El convicto baloncelista sietepiesino Raúl Rivera reapareció públicamente ayer en la Correccional de Bayamón vestido con un uniforme de básquet, decidido a retomar su carrera en el BSN cuando salga a la libre comunidad.

Recluido desde hace cinco años, Rivera fue uno de los presos presentes en una actividad en la cual el Departamento de Corrección presentó un módulo que ha sido habilitado para desarrollar a presidiarios con cualidades para ser atletas de alto rendimiento.

Rivera fue presentado como parte del equipo de baloncesto 3x3 que viste el uniforme de los Golden State Warriors, campeones de la NBA, y quienes participaron el pasado fin de semana en el 3x3PUR que montó la Federación de Baloncesto en busca del sexto equipo que jugará este año en la nueva liga BSN Next.

“Estoy bien. Todo bien”, expresó Rivera en un aparte con Primera Hora. “Esta es una nueva oportunidad. Estoy muy conforme con esta oportunidad en las cosas que nos gustan: el deporte”.

Rivera, natural de Cabo Rojo, desapareció del ambiente del baloncesto en el 2013, cuando fue a la cárcel por violar una ley de armas y drogas. Tres años antes había ganado su segundo campeonato con los Capitanes de Arecibo en el BSN.

El básquet fue su vida desde que los Atléticos de San Germán lo descubrieron vagabundeando siendo un adolescente en las calles del pueblo y lo convirtieron en un proyecto de desarrollo; debutó en el BSN en el 1999.

Pero cayó en desgracia y ha estado privado de la libertad y de las canchas desde hace seis años. Tiene 35 años y saldría, tentativamente, en el 2022.

Rivera se siente rehabilitado gracias al programa,según comentó a Primera Hora, y listo para regresar a la libertad y al baloncesto.

Hoy día, como integrante del Alto Rendimiento, Rivera dijo que se levanta todas las madrugadas a entrenar su físico y a trabajar en el baloncesto, en particular en la modalidad 3x3. 

El programa de Alto Rendimiento también incluye un equipo de boxeo y otro de béisbol, impacta a 38 confinados de distintas instituciones carcelarias que viven todos en un módulo reinaugurado ayer, informó el secretario de Corrección, Erik Rolón.

El módulo tiene una rutina cinco días a la semana con el propósito de sacar sus jugadores a participar con equipos de la libre comunidad o de otras instituciones carcelarias.

“Me falta poco. Estoy dando este paso para ponerme en forma. Cuando salga quiero darle una segunda oportunidad al BSN. Me siento rehabilitado y con esta nueva experiencia me siento seguro y hago deporte, que es lo que más me apasiona. Puedo darle tres temporadas más, no soy tan joven, pero un centro puede jugar unos cuantos años más”, concluyó.