Si el centro suplente Jerome James obtuvo un contrato ridículo de $30 millones por cinco años en el 2005 con los Knicks de Nueva York luego de una postemporada sólida, ¿cuánto valdrá entonces el base boricua José Juan Barea luego de sus heroicas demostraciones con los Mavericks de Dallas en los playoffs esta temporada y justo antes de convertirse en agente libre?

Barea, que finalizará su contrato de tres años vigente el próximo 30 de junio y que le paga $1.8 millones esta temporada, está gozando de una postemporada muy por encima de las expectativas de cualquiera tras figurar como una de las principales armas ofensivas de su quinteto rumbo a la serie final de la Conferencia del Oeste, incluyendo promedios de 11.5 puntos y 5.5 rebotes durante la barrida de los Lakers de Los Ángeles en segunda ronda.

Pero como si los dolores de cabeza que les creó a los Lakers no fueran suficientes, Barea empezó su serie contra los Thunder de Oklahoma City con el pie derecho al frente tras atinarles 21 tantos en forma espectacular durante la victoria del martes, 121-112, en el juego de apertura de la serie final de la Conferencia del Oeste.

Así que si el diminuto pero veloz y corajudo mayagüezano sigue dando de qué hablar en los playoffs y Dallas sigue avanzando rumbo al campeonato, no hay duda de que podría convertirse en el boricua de mayor remuneración económica en la historia del baloncesto puertorriqueño.

Y es que con cada canasto o asistencia de Barea en playoffs, su cuenta de banco hace “cashing, cashing”.

La lógica es simple: si a otros armadores suplentes como Steve Blake (cuatro años por $16 millones con los Lakers), Chris Duhon ($15 millones por cuatro años con Orlando), Louis Williams ($18 millones por tres años con Filadelfia) y Kyle Lowry ($23.5 millones por cuatro años en Houston) le dieron tremendos contratos antes de la temporada 2010-2011 sin haber hecho nada significativo aun en playoffs, ¿cuánto debe valer ahora Barea después de lo que ha hecho y toda la exposición mediática que se ha ganado?

De seguro, a partir del 2011-2012, debe cobrar más que los $16 millones por cuatro años que consiguió Carlos Arroyo con los Jazz de Utah en el 2004.

Maestro del “pick-and-roll”

Su gran desempeño se debe en gran parte a su agresividad y sus penetraciones al canasto, con las cuales logra anotar o dislocar la defensa contraria para encontrarle una oportunidad de anotación a algún compañero.

Esto se hace más evidente con el uso del pick-and-roll y las pantallas que varios de sus colegas de equipo le habilitan para que el armador boricua pueda hacer de las suyas ante sus rivales.

Inclusive, ya se ha convertido en un hábito ver a Barea ejecutar el pick-and-roll una y otra vez en posesiones consecutivas y que el dirigente Rick Carlisle la siga pidiendo porque el equipo contrario no encuentra cómo detenerlo.

El pasado martes llevó a la escuela a los suplentes Eric Maynor y Nate Robinson y al paso que va, lo seguirá haciendo.