Oakland, California.- Klay Thompson, de los Warriors de Golden State, está a un paso de obtener la autorización para jugar en la final de la NBA.

Thompson volvió a las prácticas el lunes, lo que representó un gran avance en la recuperación del armador estelar. Dijo que se sentía bien y que sólo espera el visto bueno de los médicos, bajo el protocolo de la NBA sobre conmociones cerebrales, para jugar en el primer partido contra los Cavaliers de Cleveland, el jueves por la noche.

"Espero estar. Me siento bien para volver", comentó Thompson. "Todavía no recibo el permiso, pero espero tenerlo en el próximo par de días".

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Mientras Thompson no vuelva a presentar síntomas, el club afirmó que obtendrá la autorización para jugar en la final.

El jugador sufrió una conmoción cerebral luego de recibir un rodillazo en la cabeza por parte de Trevor Ariza, de Houston, en el partido en que Golden State ganó la final de la Conferencia del Oeste, el miércoles por la noche.

Al comienzo, los médicos dieron a Thompson el visto bueno para volver al partido. Pero no lo hizo, y el equipo informó que el armador comenzó a mostrar síntomas de la conmoción después del duelo.

Mychal, padre de Thompson y ex jugador de la NBA, tuvo que llevar a su hijo a casa porque se sentía mal. Vomitó en un par de ocasiones y se le colocaron puntos de sutura junto a la oreja derecha, luego que el golpe le causó una hemorragia en un costado de la cabeza.

"Pareció algo mucho más grave de lo que fue", indicó Thompson. "Sinceramente, sólo tuve una mala noche, después del partido. Sólo sentí una jaqueca hasta que me fui a dormir. Pero a la mañana siguiente me desperté sintiéndome bien. Desayuné bien y me sentía estupendo, de verdad. Fue sólo en la noche del partido que mi cabeza estaba algo aturdida".

Thompson dijo que aprobó los análisis iniciales de conmoción y se sintió bien, incluso durante una entrevista para la cadena ESPN. Señaló que, de acuerdo con lo que le informaron los médicos, es común que los síntomas aparezcan después. Un análisis posterior confirmó la conmoción.

"Quizás fue por la adrenalina. Estaba muy emocionado porque jugamos muy bien", especuló. "Honestamente, me sentí bien durante la celebración y todo lo demás. Y unas horas después del partido sentí una ligera jaqueca y me sentí mareado".