Manila. Fue el canto que Luol Deng esperó años para encabezar. Se paró a un lado del vestuario de Sudán del Sur después de que terminó su paso en la Copa del Mundo, se tapó la boca con las manos y gritó lo mismo, una y otra vez.

“¿A dónde nos vamos?”, gritaba… “A París”, respondían todos los jugadores.

La visión de Deng cuando fundó el equipo nacional hace una década fue utilizar el baloncesto como un faro de esperanza para su tierra natal. Y esa visión nunca lució más real que el sábado.

Un país con dificultades a solo 12 años de haber obtenido su independencia, que lo convierte en la nación más joven del mundo, se encamina a los Juegos Olímpicos de París como el represente directo de África. Carlik Jones terminó con 26 puntos, 15 asistencias y siete rebotes y Sudán del Sur superó 101-78 a Angola el sábado, en el último partido para ambos equipos en la Copa del Mundo.

La victoria, combinada con la derrota de Egipto 88-86 ante Nueva Zelanda en un partido que culminó media hora antes, amarró el boleto olímpico para Sudán del Sur, como el equipo africano mejor clasificado en el torneo. Más tarde, Japón se unió al grupo de países que participará en el torneo de baloncesto olímpico como el mejor de Asia, asegurando su pase con una victoria por 80-71 sobre Cabo Verde.