Con nuevas políticas y sanciones, la NBA ha dejado claro que los jugadores saludables deben estar en la cancha.

Y los canasteros no piensan discutir eso. De hecho, insisten que no les gusta sentarse en el banquillo.

A algunos basquetbolistas les desagradan las medias, tanto o más que a los fanáticos que se preguntan por qué algunos de los mejores deportistas del mundo requieren con tanta frecuencia una noche libre.

Pero los jugadores quieren también que la liga entienda que hay momentos -como los que se presentaron durante la única temporada de Kawhi Leonard en Toronto- en los que tienen que escuchar a sus cuerpos o a sus médicos.

“Yo venía de una lesión y tenía que conocer los detalles que diera el doctor”, dijo el lunes Leonard, quien juega actualmente con los Clippers de Los Ángeles. “Pero si la liga ve o trata de mofarse de lo que hice en los Raptors, debería parar, porque yo estuve lesionado todo el año. Salvo por eso, si puedo jugar, jugaré. He entrenado a diario durante el verano para jugar, no para sentarme y ver a los demás jugando. Ninguna política de la liga me ayuda a jugar más partidos”.

Algunas ausencias de Leonard en los años recientes se enmarcarían en el tipo que la NBA quiere eliminar con su “política de participación del jugador” que entra en vigencia esta campaña. Leonard se perdió 22 partidos en 2018-19, cuando los Raptors buscaron evitar la sobrecarga a su regreso de una lesión de muslo que limitó al astro a nueve partidos en la campaña previa.

La liga considera que esas noches de descanso programado, conocidas como gestión del desgaste, se han vuelto demasiado comunes y serían dañinas si ahuyentan a los televidentes.

“Pienso que la liga trata de idear formas para que mejore nuestro deporte, para que crezca. Entender a la base de fanáticos es importante para todos nosotros”, comentó CJ McCollum, armador de Nueva Orleáns y presidente del sindicato de jugadores. “Como fanático de los deportes, cuando vas a un partido, quieres que todas las estrellas jueguen. Estás pagando un precio alto por el boleto... o por el paquete de TV por cable o por lo que sea, y quieres ver a los mejores”.

La política impide que los equipos, sin autorización de la liga, den descanso a múltiples jugadores estelares (definidos como aquellos que han sido elegidos para el equipo ideal All-NBA o han sido seleccionados para el Juego de Estrellas en las tres temporadas previas) durante el mismo partido. Está también prohibido mantener inactivos a los jugadores estelares que se encuentren saludables en partidos transmitidos por la televisión nacional o en encuentros del nuevo torneo que se jugará a la mitad de la campaña.

La liga amenazó con investigar ciertas ausencias y con imponer sanciones que superarían $1,000,000 si un equipo incurre en tres infracciones.

“Obviamente, la NBA trata siempre de encontrar una forma de que los mejores jueguen. ¿Por qué? Bueno, porque queremos que la gente encienda su televisor y mire”, explicó Michael Malone, dirigente de los Nuggets de Denver, campeones vigentes. “Y van a mirar cuando los mejores jugadores aparezcan cada noche y jueguen”.

Ello ha ocurrido con muy poca frecuencia en los años recientes. Incluso cuando la liga ha reducido los partidos que se juegan en días seguidos y ha limitado y mejorado las condiciones de viaje, los jugadores prominentes rara vez se acercan a disputar 82 partidos.

Los baloncelistas han recibido críticas de los fanáticos, pese a que el comisionado Adam Silver ha expresado que, frecuentemente, son los equipos los que deciden cuándo habrá descanso. Esa declaración llegó mucho antes de septiembre, cuando se anunció la nueva política.

“Pienso que la estrategia de la liga para tratar de que los jugadores tengan más actividad es buena. Trato de jugar el mayor número de partidos que pueda”, sostuvo Jaylen Brown, escolta de Boston. “No siempre somos los jugadores. Sé que la narrativa indica eso, que los jugadores deciden no jugar. No entraré en detalles, pero eso no siempre ocurre”.

Otra nueva política se dirige más hacia ellos. El nuevo contrato colectivo requiere que los canasteros, en la mayoría de los casos, participen en 65 partidos de la campaña regular a fin de que sean elegibles para premios como el Jugador Más Valioso o el All-NBA.

“Pienso que hay chicos en la liga que podrían ausentarse porque no quieren jugar, quieren descanso o algo así, sí podría ser. Pero pienso que jugar un mínimo de 65 partidos es algo inteligente para la liga, para los fanáticos y para todos”, opinó Tyler Herro, escolta de Miami. “Al final, este es un negocio. Muchas gente viene a vernos jugar. No quisiera ser un fanático que viene a verme jugar y se entera de que no juego porque no quiero”.

Marcus Smart ganó el premio al Jugador Defensivo del Año la campaña anterior con Boston, y ciertamente no desearía descalificarse para esta campaña al jugar pocos partidos. Pero sabe que necesitará ausentarse de algunos y, al igual que Leonard, advierte que no se dejará persuadir por la nueva regla.

“Me importa poco lo que se diga sobre eso, porque la gente no está ahí, arriesgando su cuerpo como yo”, dijo Smart, quien está ahora en Memphis. “Así que no veo cómo pueden decirme cuándo puedo jugar o no. Si no siento que puedo jugar, no lo haré, pero si estoy disponible, créanme que iré”, sentenció.