París, Francia. Nikola Jokic se dirigió al vestuario en la Arena Bercy después de haber ayudado a su equipo a completar la mayor remontada en la historia del baloncesto olímpico en su victoria de cuartos de final sobre Australia.

La estrella de la NBA levantó la vista y vio una multitud de periodistas esperando para preguntarle cómo había logrado Serbia evitar la eliminación. Pero Jokic no tenía mucho que decir.

“Niko, ¿una pregunta?”, dijo un periodista.

“No, gracias”, respondió en voz baja mientras pasaba caminando.

No fue una sorpresa ni un desaire. Jokic no ha hablado con los medios durante los Juegos Olímpicos de París 2024. Prefiere hablar en la cancha en Francia.

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“Es genial, pero a él no le gusta hablar con los medios, ya lo sabes”, comentó Bogdan Bogdanovic, compañero de la estrella de los Nuggets de Denver. “En la NBA, si no habla con los medios, lo multan. Pero aquí no hay multas. Aquí es voluntario. Entonces él dice: ‘No necesito hacerlo’. No te ofendas”.

Lo anterior no ha impedido que el tres veces Jugador Más Valioso de la NBA haya guiado a Serbia a un enfrentamiento de semifinales contra Estados Unidos el próximo jueves.

Serbia aspira a estar en el podio olímpico por primera vez desde los Juegos de 2016 en Río de Janeiro, donde ganó la plata. Aquellos fueron los primeros Juegos Olímpicos para Jokic, quien en aquel entonces sólo tenía 21 años y venía de su temporada de novato en la NBA.

En los ocho años transcurridos desde entonces, se ha convertido en una de las estrellas más destacadas de la NBA, con un campeonato en 2023.

Pero aún no ha alcanzado la cima de los Juegos Olímpicos.

Los estadounidenses superaron fácilmente a Jokic y compañía durante su enfrentamiento en la fase de grupos del torneo, por 110-84 en el partido inaugural para ambos equipos.