Durante la tarde del viernes, la delegación de Puerto Rico formó parte de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024 en el río Sena, donde la monoestrellada fue ondeada por todo lo alto.

Y a pesar de que hubiese podido estar allí, el dirigente Carlos González no tenía sentimientos encontrados, pues lo único que pasaba por su cabeza era el séptimo y decisivo juego entre los Gigantes de Carolina y los Piratas de Quebradillas por el pase a las semifinales del Baloncesto Superior Nacional (BSN).

“Yo estoy metido y enfocado aquí. Este proyecto lo empezamos hace tres años Héctor (Horta) y yo. Héctor me dio la oportunidad de montarlo como yo entendía. El año pasado fuimos campeones y me tocaba esta responsabilidad. Obvio, no te niego que quiero estar allí. Es el evento número uno en el mundo para el deporte, pero esta es mi responsabilidad”, expresó el entrenador sobre su decisión de no acudir a París 2024.

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“Allá me pueden reemplazar y aquí no tenía quién me reemplazara… Los sigo y veo todos los juegos porque ese es mi equipo esté o no. Ahora estoy viéndolos como fanático, apoyándolos y deseándoles lo mejor”, abundó.

Además de ser el entrenador de los Gigantes, González es el asistente del dirigente Nelson Colón en la Selección Nacional de baloncesto masculino. Sin embargo, optó por no ir a las Olimpiadas porque en el mes de agosto celebrará el quinceañero de su hija. Una decisión que aseguró el 10 de julio, mediante un comunicado, que le informó a la Federación de Baloncesto de Puerto Rico (FBPUR) meses antes de efectuarse el Repechaje Olímpico en la isla.

El técnico Carlos González durante una práctica de Puerto Rico en medio del Repechaje Olímpico.
El técnico Carlos González durante una práctica de Puerto Rico en medio del Repechaje Olímpico. (Nahira Montcourt)

Y tras eliminar el viernes a los Piratas con marcador de 101-91, el técnico indicó que valió la pena el sacrificio que hizo.

“Eso debe ser una experiencia increíble, pero no me arrepiento y gracias a Dios tuve la oportunidad de pasar esta serie y clasificar a la semifinal. Valió la pena”, sostuvo.

De igual forma, González dijo que no tiene remordimiento alguno por no acompañar al Equipo Nacional al escenario más importante del deporte, ya que solo puso a su familia primero cuando tomó la decisión.

“Ahí está mi hija”, señaló González.

“Eso no se negocea. Honestamente, yo sé que eso es dinero y uno puede cambiar la fecha de un día para otro, pero uno no puede dar por hecho las cosas. Mis padres son mayores. Ojalá Dios me dé muchos años de salud a los viejos, pero quizás sea la última vez que puedan compartir con mi hija, así que no podía pasar eso. La vida no es así. Es lo que tengo y si Dios me da la oportunidad de volver a unas Olimpiadas, pues bendiciones, pero no hay ningún remordimiento”, compartió.

“He perdido un sinnúmero de cosas con mis hijos y a veces me pregunto si todo el sacrificio que uno hace por el baloncesto, en este caso es mi trabajo, si vale la pena porque uno sacrifica a su familia”, agregó.

Aislado del malestar de Waters

Por otro lado, el dirigente de Carolina comentó que no ha conversado con Tremont Waters desde que este le exigió a la FBPUR un mejor trato hacia los jugadores. Según El Nuevo Día, el malestar de Waters comenzó luego de que el estelar armador solicitó un equipo de rehabilitación y tardara varios días en entregársele.

A menos de 48 horas del memorable triunfo ante Lituania, Waters estremeció las redes sociales con el reclamo en su cuenta personal de Instagram.

“Por la relación que tengo aquí con él (Waters) me he mantenido al margen. Esas expresiones que él hace son personales y no las comparto. Tampoco no digo que no son reales… Eso es lo que él siente y lo que él piensa. Es un hombre, no es mi hijo. Es un compañero de trabajo aquí en Carolina y yo tengo una buena relación con él, pero jamás le diría que no diga lo que él piensa”, reveló.

Luego de 20 años, Puerto Rico regresará el domingo al boloncesto de las Olimpiadas ante Sudán del Sur a las 5:00 a.m. (hora de la isla).