¿Por qué es San Germán considerado ‘La Cuna’ del baloncesto de Puerto Rico?
Conoce las razones que le han dado valor a que la ciudad de Las Lomas pueda acreditarse ese apodo.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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La génesis del baloncesto puertorriqueño técnicamente no se dio en San Germán. Pero a la vez, si hay un equipo que se merece llevar en su camisa el apodo ‘La Cuna’, es el de los Atléticos de San Germán.
Y es que con su historia, sus hitos, su fanaticada y su mística, se lo han ganado. Y ayer lunes comenzaron a agregarle a su abultado historial con otra serie final.
“Entiendo que hasta cierto punto tienen razón, porque es uno de los sitios donde más se ha desarrollado el baloncesto y cogió un auge extraordinario desde que comenzó la liga”, opinó el comentarista, historiador y hombre de baloncesto, Paquito Rodríguez.
Rodríguez, una de las personas que más tiempo le ha dedicado al baloncesto puertorriqueño en diferentes facetas, recordó que el baloncesto en Puerto Rico se jugó por primera vez en la YMCA de San Juan, donde en 1913 se jugó el primer partido oficial con reglas según Emilio E. Huyke.
Sin embargo, la YMCA nunca tuvo un equipo participante en los torneos que se comenzaron a celebrar desde el 1930, cuando la popularidad de este deporte llegó a tal punto de ebullición que en casi todos las ciudades y poblaciones había equipos, lo que provocó que se fundara de la Asociación Puertorriqueña de Baloncesto (1930), luego la Asociación Deportiva de Puerto Rico (1931) y más tarde la Federación Insular de Baloncesto (1936).
“San Germán está participando desde el primer campeonato en el 1930. Es una franquicia fundadora. San Juan tuvo tres equipos simultáneamente, pero San Juan tiene cinco o seis veces, quizás más, la cantidad de habitantes de San Germán”.
En San Germán estuvo el Farmacia Martín, además del equipo principal, y en 1938 San Germán fue campeón y Farmacia Martín subcampeón.
Entre 1930 y 1950, San Germán y sus equipos obtuvieron 10 campeonatos y cinco subcampeonatos, dos de ellos del Farmacia Martín. Tuvieron que esperar 35 años para volver a coronarse en el 1985, ya en la era de Piculín Ortiz, y fueron campeones en el 1991 y 1994 con la llegada de ‘Los Nenes’ que encabezaron Eddie Casiano y Nelson Quiñones bajo la dirección de Carlos Morales.
El último cetro llegó en el 1997 bajo el mando del fenecido dirigente Miguel Mercado.
Además de las 14 coronas, San Germán ha sido subcampeón en 11 ocasiones y estuvo en la final no decidida del 1953 ante Ponce.
“Lo de ‘La Cuna’ viene porque San Germán fue básicamente el equipo dominante cuando comenzaron los juegos del baloncesto en la Isla. San Germán tuvo hasta dos equipos al mismo tiempo en un pueblo chiquito: el All San Germán y el Farmacia Martín y los dos llegaban a playoffs. Si alguien se puede adjudicar ese término, ellos tienen todo el derecho”, opinó el exdirigente atlético, Carlos Morales.
El también exentrenador Armandito Torres, por su parte, ha dejado claro en un video colocado en Facebook que el apodo de la cuna no fue uno que se pusieron los sangermeños, sino que se lo dieron los miembros de la prensa y observadores del deporte que se maravillaron en los años 30 de ver la cantera de jugadores que producía San Germán, al punto de ser la única ciudad en la historia de la Liga Superior en lograr en un mismo año que equipos del pueblo fuera campeón y subcampeón y siendo ambos conformados por jugadores exclusivamente del pueblo.
Otro exdirigente que llevó un campeonato a San Germán los fue el legendario Flor Meléndez, quien los llevó a la cima tras una espera de 35 años. Posiblemente fue el trofeo que más se saborearon los sangermeños.
“Jugar en San Germán y hacerse amigo de la gente, es un lujo. Yo convivía con la gente. Estaba todo el día con la gente. Tratan bien a uno y uno puede perder y se molestan porque el equipo pierde, pero nunca dejan de estar en las prácticas ni siguiendo a los equipos”, recordó Meléndez.
“Por eso ellos le llaman ‘La Cuna’, porque además de los años que llevan en el baloncesto, la forma en que esa franquicia ha podido mantenerse en un pueblo pequeño es por cómo es la gente”, agregó.
De acuerdo con Rodríguez, el éxito y la supervivencia propia del baloncesto del baloncesto en la Ciudad de Las Lomas tiene un apellido clave: Torres.
La cancha de los Atléticos lleva el nombre de uno de sus héroes, Arquelio Torres Ramírez, quien fue tío de Armandito Torres Jr., que pasó por las etapas de jugador, dirigente y apoderado de los Atléticos, al igual que las vivió su padre, Armando Torres.
“Esa mística que tiene el equipo Armandito Torres tiene que ver con ella, y muchas otras personas que han hecho muchos sacrificios para que allí se mantenga el baloncesto. Porque cuando ganan es un mamey y la cancha se llena. Pero hubo muchos años que era cogiendo pelas”, afirmó Rodríguez.
“Hay tanta gente que ha hecho sacrificios. Allí hasta hay un grupo de monjas que no se pierde un juego”, dijo Rodríguez.
Para Meléndez, San Germán tienen figuras del pasado que siguen allí, que están presentes en los juegos, además de Casiano.
“Armandito está al borde de la cancha con su familia. Piculín está allí yendo a las canchas y viendo los juegos. El que va a San Germán eso se le queda. Lo que pasa en el área oeste con ese equipo se le queda a uno en el corazón”, agregó Meléndez.
Paquito también comparó a los Atléticos con el fenómeno de los Piratas de Quebradillas en la década de los 70, cuando la televisión y la publicidad respaldaban la popularidad de ese equipo.
“La mayoría de los pueblos pequeños nos veíamos representados por equipos como Quebradillas. Cuando San Germán tuvo su mayor época de gloria no había tanta publicidad ni estaba la televisión con Manuel Rivera Morales”, razón por la cual tal vez el fenómeno sangermeño no fue mayor.
Pero con la sorprendente temporada que han tenido en el 2022, y algunos momentos brillantes en los pasados años, parecería tiempo fértil para que más fanáticos de pueblos pequeños se unan a la fiebre anaranjada.
“Pienso que la administración del equipo tiene mucho que ver. Han traído esa mística. Pusieron el nombre en el uniforme y han vuelto a hacer aquellas cosas que se hacían antes en ese pueblo. Trajeron a Eddie, que se crió allí. Está desde los 14 años”, opinó Rodríguez.
“Y Eddie, como bien dijo, está dirigiendo para la gente que le vio crecer. Es una mística que es tan bonita y positiva para el deporte, que hasta yo me la estoy viviendo también”, afirmó. “Entiendo que el apodo se lo han ganado”.