El ‘rompecorazones’. Así le dicen al destacado jinete Juan Carlos Díaz por la manera en que viene de atrás con su caballo para ganar en la ralla. Así le pueden llamar también a los Vaqueros de Bayamón por las repetidas ocasiones en que han ganado este año viniendo de atrás.

La más reciente fue el miércoles, cuando perdían por 10 puntos en Quebradillas con poco más de un minuto por jugar, y sacaron el partido de cuartos de final ante los Piratas con un espectacular secuencia de defensa, transición y ofensiva que culminó con un bombazo ganador de Javier Mojica en la chicharra que le dio la victoria 82-79.

Bayamón se fue de esa manera 2-0 arriba en la serie contra los Piratas y, tal vez, le sacó el aire emocional a los Piratas en la serie.

Los Vaqueros han hecho igual este año ante otro rivales y se colocaron en la historia entre algunas de las recordadas victorias clásicas en la chicharra del Baloncesto Superior Nacional.

El 14 de septiembre en Guaynabo, los Vaqueros perdían 77-57 en el cuarto periodo y 84-78 faltando :39 segundos de juego. Con un avance de 17-3 se acercaron y completaron el avance con un 7-0 que culminó con una penetración espectacular de Ángel Rodríguez en la chicharra que le dio la victoria 85-84.

Y el 25 de septiembre en Carolina, los Vaqueros perdían 99-98 con 4.4 segundos en el reloj ante los Gigantes que se hubiesen anotado el ‘palo’ de la temporada. Pero ocurrió lo inesperado.

Luego de un tiempo, Bayamón sacó el balón con Christian Doolittle y todo el mundo en la cancha creyó que le entregaría el balón a Rodríguez para el intento final. En vez, en otra jugada de pizarra, Doolittle sacó un puente aéreo a Ysmael Romero, quien clavó el balón para el triunfo de los Vaqueros por 100-99.

Repleto de grandes finales el BSN

La enérgica y espectacular victoria de los Vaqueros el miércoles en Quebradillas colocó a ésta entre la historia de las mejores sacadas del ‘buche’ en el BSN. Otra en la que Bayamón fue protagonista fue uno que dio a los Vaqueros un campeonato. Le conocen a la jugada como el ‘Gidelazo’ cuando Giddel Padilla tapeó un balón con cuatro segundos por jugar en remate a una puesta de Michelo Dávila con Bayamón abajo 69-68 que dio a Bayamón el triunfo y el campeonato.

El BSN tiene otros momentos increíbles.

De esas son memorables la de los Cangrejeros de Santurce ante los Atléticos de San Germán en la serie cuartos de final del 1998, quien abajo 66-44 con 10 minutos por jugar se repusieron con un ataque increíble de jugadores como Carlos Arroyo, Guayacán Santiago y Piculín Ortiz para empatar el juego a 85-85 camino a ganar en doble tiempo extra por final 101-98 para avanzar a la semifinal del torneo. En el juego echaron a perder una producción de 38 puntos de Eddie Casiano.

Y entre esos momentos históricos también están dos en que Bayamón fue víctima: el recordado ‘Angelazo’ en el coliseo Roberto Clemente en el 1983 y el ‘Grimaldazo’ en el Coliseo Rubén Rodríguez en el 1988.

En el primero, Bayamón jugaba contra los Indios de Canóvanas una de las semifinales y ganaba el partido decisivo en el coliseo Roberto Clemente por 73-71, con nueve segundos en el reloj y el seguro Rubén Rodríguez en el tiro libre. El tirador cobró el primero, pero falló el segundo y el rebote de Canóvanas comenzó uno de los triples más recordados en el BSN.

El rebote pasó a las manos del armador Ángelo Cruz, quien bajó el balón y se detuvo para un triple distante y lo convirtió para empatar el partido a 74-74 en vías a un tiempo extra en que Canóvanas sepultó a los Vaqueros para pasar a la final y ganar ésta sobre los Mets de Guaynabo.

En el 1988, por su parte, en un sexto juego de serie final los Vaqueros estaban a ley de cinco segundos de celebrar un campeonato en su casa en el año inaugural del Coliseo Rubén Rodríguez. Un tiro libre de Germán Hernández colocó a Bayamón empatado con los propios Indios 98-98. El base, sin embargo, falló un segundo intento que pudo haber sido decisivo y cuando Canóvanas reboteó la bola pasó a las manos de Cruz, quien bajó a toda velocidad pasando el balón casi a media cancha a las manos de Grimaldi Vidot, quien atizó un triple que dio la victoria rompecorazones a los Indios forzando un juego decisivo que se jugaría unas noches después en Ponce, donde los Vaqueros a la larga ganaron el campeonato.

Y esos no son los únicos. ¿Recuerda usted alguno? Cuéntelo en los comentarios.