Fuera de la cancha de baloncesto, Johned Walker Agosto es un niño tímido. Se sienta en las gradas y no encuentra las palabras precisas para verbalizar las razones por las que ama el baloncesto. 

Sostiene el balón entre sus manos, mirándolo fijamente. Lo rebota varias veces contra el suelo al mismo tiempo y entonces confiesa que es dentro de la cancha del residencial San Fernando en Rio Piedras, donde se siente verdaderamente feliz.

Johned sueña con que sus habilidades de armador y escolta lo lleven un día muy lejos de los disparos que lo asustan y que escucha en su vecindario.

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Walker Agosto tiene 11 años. Pertenece a la Selección Nacional de Puerto Rico en la categoría pre mini, un logro alcanzado por pocos niños de su edad. Pertenecer al equipo le ha dado la oportunidad de viajar internacionalmente para representar a la Isla.

Tanto su madre, María Danelys Agosto, como su tío y entrenador,  Ángel Agosto, se han encargado de que su sueño permanezca vivo.  Por eso, desde hace cinco años,  lo han llevado para que participe en todos los torneos posibles a pesar del enorme sacrificio que eso conlleva.

“Yo empecé a los seis años y para mí el baloncesto no es un deporte difícil. Para mí es pura diversión”, explicó. “Me siento feliz y en control cuando juego”, aseguró.

El primer acercamiento que tuvo Walker Agosto con el baloncesto fue a través de su familia. Según su madre, en el hogar el deporte es una religión y afirma que la disciplina le ha otorgado a su hijo infinidad de posibilidades. Muchas que de otra forma no hubiese podido tener.

“Yo empecé a jugar porque yo iba a ver a mis tíos en la cancha”, explicó el estudiante de sexto grado en el Colegio Espíritu Santo en Hato Rey.

“He pertenecido a equipos como Fraigcomar pero ahora estoy en Bucaplaa . Con la Selección puedo ir a otros países  y representar a Puerto Rico que es lo que me llena de orgullo”, indicó.

El primer torneo que Walker ganó fue en el pueblo de Las Piedras cuando tenía 6 años.  Allí, se alzó como el jugador más valioso. Junto a sus compañeros de Fraigcomar, ganó dos campeonatos de la Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB).


A los 9 años se integró al equipo de los Pumas de Bucaplaa. Junto a ese equipo llegó a la cuarta posición de un total de más de 60 equipos que participaron en el Torneo AAV National ,celebrado en la ciudad de Orlando.

Además, fue invitado como refuerzo para jugar en el torneo Biddy National en New Orleans. En esa ocasión el equipo al que pertenecía se alzó con el tercer lugar.

En julio, viajará a Orlando con sus compañeros del Equipo Nacional en la división mini, para participar en el torneo Youth Basketball Organization Asociation (YBOA).

El próximo martes, Walker competirá representando a su residencial público en los Juegos de Puerto Rico. 

Aunque señala que lo más difícil de jugar baloncesto es aprender a utilizar la mano izquierda para tirar una güira, confía en sus fortalezas para atacar como jugador en la cancha.

“Quiero ser abogado, pero también quiero estar en la NBA” indicó sonriendo.

Según él, su receta de éxito radica en entender que no todo en la vida es ganar, sino dar el máximo. Y él, asegura, quiere darlo todo.