Relacionado a los Mets el éxito de los Capitanes
Un receso de Guaynabo en el 2001 dio paso a que Arecibo reclamara en un sorteo a Buster Figueroa, una de las piezas que ayudó a transformar la franquicia a una potencia en el BSN. Hoy estos equipos se enfrentan en la final.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
PUBLICIDAD
Arecibo. En sus rica historia como franquicias del Baloncesto Superior Nacional, los Mets de Guaynabo y los Capitanes de Arecibo nunca se habían enfrentado antes en una serie final. No obstante, hay un dato bien significativo que ata a ambas franquicias y que indirectamente ayudó a sentar las bases de lo que es hoy en día la organización de la Villa del Capitán Correa, la que está considerada como una de las más sólidas de la liga en la actualidad aparte de ser la más exitosa de este siglo con seis campeonatos en 12 series finales jugadas.
Resulta que los Mets, aunque no su actual franquicia sino una que en la década del 1980 ganó tres campeonatos y que se acogió a un receso en el año 2001, antes de desaparecer de la liga, le dio vida a sus rivales de la actualidad a principios de este milenio y ello nada tiene que ver con los dos juegos corridos que han jugando como locales los Capitanes en la apertura de esta serie.
La vida referida fue una por la aportación indirecta de un talento cedido debido a aquel receso. Su nombre: Ángel ‘Buster’ Figueroa.
Eso ocurrió hace 20 años, cuando los Mets recesaron en el 2001 y los Capitanes adquirieron a Figueroa en el sorteo de jugadores de los Mets. Eran años en el que los Capitanes eran, como dirían por ahí, un equipo del montón. Un equipo de historia porque siempre participaba de los torneos del BSN, pero sus clasificaciones a la postemporada eran esporádicas y sus eliminaciones en los escasos playoffs usualmente eran tempranas en la postemporada.
No obstante, algo se estaba cocinando muy bien en Arecibo para cuando el difunto entrenador Miguel Mercado, entonces residente en Arecibo y dirigente de los Capitanes en aquel entonces reclamó a Figueroa, quien venía de ser el Novato del Año del BSN en el 1999, para unirlo a un talento joven y nativo de Arecibo que comenzaba a dar señales de esperanza capitaneados por unos juveniles Rafael ‘Pachy’ Cruz y David Cortés. Fue así que con un golpe de suerte, o si lo quiere llamar un regalito caído no del cielo sino desde Guaynabo, se comenzó a darle un giro de los miserable a lo competitivo a la franquicia de la Villa del Capitán Correa.
Guaynabo no regresó a juego hasta años después y perdieron por su receso y la desaparición de la franquicia al Figueroa que pudo haberse convertido en un jugador bandera para renovar el equipo que venía sufriendo la pérdida a sus pilares de los años ochenta, el binomio de Fico López y Mario ‘Quijote’ Morales.
El resto es historia. Los Mets llevaban 26 años sin visitar una serie final hasta su sorpresiva clasificación de este año.
Y en el caso de los Capitanes, reforzados un año después de la llegada de Buster con la adquisición del también talentoso juvenil Rick Apodaca comenzaron a ser un equipo emocionante y ganador, lo que provocó en que en el 2005 ganaran el primer campeonato de la franquicia desde el 1959.
Cruz, actual dirigente de los Capitanes recuerda bien la época y nombró a Figueroa como figura clave en el resurgir de la franquicia.
“En ese tiempo éramos un núcleo joven. Yo era el mayor con 23 años, y llegó la figura de Buster, que había tenido un buen año en Guaynabo, así como la figura de Rick Apodaca. Los apoderados de entonces (Regino Babilonia, Yamil Chade) tuvieron la visión de montar un equipo de jóvenes. Éramos los ‘Segundos Nenes’ porque lo primeros fueron los de San Germán”, recordó Cruz rememorando al dúo sangermeño de Eddie Casiano y Nelson Quiñones que ayudaron a revivir a la franquicia de los Atléticosen la década de los 80.
“Pero sí... Buster fue una pieza bien clave desde el día uno. Nos adaptamos todos muy bien. También surgió la figura de Giovanni Jiménez. Fue un resurgir de jóvenes y Buster nos dio muchísimo. Era un jugador difícil de defender porque era un jugador de la posición 3 con fuerza de 4. Vino acá, desde Guaynabo, y estuvo en ascenso siempre″, agregó.
Más o menos para el mismo tiempo la ciudad de Arecibo también pudo inaugurar su actual Coliseo Manuel ‘Petaca’ Iguina, y con ello llegaron más recursos y la estabilidad que años después les diera Luis Monrouzeau como apoderado, pasado desde este año a las manos de Frabián Elí y Anuel AA.
El impulso que agarró el equipo no ha tenido marcha atrás desde entonces.
“Seguimos trabajando duro. En aquel entonces llegaron como técnicos Manolo Cintrón y Omar González y nos enseñaron rotaciones defensivas. Al tener las energías y las piernas frescas seguimos. Luego vino Carlos Mario (Rivera), con esa energía bonita de él y la experiencia. Llegó la figura de Larry Ayuso y de refuerzos”, recordó Cruz. “Pero sí, ese fue un comienzo con la llegada de Buster y Apodaca. Arecibo comenzó a ser contendor. Año tras año competíamos cada vez más duro, con más experiencia. Gracias a Dios fue bonito ser parte de eso”, agregó.
El actual gerente general de los Capitanes, Edgardo García, recuerda haberse gozado los triunfos que comenzaron a llegar desde la llegada de Figueroa a Arecibo. Para ese tiempo era simplemente un fanático de los Capitanes. Pero coincide que aquella época, y la lamentable baja de Guaynabo, fue ganancia para la franquicia arecibeña.
“Hablar del resurgir es hablar de esas figuras: de Pachy, de David Cortés, de Buster. Fueron figuras emblemáticas que ayudaron a un equipo alicaído”, dijo García. “Los Capitanes se comenzaron a dar a conocer. Era un equipo sotanero y no es hasta que llega Yamil Chade y Regino Babilonia que logran un campeonato en el 2005″″.
El cambio de la franquicia de ahí en adelante fue drástico. Figueroa, sin embargo, no estuvo en toda la década con los Capitanes. Tampoco Apodaca. Pero el núcleo de Cruz y Cortés sí, y los Capitanes se convirtieron en unos perennes finalistas y campeones en un total de seis oportunidades en lo que va de los años 2000.
Mientras esos sucedía, Guaynabo fue y vino como franquicia. En un momento revivió por el traslado a su sede del extinto equipos Gallitos de Isabela, pero esa franquicia también se perdió y no fue hasta el año pasado que bajo la inversión de los estadounidenses residentes en la Isla, Marc Grossman y Mark Linder, se funda un nuevo equipo, el cual debutó llegando hasta las semifinales el año pasado y en este hasta la final.
Fanáticos piden retirar el número 33
La llegada de Figueroa a Arecibo la recuerdan todos con cariño, sobre todo los fanáticos. De hecho, algunos en la corriente serie final llegan al coliseo Manuel ‘Petaca’ Iguina vistiendo camisetas que piden se retire el número 33 de la camiseta del jugador zurdo.
El gerente general García ha visto las camisetas, pero no puede hablar a nombre de los administradores actuales en cuanto al pedido de la fanaticada.
“Los respeto, pero no lo comparto”, dijo García, sin abundar más sobre el tema.
Figueroa, de hecho, salió de Arecibo antes del inicio de la temporada del 2010 luego de tener unas diferencias con la gerencia de Monrouzeau. Clamado como el eterno ‘MVP’ de los Capitanes, a Monrouzeau no le tembló el pulso en sacarlo del equipo aunque los fanáticos clamaban que no lo hiciera.
Irónicamente, la salida se dio mediante un cambio nada más y nada menos a los Mets de Guaynabo. A partir de entonces el catañés Figueroa solo tuvo dos temporadas de significativos logros personales. Nunca más se estableció como lo llegó a estar en Arecibo.