Los Ángeles. LeBron James ha estado con los Lakers de Los Ángeles por apenas 19 meses. La costa oeste es una parada tardía en un viaje por la NBA que le ha dado anillos, trofeos e innumerables momentos imborrables en Cleveland y Miami.

Sin embargo, cuando esta venerada franquicia necesitaba un líder para honrar a una leyenda durante uno de los momentos más traumáticos en su historia, James tomó el micrófono y se colocó en bajo los reflectores del Staples Center ayer por la noche.

Cinco días después de que Kobe Bryant murió en un accidente de helicóptero, la simple elocuencia de las palabras de James dejó a la mayoría de los presentes con el rostro empapado de lágrimas.

En tan solo cuatro minutos, el discurso de LeBron capturó el ambiente melancólico de una ciudad al tiempo que sugirió que es posible y necesario seguir adelante luego de una tragedia inimaginable.

“Mientras observo esta arena, todos estamos en duelo”, dijo James. “Todos estamos dolidos. Todos estamos quebrados. Pero cuando atravesamos cosas como esta, lo mejor que pueden hacer es apoyarse en los hombros de su familia”

Cleveland podría ser el hogar de James, pero una parte de él se ha tornado morada y dorada.

Luego de que el corazón, humor y empatía de James se apoderaron del estadio que Bryant esencialmente construyó, acabó con cualquier escepticismo entre la enorme base de fanáticos de los Lakers en torno a si LeBron podría ser realmente acogido por Los Ángeles.

Una rivalidad de 13 años avivada por los aficionados entre Bryant y James por la supremacía de la NBA provocó que muchos aficionados de los Lakers vieran con escepticismo la llegada de LeBron, incluso después de que Bryant celebró la decisión.

Cuando James dio un paso al frente y habló en este día triste, cimentó su importancia en su nuevo equipo, incluso antes de que logren meterse a la postemporada en los próximos meses.

Las habilidades de liderazgo de James importaron esta semana y más antes del partido. Frank Vogel, entrenador de los Lakers que se encuentra en su primer año y que asumió el cargo en un momento terrible, dijo que James tomó la iniciativa en la primera reunión del equipo tras la muerte de Bryant y que compartió su dolor y sus recuerdos con un rival amistoso.

“Creo que realmente ha sido una torre de fuerza para todos nosotros”, comentó Vogel. “Ha sido un gran líder en este momento tan difícil para nosotros, tanto por su ejemplo y por simplemente ser un líder vocal, y nosotros lo estamos siguiendo”.

Los Lakers sabían que su primer juego tras la muerte de Kobe sería doloroso y la ceremonia previa al encuentro demostró que estaban en lo correcto.

Luego de que Usher cantó “Amazing Grace”, la voz de Bryant se escuchó por toda la arena ensombrecida mientras imágenes de su vida y carrera se mostraban en la pantalla. Las fotografías de Kobe con su hija Gianna, quien también falleció en el accidente junto con otras siete personas, fueron casi demasiado dolorosas para observar.

Eventualmente, llegó el turno de James. Comenzó diciendo los nombres de las nueve víctimas del accidente ocurrido en las montañas de Calabasas, California.

James tenía apuntes para su discurso metidos en la banda elástica de sus pantalones, pero los sacó y los descartó deliberadamente.

“Me pidieron mantenerme en el curso, o cualquiera sea el caso”, dijo James. “Pero Nación Laker, me quedaría corto si leyera esto... así que lo diré directo desde el corazón”.

Apenas seis días antes, James superó a Bryant por el tercer sitio de la lista de máximos anotadores de la NBA. Habló largo y tendido tras ese partido en Filadelfia sobre la influencia de Bryant en su juego y en su forma de ver la vida, elogiando a Kobe por todo, desde sus increíbles habilidades hasta su deseo de ser un buen padre para sus hijas.

Bryant y James hablaron por teléfono el sábado por la mañana, horas antes de que Bryant falleciera.