Caguas. En medio de la celebración de los Criollos de Caguas por el campeonato 2024 del Baloncesto Superior Nacional (BSN), el dirigente Wilhelmus Caanen no tenía palabras para describir la gesta que su equipo acababa de lograr.

Contra todo pronóstico, los Criollos vencieron el viernes, 96-81, a los Osos de Manatí en el séptimo juego de la final para capturar el segundo cetro en la historia de la franquicia después de 18 años de espera.

“Procesándolo… Todavía no tengo la más mínima idea de cómo se celebra esto. Cuando sonó la chicharra solo pensé: ‘Gracias, papá Dios’. Tener la satisfacción de decir muchas cosas en el transcurso de la temporada y que me la fueran comprando los jugadores, la administración y la fanaticada y ver el resultado de lo que logramos está ca…”, expresó Caanen a Primera Hora en medio de la celebración que se desató en las afueras del Coliseo Roger Mendoza, de Caguas.

Relacionadas

“Ahora mismo estoy anonadado y no sé ni qué pensar”, agregó.

La dominante victoria sobre los Osos, además de convertir a Caguas en tierra de campeones por segunda vez, permitió que el entrenador levantara su primer título de la liga local después de quedarse corto en 2019 con los Leones de Ponce. Una hazaña que parecía imposible cuando arrancó el torneo 2024.

Y es que los Criollos regresaron este año al BSN luego del traslado de los Grises de Humacao con la compraventa por parte del empresario millonario Ric Elías.

Como los Grises, esta escuadra era una sotanera y ni tan siquiera clasificó a la postemporada tras terminar con un récord de 14-22. Su regreso a la plaza del norte fue todo lo contrario.

“Llegamos a Caguas con esta administración, con este grupo de personas, no es normal. Yo comencé en el Baloncesto Superior en 1989 y lo que he vivido este año no es normal. Dios nos bendiga y nos acompañe. Sé que acabamos de quedar campeones y Dios nos dará a entender la importancia de creer en los procesos para seguir hacia adelante””, comentó el entrenador.

A diferencia de los otros equipos, los Criollos comenzaron a alistarse en la pretemporada a principios de febrero y añadieron a sus filas nuevos jugadores como el refuerzo Louis King, Onzie Branch, Marlon Hargis, Devon Collier, Christian “Cuco” López y Christian Pizarro.

Con ese renovado conjunto, el Valle del Turabo dejó claro desde que inició la temporada que ya no eran aquellos alicaídos Grises y eran contendientes al título con una racha de siete victorias consecutivas.

“La administración tenía como objetivo que todo el equipo estuviera en Puerto Rico lo antes posible para que pudiéramos crear química en la pretemporada. El año pasado terminamos con una buena racha, así que sabíamos que teníamos talento y, cuando vimos que muchos nos consideraban el peor equipo en la liga, eso nos motivó a comprobar lo contrario”, dijo, por su parte, Alexander Kappos, quien fue el máximo anotador de Caguas en el séptimo juego con 22 puntos.

Alexander Kappos, de los Criollos de Caguas, donquea el balón en el séptimo juego de la final del BSN.
Alexander Kappos, de los Criollos de Caguas, donquea el balón en el séptimo juego de la final del BSN. (Xavier Araújo)

Al igual que en la pretemporada, los Criollos eran considerados el equipo menos favorito en la final contra Manatí. No era para menos. Los Osos venían de eliminar a los Capitanes de Arecibo, líderes de la Sección A con el mejor récord en la liga, y barrer a los entonces campeones Gigantes de Carolina.

De hecho, muchos pensaban que con la explosiva ofensiva de Manatí, que promediaba casi 100 puntos antes de esta serie, la final sería una corta. Fue todo lo contrario.

Se definió en el máximo de siete partidos y se convirtió en el primer baile de coronación desde 1975 que el equipo visitante ganó los primeros seis encuentros.

Aun así, los Criollos estaban confiados de que iban a poder, finalmente, defender la casa cuando más los minutos contaban.

“Cuando ves la pelea que dimos en el segundo y sexto juego, te das cuenta que no importa por cuánto estemos perdiendo nosotros no nos quitamos. Eso te enseña la fortaleza que tiene este equipo”, indicó Kappos.

“Siempre nos dijimos que nadie tenía más ganas de ganar el campeonato que nosotros y nos mantuvimos aferrados a eso”, añadió.

En el segundo y sexto partido, los Criollos salieron airosos en la carretera con dramáticas victorias en tiempo extra. Cabe señalar que antes de la final, los Osos no habían perdido en el Coliseo Juan Aubín Cruz Abreu “Bincito”, de Manatí.

Esa confianza fue transmitida en la práctica que realizaron el jueves en el Coliseo Roger Mendoza. A sabiendas de que al día siguiente tendrían 40 minutos para levantar el campeonato, allí no había nervios o estrés. Parecía una práctica para un juego más, pero no lo era.

“Esa es mi estampa. Estar cómodo cuando los demás estén incómodo”, dijo Caanen acerca de la actitud con la que su quinteto afrontó este partido.

Lo cierto es que la próxima temporada muchas cosas cambiarán para Caguas. Ya no serán aquellos subestimados Criollos que tomaron por sorpresa a la liga. Serán los campeones y las otras 11 franquicias que compiten en el torneo irán por ellos.

Sin embargo, eso no era algo que el dirigente estaba pensando el viernes.

“Me preocuparé por eso en los próximos meses”, dijo Caanen entre carcajadas.