Nota del editor: Con motivo del 50 Aniversario del hit 3,000 del Astro Boricua, esta semana te presentamos una serie de historias que contextualizan ese gran logro deportivo y afirman como todavía hoy sigue siendo una gesta grande para la historia del deporte boricua.

Su ejemplar amor por el prójimo, por su país y por el béisbol, y su excelencia en cada una de esas facetas, hicieron de Roberto Clemente Walker una figura indeleble en el deporte, en su país y en el mundo. Es uno de los deportistas con más estatuas y homenajes a pesar de que el deporte que jugó no es el más popular del planeta y salió de una Isla de un puñado de millones de habitantes.

Sin embargo, al buscar estrictamente entre sus mayores logros y atributos deportivos, alcanzar la suma de 3,000 indiscutibles en el béisbol de las Grandes Ligas, fecha de la cual se conmemoran 50 años este próximo viernes, no necesariamente es el mayor logro de la historia para un atleta puertorriqueño.

El investigador, escritor e historiador Jorge Colón Delgado tiene esa ‘atrevida’ teoría y la brindó con tres ejemplos de momentos históricos en la historia deportiva boricua: las 17 defensas consecutivas por nocaut que tuvo Wilfredo Gómez, un récord mundial; las 56 carreras en ristra que dominó el legendario Camarero, también hazaña mundial; y las 7,057 carreras ganadas en su carrera por Ángel ‘Junior’ Cordero, lo que le colocan en la novena posición de todos los tiempos entre los jinetes del mundo.

¿Una ñapa? Solo 33 jugadores en la historia han conseguido 3,000 indiscutibles en más de un siglo de la pelota de Grandes Ligas, y ninguno es cátcher. El receptor que más cerca estuvo lo es el boricua integrante del Salón de la Fama, Iván Rodríguez, el cátcher con más hits en la historia de MLB con 2,844.

Hechos impresionantes.

Entonces, ¿por qué sigue siendo Clemente tan admirado en Puerto Rico, en América y en el mundo?

“Es que él dio 3,000 hits exactos y murió. Y no solo murió, sino por la razón, la forma y el día en que muere. Ahí se despega de todo el mundo”, explicó Colón Delgado sobre la trágica muerte de Clemente el 31 de diciembre del 1972 cuando el avión que abordó junto a otras tres personas para llevar ayudas a las víctimas de un terremoto en Managua, Nicaragua, se estrello al norte de Puerto Rico a los minutos de despegar.

“Las circunstancias de su muerte hacen que sea imposible separar una cosa de la otra. Cuando hablamos del mejor pelotero la gente de inmediato habla de Clemente, porque es que es casi imposible despegar al Clemente pelotero del Clemente ser humano”.

El profesor, historiador y escritor Néstor Duprey, difiere de Colón Delgado.

“Yo creo que en aquel momento la hazaña más grande para un puertorriqueño fueron sus 3,000 hits, porque es el primero que logra destacarse individualmente en un deporte colectivo llegando a una marca que se tenía como indicativa de la grandeza de un pelotero, ofensivamente hablando”, opinó Duprey.

En el 1972, cuando Clemente se unió al club de los 3,000, solo otros diez peloteros lo habían logrado en la historia. Fue el undécimo.

“Fue el primer puertorriqueño, el primer latinoamericano, y yo creo que consolidó a Clemente como la principal figura del deporte puertorriqueño. Luego hubo otras hazañas y como buena discusión del deporte el tema no tiene fin”, agregó.

Para explicarse, Colón Delgado destacó que Gómez se coronó en la división supergallo del Consejo Mundial de Boxeo y entre 1977 y 1981 hiló con éxito, y mediante nocaut, sus próximos 17 triunfos.

De Cordero resaltó la peligrosidad de montar equinos en más de 7,000 carreras, cosa que los jinetes hacen más de una vez en un mismo día. En el caso de este, Cordero por ocasiones corría en el programa diurno y luego en el nocturno. Y por épocas viajaba a Puerto Rico para montar los domingos en El Comandante.

La historia del mítico Camarero, Colón Delgado la recogió en un libro titulado ‘Camarero en Punta’, en la cual relata como su récord mundial de triunfos en fila cautivó al Puerto Rico de la década de los 50 y los detalles que le hicieron el campeón de campeones del hipismo boricua.

Y de Rodríguez, sostuvo que por la naturaleza de su labor los catchers deben usar energías y condiciones especiales a las de cualquier otro jugador sobre el terreno, mientras se eñangotan y se paran cientos de veces en un partido. Pudge no solo fue tal vez el mejor receptor defensivo con 13 Guantes de Oro y 14 Juegos de Estrellas, sino que ganó siete Bates de Plata y un premio al Jugador Más Valioso en 1999.

Rodríguez es el cátcher con más hits en la historia de las Grandes Ligas, con más de 400 de ventaja, por encima de leyendas como Ted Simmons, Carlton Fisk y Yogi Berra.

“Todos esos logros son dificilísimos. Pero cuando le preguntas a la gente cual es el mejor deportista boricua siempre sale Clemente”, agregó Colón Delgado. “En un país como Puerto Rico, en el que la memoria histórica colectiva es pobre, y que 50 años más tarde nos recordemos de él, es algo grandioso”.

10 Fotos

“Es el único atleta del cual nos recordamos”, continuó. “El pueblo no le guarda ese recuerdo tan grande a ningún otro atleta. Es una figura única, y es por esas circunstancias (mencionadas). Hasta los niños conocen la historia de Roberto Clemente”.

Destacó que la historia de Clemente es tan especial que se pueden contar tal vez con los dedos de una mano la cantidad de atletas que al hablar de ellos no tienes que mencionar ni una sola estadística. ¿El otro? Jackie Robinson, reconocido como el primer afroamericano en jugar en las Mayores.

“Cuando uno habla de peloteros siempre termina entrando a sus estadísticas, pero de esos dos uno puede hablar horas y ni tocarlas. Clemente es muy querido y fue el primer latino en el Salón de la Fama. Pero no creo que haya un pelotero a nivel mundial que sea tan admirado como Roberto Clemente, por su faceta humanitaria”, continuó.

“Definitivamente fue un ejemplo dentro y fuera del terreno. Podemos discutir la calidad de peloteros de su época y de esta época con Clemente, y podríamos compararlos, pero el lado humanitario es lo que le hace único. La gente lo quiere y lo admira. Generaciones pasadas y más jóvenes aún quieren ser como Clemente y usan el 21. Es algo especial”, concluyó Colón Delgado.