En pie de guerra. Así están los afiliados a la Asociación de Jugadores, según el representante legal del gremio, Víctor Vélez, quien ayer aseguró que la amenaza que hizo pública la directiva del Baloncesto Superior Nacional (BSN) de que contratarán canasteros reemplazos si los del patio se van a huelga no va a amilanar la lucha para hacer valer los acuerdos que tienen firmados desde el año pasado y que la liga pretende cambiar nuevamente.

Vélez dijo ayer que los jugadores están muy unidos y han comenzado a expresar su apoyo a la Asociación de Jugadores vía una campaña en redes para buscar que el BSN honre el acuerdo que firmaron el año pasado y que comprometía a la liga a aumentar nuevamente a $80,000 el salario máximo permitido en la liga tras acordar que el pago fuera de solo $60,000 en el 2018, como medida de emergencia tras el paso del huracán María.

“Los jugadores están bien unidos en esto. Nunca los he visto más decididos que ahora en el tiempo que estoy con ellos”, indicó Vélez.

Los jugadores le pidieron a Vélez el pasado jueves en asamblea, que busque la intercesión de la Federación de Baloncesto para mediar en el caso, y de no tener  éxito que acuda a tribunales y hasta la Junta Federal de Relaciones del Trabajo. El voto de huelga es otra herramienta acordada para usarla en caso que nada antes de eso funcione.

No obstante, ante el aviso de la Asociación de Jugadores, el presidente del BSN le adelantó a El Nuevo Día el viernes que si los jugadores se van a huelga la liga optará por abrir el organismo a jugadores extranjeros sin limitar el privilegio de ser una liga de mayoría de jugadores nativos. Dicen que las medidas buscan estabilizar las finanzas de los equipos.