No hay luz al final del túnel
Los recientes resultados confirman que el básquet puertorriqueño ha perdido su nivel de antaño.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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Sevilla, España. Ya son tres mundiales consecutivos en los que Puerto Rico no avanza más allá de la primera ronda.
Tampoco se ha clasificado a los pasados dos Juegos Olímpicos, no se gana un torneo de las Américas desde el 1995 e, incluso, no hemos sido campeones en Centrobásket en las últimas dos ediciones.
Los números no mienten. El Equipo Nacional ya no es ni la sombra de aquella institución que hizo grande José “Piculín” Ortiz y un grupo de trabajadores de diferentes épocas entre la década del 1980 hasta principios de este siglo.
La selección boricua ha tocado fondo.
“Es una triste realidad. No por falta de preparación, esfuerzo o trabajo. Menos por falta de orgullo. Creo que esa teoría probamos que no es real al salir a jugar duro luego del arranque 0-3. Pero hay que ser honestos. Nos faltan muchas cosas. Y, sencillamente los demás equipos son superiores”, precisó el delantero Ricky Sánchez.
Se ha tocado fondo por varias razones. La principal por haber fallado durante décadas en trabajar un plan de desarrollo de jugadores que ayudaran a preparar los relevos de canasteros como Ortiz.
Pero también se falló en desarrollar canasteros de reparto importantes, como los que tuvo la Selección durante años, tales como Jerome Mincy, Ramón Rivas, entre otros de la década de los 80 y 90, así como de Daniel Santiago y Rolando Hourruitiner del 2000 en adelante.
El fondo también se toca porque los demás países del mundo, algunos por hacer las cosas bien y otros por tener atletas que por genética son más grandes y atléticos, han podido presentar en la Copa del Mundo FIBA 2014 a selecciones mejores equipadas que la de Puerto Rico.
“Ahora mismo no tenemos un hombre grande dominante que juegue de espaldas al canasto. Dependemos exclusivamente de la ofensiva de nuestros gares. Somos más bajitos y menos atléticos. Y arriba de eso, nosotros seguimos haciendo lo mismo. Por eso equipos como Senegal, que no son tan estructurados pero son rápidos, atléticos y más altos, nos hacen daño. Y por eso los equipos europeos que son más lentos, pero juegan organizados, con mucha paciencia y con recursos en todas las posiciones, también nos hacen daño”, enumeró y analizó el escolta David Huertas.
Ambos jugadores coincidieron que Puerto Rico tiene un reto enorme para poder levantarse. Sería una buena ayuda poder reclutar a jugadores altos, atléticos y fuertes que jueguen en todas las posiciones. Obviamente, ellos saben que esos jugadores no abundan en la Isla y que tomará tiempo desarrollar a juveniles que sean descubiertos. Incluso, hasta el mismo Jorge Bryan Díaz, quien ya está en la Selección y tiene 24 años, necesitará varios años para madurar y poder ser de ayuda.
Será necesario también atender el eterno tema del Baloncesto Superior Nacional, que sigue jugándose en fecha de verano y siempre deja al seleccionado con poco tiempo para entrenar. Además, el torneo deja a los jugadores lastimados y fatigados.
Sánchez, sin embargo, ve algo más.
“El baloncesto que estamos jugando en el BSN no es este que estamos jugando aquí (en el Mundial). En nuestro baloncesto, todo los equipos detallan que se empuje el balón. Aquí vemos un baloncesto táctico y de alto I.Q. (intelecto). Por eso todos los jugadores de Argentina sabían bien cuáles serían nuestras jugadas”, dijo Sánchez.
Así las cosas, Sánchez y Huertas admitieron que no saben cómo Puerto Rico logrará levantarse. Defendieron que el terrible torneo que jugó la Selección no fue por falta de entereza de los jugadores y del staff técnico, menos por falta de preparación, y no por una aspecto en específico que tenga una solución sencilla.
“Lo que hay es lo que hay. La realidad es la realidad”, repitió Sánchez en palabras parecidas a las que usó Paco Olmos en los pasados días.