LeBron James fue colocado en los protocolos de salud y seguridad de la NBA, y fue descartado del juego de los Lakers de Los Ángeles del martes contra los Kings de Sacramento.

Una acción de ese tipo significa, casi con toda seguridad, una de estas dos cosas: que James, quien dijo al principio de la temporada que está vacunado contra el COVID-19 , dio positivo a la enfermedad o arrojó un resultado inconcluso.

Si James dio positivo, sería separado por un mínimo de 10 días de los Lakers a menos de que arroje dos pruebas de PCR negativas en un lapso de 24 horas.

Mientras tanto, la NBA hizo hincapié en su recomendación anterior, respaldada por la Asociación Nacional de Jugadores de Baloncesto, sobre que los entrenadores y jugadores que están vacunados deben recibir una dosis de refuerzo de la vacuna tan pronto como sea posible.

La NBA, en un memorándum obtenido por The Associated Press, también informó el martes a los equipos que ha registrado 34 casos en los que un jugador, entrenador o miembro del personal completamente vacunado tuvo una infección posvacuna. La liga ha dicho que el 97% de los jugadores están completamente vacunados, con Kyrie Irving, de Brooklyn, que no ha jugado esta temporada por su estatus, entre las excepciones.

Otras estrellas de la NBA ya se han perdido varios partidos esta campaña luego de arrojar un resultado positivo, incluido Joel Embiid, de Filadelfia, quien se perdió tres semanas mientras lidiaba con el virus.

El juego del martes representa la duodécima ausencia de James en los primeros 23 encuentros de los Lakers de la temporada. Se ausentó 10 partidos por lesiones y otro luego de que recibió su primera suspensión de la NBA en sus 19 años de carrera.

Promedia 25.8 puntos, 5.2 rebotes y 6.8 asistencias esta campaña. Si está fuera por 10 días, se perdería al menos cuatro partidos.