Greinke.

“No creo que nos falló el pitcheo abridor. Creo que Greinke hizo un gran trabajo. Él no iba a ir más de ahí (de dos entradas). El plan era (lanzarle) una vez al ‘lineup’ (de Boston) y ya iba a terminar. O sea, entrando al juego, ya él sabía que iba a tirar uno o dos innings solamente”, aseguró Correa. “Iba a ser un ‘bullpen day’, simplemente no se anunció así”.

Con el batazo doble que conectó Correa abriendo la novena contra Nathan Eovaldi, a quien el dirigente boricua Alex Cora trajo en relevo jugándose una carta, el campocorto de los Astros volvió a revivir su celebración. Parado en base, volvió a señalar su reloj imaginario para resaltar lo que ha sido su lema: “Este es mi tiempo”.

Como explicó al inicio de la serie es un gesto en respuesta a la motivación que le dieron sus compañeros al llegar los playoffs, recordándole lo productivo que ha sido siempre en postemporada.

Y Correa volvió a responder esta vez colocándose en posición anotadora, sin outs, comenzando a ablandar a Eovaldi tan pronto llevó al montículo.

Un día antes el pitcher zurdo Eduardo Rodríguez fue dominante sobre toda la alineación de los Astros y cuando retiró al boricua Correa en una de las entradas, utilizó su mismo tipo de celebración. Cora lo regañó, pero Correa lo tomó a bien, diciendo que tenía derecho a celebrar por la manera en que contuvo a los Astros.

Pero el martes fue su turno.

“Yo me disfruto este juego y no hay nada que me moleste. Vivo mi vida feliz. Vivo las cosas que me hacen feliz. Cuando estoy en el terreno soy un nene chiquito y no hay muchas cosas que me puedan afectar así”, agregó Correa.

Con la victoria Houston no solo empató la Serie de Campeonato, sino que se aseguró de regresar al Minute Maid Park para al menos un sexto juego.

El quinto será este miércoles a las 5:00 de la tarde.