Real el talento del boricua Felipe Quiñones
A sus 14 años, el jugador boricua causó sensación al deslumbrar en un torneo con el equipo infantil de la organización del Real Madrid de España.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Cuando tenía alrededor de tres años, su mamá intentaba entretenerle con programas para niños con figuras como Barney o Spiderman. Pero no le llamaban la atención.
Lo único a lo que le prestaba atención Felipe Andrés Quiñones García de pequeño era a los ‘highlights’ del baloncesto que observaba a través de ESPN y otros canales deportivos. No le gustan los videojuegos. Todo es baloncesto.
Parecería que Felipe vino a este mundo programado con la misión de cambiar el baloncesto.
Hace una semana atrás, el joven de 14 años copó titulares en España y Puerto Rico al desempeñarse de manera impresionante con el equipo infantil del legendario club Real Madrid en la MiniCopa ENDESA, llevándolos al campeonato con promedios de 24.5 puntos y 13 rebotes por partido. Fue seleccionado como Jugador Más Valioso del evento.
“Yo no tengo ni palabras para eso (lo del MVP). Todavía no lo creo”, dijo el jugador de 14 años y 6′3″ desde su hogar en Florida tras la larga travesía de regreso. “Pero todo el trabajo que he hecho durante todos estos años era para eso. La gente vio lo que podía dar en cinco juegos. Entiendo que cinco juegos fueron pocos para que vieran mi talento, pero traté de enseñar algo distinto en cada juego”.
“Yo no quería jugar mal. Obvio. Pero tampoco fui con expectativas de que me iba a ganar el MVP y meter no sé cuantos puntos. Yo fui con la mentalidad de jugar mi juego y que pasara lo que fuese a pasar. De casualidad jugué bien, metí puntos y mi equipo ganó. Pero nunca tuve la presión de que había que meter 20 puntos por juego”, agregó Quiñones García.
La ruta del canastero que actualmente cursa el octavo grado hacia el baloncesto español parece predestinada.
Felipe nació en Puerto Rico, donde vivió hasta los 10 años entre Trujillo Alto y Cupey. Temprano en su vida pidió ser inscrito en un programa de baloncesto y se desarrolló con el de BUCAPLAA en San Juan.
Como le pasó a muchos puertorriqueños, el huracán María le cambió la vida a Felipe y a sus padres Luis Quiñones y Cheidy García. Debido a la conveniencia de su madre para trabajar de manera remota, y a que sus abuelos poseen un apartamento en Florida, Felipe y su madre se trasladaron y su padre continuó trabajando en la Isla para una compañía de telecomunicaciones.
Con el pasar de los meses, y la situación de emergencia en la Isla alargada, ya Felipe había cursado casi un semestre escolar en Florida por lo que llegó el momento de tomar una decisión. Y como el hijo único de la familia ya había probado un poco del sistema de baloncesto en Florida, su voto fue por quedarse.
Como estudiante de octavo grado de Winter Garden Middle School, Felipe es parte del sistema de ‘traveling teams’ y el desarrollo que ha tenido lo ha llevado a recibir una invitación para ser parte del equipo del exjugador de la NBA y analista, Kenny Smith.
En ese sistema, diferente al de clubes, el entrenamiento es mayormente independiente, por lo que Felipe trabaja con un entrenador físico y de destrezas todo el tiempo.
Ese entrenador, apodado como Coach G, además ha entrenado a jugadores europeos y entre sus contactos estaba un agente de jugadores de Grecia que le enviaba muchachos para desarrollarlos. El agente griego, al parecer vio un video de Felipe y le solicitó al coach que le pusiera en contacto con los padres. El resultado fue la invitación al Real Madrid, primero para ver cómo funcionaba el club y luego, tras otras gestiones del agente, para jugar con Real Madrid en la MiniCopa.
“Fue una experiencia inolvidable. Todavía ni me la creo”, dijo Felipe. “El coaching staff completo me dio la bienvenida desde el primer día y me trataron muy bien. Me dieron mucho cariño”, relató. “En la primera práctica el coach (David Sánchez) me dijo que tenía jugadas para mí dependiendo de cómo me sintiera más flexible. Todos los compañeros me recibieron muy bien. Me encantó. Desde el primer día me trataron como si me conocieran de años. Me hicieron muchas preguntas y me querían conocer”.
De inmediato, medios deportivos especializados como As y Marca comenzaron a compararlo con otro jugador del extranjero que llegó a España muy joven, se destacó temprano en el baloncesto de la ACB y hoy es una de las figuras más brillantes del baloncesto: el esloveno Luka Doncic.
El padre de Felipe, Luis Quiñones, está al tanto de las comparaciones y las agradece. Este se mostró agradecido por las ofertas que recibió su hijo para hacerse parte del Real Madrid mediante una beca.
Sin embargo, en consulta con su hijo, las metas de destacarse como baloncelista profesional en un futuro y de jugar en el mejor baloncesto del mundo, la NBA, parecerían más asequibles manteniendo a Felipe en el sistema de competencias que actualmente tiene como residente de Estados Unidos.
“Venir a Estados Unidos con la base de Puerto Rico, más lo que ha aprendido acá, yo creo que fue lo que hizo la diferencia en España”, dijo el mayor de los Quiñones. “El propio gerente general del Real Madrid nos hizo una oferta y dijo que las puertas están abiertas para cuando Felipe quiera ir. Es una opción enorme que está sobre la mesa”.
“El sueño de todo baloncelista es llegar a la mejor liga, y en el baloncesto es la NBA. Todos quieren llegar, aunque sea por caminos distintos. Yo pienso que competir en Florida le ha dado a Felipe una exposición distinta. Acá compite con muchachos que son potenciales enebeístas. Y tiene diferentes alternativas para ir a la ruta tradicional de ir a ‘college’, o a la G League y llegar”, agregó el padre.
“La alternativa del Real Madrid, que incluye una parte académica, sigue estando ahí y la vamos a evaluar bien, porque es una opción enorme. Así que el año que viene, que entra a ‘high school’, nos sentaremos en la mesa a ver qué escuela le conviene y cual será la ruta”, dijo Quiñones.
Felipe está de acuerdo de que el Real Madrid “es una opción supergrande”.
“La ACB es la segunda liga profesional más grande del mundo. Obviamente es una opción. Pero hay otras metas que quiero alcanzar también. Me encantó el trato y si puedo volver, vuelvo”.
En lo que llega el momento de la decisión, Felipe seguirá soñando con ponerse el uniforme de Puerto Rico que es “una de mis metas. Cuando sea, cuando me llamen. Desde chiquito siempre lo he querido. Con el equipo de cualquier edad. No he jugado todavía con Puerto Rico a nivel FIBA”.
Finalmente, dijo que el viaje a España “se puede decir que me cambió la vida. Nunca pensé que tendría una oportunidad así a los 14 años. Pensaba que podía pasarme después de ‘college’ o algo así, pero nunca a tan temprana edad. Y la experiencia no sé ni cómo describirla. El trato de la organización y su estructura me impresionaron mucho”, finalizó Felipe.