Suena la chicharra que anuncia el final del tercer juego de la serie semifinal del Baloncesto Superior Nacional (BSN) entre los Criollos de Caguas y los Leones de Ponce y ambos equipos se dirigen a sus respectivos camerinos en el Coliseo Roger Mendoza.

En minutos, una multitud de fanáticos se reunió en las afueras del vestidor de los Criollos como suele suceder en los partidos locales del Valle del Turabo. Poco a poco, los jugadores del quinteto cagüeño comenzaron a salir.

En sus salidas, los aficionados aprovecharon y compartieron con canasteros como los refuerzos Louis King y Travis Trice, Jugador Más Valioso 2024.

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Sin embargo, con ninguno se desató una euforia como cuando salió del vestidor Christian “Cuco” López.

Y es que desde que los Criollos regresaron a la liga esta temporada, luego de desaparecer en el 2009, Cuco López, nacido y criado en Caguas, se ha convertido en uno de los más queridos por la afición.

“Es algo genuino. La mayoría de la gente que tú ves gritándome son gente que me conoce de toda la vida. Algunos me han dado clase, han sido amistades mías, compañeros de equipo. Yo me desarrollé y me crié aquí. Cuando yo te digo eso es porque yo vivo aquí. Yo puedo venir caminando a la cancha”, contó López en entrevista con Primera Hora.

“Yo me crié toda mi vida en la urbanización Parque del Monte. Ahora vivo con mi esposa en Bairoa, pero toda la vida estuve aquí en Caguas. Añadiendo a eso, es la historia que yo traigo detrás. Una historia de muchos fracasos, muchas bajas, muchos sacrificios y que todo el núcleo que tú estás viendo gritando está bien consciente y ha estado presente en esos procesos”, abundó.

Fanáticos de los Criollos de Caguas levantan un cartel con el rostro de Christian "Cuco" López.
Fanáticos de los Criollos de Caguas levantan un cartel con el rostro de Christian "Cuco" López. (BSN)

La carrera de López ha sido una llena de altibajos. Fue desarrollado en las categorías menores de la isla y, en sus años universitarios, formó parte de los Toritos de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Cayey en la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI). De los cuatro años que estuvo activo en la LAI, fue el capitán de la escuadra cayeyana en tres de ellos y se destacó por su habilidad en el lado ofensivo.

Con apenas 22 años y a tres meses de terminar su bachillerato de Educación Física, firmó con los Caciques de Humacao en el 2016.

Parecía que aquel joven cagüeño había cumplido su sueño, pero en el 2018 fue dejado en libertad y quedó fuera de la liga. Por cuatro largos años, López intentó de todo para volver a establecerse en el BSN. Compitió en Nicaragua y en numerosos torneos locales, pero no fue hasta el 2022 que recibió una llamada de los Indios de Mayagüez.

Sin contrato, López no dudó en aceptar la oferta y se fue a la Sultana del Oeste, a pesar de que casi no iba a poder ver a su familia.

“Estaba tratando de establecerme en el BSN para poder proveer económicamente a mi familia. Por mucho tiempo no lo pude hacer por estar siguiendo sueños y ese es el tipo de sacrificio que yo he tenido que hacer. Pero el tiempo de Dios es perfecto y esto que está pasando es como la conclusión de un chamaquito que logró el sueño. Es algo bien genuino porque la gente piensa: ‘Coño, le dieron la oportunidad al chamaco después que tanto insistió’”, comentó.

“Yo me iba a quitar”

Cuco, de 28 años, reveló que estuvo a punto de retirarse del baloncesto profesional por la situación económica en la que se encontraba antes de que Caguas lo contactara a principios del año. Una vez más la carrera de López estaba en el aire luego de salir de las filas de los Leones en el 2023 y, si Caanen se hubiese tardado una semana más en llamarlo, la “CucoManía” nunca se hubiese apoderado del Valle del Turabo.

“Yo estaba a punto de retirarme. Una semana antes de que Wilhelmus (Caanen) me llamara yo me iba a quitar por situaciones económicas. Ya yo estoy casado, tengo una familia a la que le debo proveer, así que puse eso en una balanza. Decidí esperar un poquito más y se me dio la llamada”, confesó.

“A mí no me llamaron para firmar. Yo tuve que hacer los tryouts y gracias a Dios estoy aquí. Después, tuve que pasar todos los procesos difíciles para poder ganarme minutos en la rotación”, añadió.

Y así fue como poco a poco López se fue ganando la confianza de Caanen. Hoy día es una figura significativa de la segunda unidad de los Criollos, aquella que le da aire al equipo cuando los Trice o King necesitan un descanso.

“La dinámica entre Wil y yo es bien bonita. Lo que tú ves de mi juego dentro de la cancha es, simplemente, el agradecimiento a Wilhelmus y a la administración por haber creído en mí. Yo estoy con esa mentalidad de que tengo que representar al pueblo cagüeño y he asumido el rol al 200 por ciento. Así sea defender, ser el tipo anotador o aplaudir y felicitar a mis compañeros”, compartió López, quien promedia 6.3 puntos en 43 partidos esta campaña.

En lo que parece una historia de película, López está a dos victorias de clasificar a la serie final del BSN junto al equipo de su pueblo nativo. Para Cuco, ganar el campeonato del BSN con los Criollos sería más que un sueño.

“Sería como terminar la historia del sueño perfecto para un jugador que juega por el pueblo, donde nació y se crió. Para mí, sería el honor más grande que he tenido en mi carrera”, concluyó.