El humacaeño Cándido Maldonado y el fenecido mexicano Fernando Valenzuela fueron camaradas de cuarto, compañeros de camerino, de dugout y de terreno de juego en la histórica temporada del 1981 de los Dodgers de Los Ángeles.

Valenzuela falleció ayer martes en la noche y su trayectoria es recordada en el mundo del béisbol, el que marcó a partir de 1981.

Llegó a los Dodgers sabiendo hablar muy poco inglés para comenzar a entrenar en el campamento de primavera en Vero Beach, Florida, y se encontró por suerte que de camarada de habitación tenía un hispanoparlante como él de nombre Cándido Maldonado, quien inició en ese campamento primaveral una carrera de 15 temporadas en las Grandes Ligas, incluida la del 1992, en la que fue campeón de la Serie Mundial con los Blue Jays de Toronto.

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Maldondo ofreció detalles de su cercanía con Valenzuela y dijo que está triste con la noticia, pero alegre de haber compartido con el mexicano de buen carácter y de haber sido parte de la llamada Fernandomania que creó el lanzador con su ejecutoria en la ciudad de Los Ángeles, en todos Estados Unidos y por su puesto en México.

“Es chocante el escuchar la noticia de la muerte de un gran amigo. ‘El Toro’, contra”, lamentó Maldonado al mencionar a Valenzuela por su apodo.

“En 1981 tuve la oportunidad de ser compañero de habitación en los entrenamientos primaverales y nos dio la oportunidad de conocernos a diario. Estuvimos juntos todo el año. Fernando no tenía dominio del inglés y yo era el que hacía las llamadas a su novia Linda, la eventual esposa. Hicimos nuestras travesuras y siempre que nos veíamos, luego de retirarnos, nos dábamos un abrazo genuino”, dijo al aclarar que las llamadas internacionales entonces se hacían por medio de una operadora.

Cándido Maldonado. (Archivo)
Cándido Maldonado tuvo encuentros frecuentes con Valenzuela fuera del terreno, en el plano de peloteros retirados.

Maldonado recuerda que en que aquellos Dodgers de Los Ángeles había un buen balance de ambiente alegre con la seriedad del profesionalismo, creado por personalidades como el entonces jugador Dusty Baker, el colorido dirigente Tommy Lazorda, y el dominicano Pedro Guerrero, entre otros como el también boricua Germán ‘El Deportivo’ Rivera.

“Quizás Fernando tenía la expectativa de que iba a ser más difícil. Ahí estaba Dusty, que hablaba español, ‘El Deportivo’, Guerrero y en el camerino y en el terreno era un equipo profesional. Era un ambiente diferente; había su tiempo de bromas”, describió Maldonado.

Maldonado recordó entre esas bromas que hacían una con las cajas de bolas que se disfrazaban de neveras.

“Los Dodgers tenían un salón de conferencias con refrigerios. Ahí es donde los coaches se reunían. Después de las 7:00 p.m. era prohibido para los jugadores entrar. Y nosotros pasábamos a buscar refrigerios con cajas de pelota, y ahí abríamos la nevera y seguíamos a la habitación como si fueran pelotas lo que llevábamos”, recordó.

Maldonado tenía entonces 21 años. Valenzuela tenía 20. Y a esas edad ascendieron a las Grandes Ligas con los Dodgers luego de ese campamento primaveral, aunque en etapas distintas. Ambos ascendieron por primera vez tarde en 1980. Maldonado lo hizo un 7 de septiembre y Valenzuela ocho días después.

Valenzuela hizo el equipo del 1981 luego del campamento de primavera y causó impacto y sensación desde su primera salida en la que blanqueó a los Astros de José ‘Cheo’ Cruz y Dickie Thon, quienes se combinaron de 7-0 ante el zurdo mexicano en ese partido.

Ganó sus primeras ocho salidas, cinco de esas por blanqueadas, todas con nueve entradas lanzadas. Son datos de estámina impensables para lograr y mucho menos para ser permitidos en esta época. Además bateó de 20-8 en esas primeras ocho salidas, lo que es imposible en el béisbol actual del bateador designado.

“Ya establecido, ‘El Toro’ le decía Lazorda cuando lo sacaba por un bateador: ‘déjame a mí, que es un muerto’”, recordó Maldonado.

Su lanzamiento de ‘screwball’ revolucionó el béisbol, como también revolucionó el pelotero la zona de Los Ángeles que ya entonces estaba rehabilitada por mexicanos, quienes llegaron al parque a seguir a su lanzador y ayudaron a crear la llamada Fernandomanía. Antes de él, los mexicanos en Los Ángeles odiaban a los Dodgers porque al mudarse a California y construir el Dodger Stadium tuvieron que desplazar a 1,800 familias de la loma Chávez Ravine, donde vivían tras años de invasión de terrenos.

Parte de eso lo vivió Maldonado a su regreso a las Grandes Ligas en esa temporada del 1981, así como en las siguientes tres.

“Fue algo que no tan solo era un momento. Mientras más salidas hacía, más establecía el dominio de ese lanzamiento. Y sabía lanzar, además de que a su catcher Mike Scioscia le tenía la confianza. Fue algo que ayudó a la organización en el área de Los Ángeles”, dijo.

Una vez retirados, Maldonado agregó que se encontraba con Valenzuela cada vez que llegaba a Los Ángeles como comentarista de juegos para ESPN, así como en el 2021, cuando los Dodgers reunieron la edición del equipo del 1981 en Los Ángeles.

Maldonado dijo que extrañará a su amigo y sus gestos.

“Ese primer momento en el 1981 fue un saludo sincero y luego, ya retirados, el saludo siempre fue sincero”.