El veterano anotador Alejandro ‘Bimbo’ Carmona alcanzó la semana pasada los 8,000 puntos en el Baloncesto Superior Nacional, esto a sus 38 años y en su vigésima temporada y su partido número 516. Es una friolera de puntos, pero también es incomparable con las que lograron en esos mismo términos los máximos anotadores históricos del Baloncesto Superior Nacional, quienes jugaron entre las décadas del 1970, 1980 y algunos pocos en los años 2000.

Georgie Torres, por ejemplo, tenía 14,610 puntos acumulados cuando tenía 38 años y 567 juegos. Torres es el máximo anotador del BSN con 15,863 tantos.

El también veterano anotador de la actualidad, David Huertas, llegó la pasada semana a 5,000 puntos en su carrera de 13 temporadas. Huertas ha metido mucha bola, pero su cifra es también incomparable con otros anotadores históricos como Mario ‘Quijote’ Morales, los panameños Rolando Frazer y Mario Butler y el legendario Raymond Dalmau.

Morales había acumulado 9,253 puntos en sus primeras 13 temporadas, por ejemplo. Terminó anotando 15,293 puntos.

¿Llegará algún jugador de la época actual a esas cifras históricas? Juzgue usted.

Pero para que sea justo en su juicio, este medio le preguntó a los jugadores de la vieja escuela por los factores que a su consideración explican la diferencia tan amplia de puntos de una época a otra.

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Morales explicó que hay una falsa impresión sobre el juego actual, que se considera un juego de correr la cancha versus el estilo de media cancha de antes. Morales explicó que es una falsa impresión porque el juego de ‘corre y corre’ de ahora no se traduce en más puntos en la pizarra.

“Antes se jugaba más rápido, de pases largos, que encontraban el canasto cómodo. Se corre más, pero no se ve en la pizarra. Ahora apenas se ven juego de 100 puntos. Antes, para mí, sin ver estadísticas, se tiraba más que ahora”, dijo.

Estadísticamente hablado, Morales dio en el clavo.

En el 2018, en una temporada de 36 juegos, Huertas tomó 433 tiros, incluyendo 212 triples. Anotó 509 puntos.

Hace 25 años, en el 1993, en una temporada de 34 juegos, Morales tomó 614 tiros, incluyendo 209 triples. Anotó 850 puntos.

La historia se repite al mirar las estadísticas de Carmona.

En el 2018, en una temporada de 35 juegos, Carmona hizo 329 intentos al canasto, incluyendo 115 triples. Anotó 460 puntos.

Hace 32 años, Rubén ‘El Sharp Shooter’ Rodríguez tomó 610 tiros, incluyendo 209 triples, en una temporada de 33 juegos. Anotó 766 puntos.

Morales agregó otras razones para explicar por qué los alero, bases o escoltas de ahora anotan menos que los delanteros o armadores de antes. Señaló a elementos presentes en el BSN y que no existían en el Baloncesto Superior de antes.

“El estilo de juego cambió. Ahora es un juego más físico, lo que afecta la ofensiva de los jugadores y hace más difícil anotar. Cada equipo tiene tres refuerzos, lo que hace difícil comenzar a jugar a los 17 años. Hay menos equipos, lo que concentra el talento”, explicó.

En el actual torneo hay 12 equipos. El BSN llegó a tener temporadas de ocho franquicias en esta era. En la década del 1980 llegaron a haber hasta 16 franquicias, incluyendo equipos en la montaña que se han perdido en esta era, como lo era los Titanes de Morovis con quienes brilló Wes Correa, los Polluelos de Aibonito con quien marcó muchos puntos el panameño Rolando Frazier y hasta los Maratonistas de Coamo y Avancinos de Villalba, que también tiene su historia. En la década del 1970 no había refuerzos. Ese tipo de jugador llegó en la década de los 80, inicialmente de manera limitada para balancear el torneo.

Dalmau coincidió con Morales, sobre todo con la manera en que el juego físico de ahora le añade grados de dificultad a los tiros.

“El estilo de juego cambió a un juego más físico, que afecta la ofensiva de los jugadores y hace más difícil anotar”, dijo.

Dalmau, quien se retiró del BSN a los 36 años con 11,592 puntos, señaló también que el desarrollo de los jugadores actuales ha sido más lento que el de los canasteros de la vieja guardia, lo que limita la nueva cepa.

“El desarrollo del jugador no es igual que en los tiempos de nosotros, y eso tiene su razón de ser. Cuando nosotros jugábamos, a los 16-17 años ya nos firmaban, nos desarrollábamos más rápido jugando con hombres. Hace ya más de 25 años, con las reglas de la NCAA, no se permiten que los jugadores colegiales que jueguen en el BSN. Eso limitó mucho a ese desarrollo de los jugadores, que vienen siendo buenos jugadores a los 23, 24 años”, contestó.

“Ahora se limitan a jugar colegial y pierden ese taller en el BSN. Eso ha limitado mucho el crecimiento de los jugadores, se tardan más en desarrollarse”.

Las reglas de la NCAA le privan de elegibilidad a los jugadores que participen en ligas profesionales a cambio de una remuneración económica. En épocas pasadas, los jugadores boricuas jugaban en la NCAA y los veranos jugaban BSN. Tenían un doble taller que ayudaba su desarrollo.

Morales coincidió con Dalmau en una entrevista aparte. Es, además, un ejemplo vivo.

El ‘Quijote’ debutó a los 17 años en el BSN y a los 20 años ya era una figura con los Mets de Guaynabo. A los 21 fue olímpico en Montreal 1976 y a los 24 anotó 1,020 puntos en una temporada de 33 juegos.

“Eso nos ayudaba a madurar rápido”, dijo.