Miami, Florida. De adolescente, José Juan Barea solía admirar a Jason Kidd.

Mientras militaba en Miami Christian High School vestía su camiseta con el número 32 que Kidd utilizaba con los Suns de Phoenix. Y entre sus mayores deseos estaba algún día poderlo defender uno contra uno.

Esa oportunidad apenas se le dio en la temporada 2007-2008 antes que Kidd fuera cambiado de los Nets de Nueva Jersey a los Mavericks de Dallas.

“Apenas nos vimos en cancha un par de minutos. Me acuerdo que en ese juego cogimos una pela (101-82). Antes del juego estaba ansioso porque sabía que me tocaba jugar contra él”, dijo Barea a Primera Hora.

Kidd terminó ese juego con 13 puntos, 14 asistencias y seis rebotes, mientras que Barea aportó dos puntos y dos rebotes viniendo del banco en su segunda temporada con Dallas cuando apenas comenzaba a tener algún tiempo de juego.

La “revancha” nunca se dio, pues a Kidd lo cambiaron posteriormente a Dallas en la temporada del 2007-08.

Pero el boricua sí ha tenido oportunidades plenas para retar al veterano armador a una que otra “cocinita” durante las prácticas.

“Cuando lo canjearon me emocioné, porque quería jugar con él. Al principio estaba bien pompeao para jugar contra él en práctica. Pero luego (la emoción) se va, pues es tu compañero de equipo”, dijo Barea.

Ambos armadores han desarrollado una excelente química dentro de la cancha y su camaradería se ha extendido al plano personal.

“Es parte del combo con Nowiztki y yo para salir por ahí a comer y compartir luego de los juegos. Hemos hecho muy buena amistad”, dijo el mayagüezano, quien no recuerda si en algún momento le confesó a Kidd que fue su ídolo de la adolescencia.

“No sé si se lo dije, no quiero que se sienta viejo”, indicó Barea entre risas.

Barea elogió la disciplina y el profesionalismo del veterano armador, que a sus 38 años se convirtió en el jugador de mayor edad en iniciar un partido de Serie Final en la historia de la NBA.

“Jason es un jugador bien disciplinado. Trabaja fuerte en su cuerpo y se cuida. Es inteligente y me siento honrado de tener esta oportunidad de aprender con él”, sostuvo el boricua.

“Me habla de cuando las cosas salen bien o mal. Es tremenda persona. Me encantaría a los 38 años estar así (como él)”, subrayó Barea, quien, en forma de broma, comentó que cuando él llegue a los 38 años, “creo que voy a estar jugando en la liga de Puerto Rico con Mayagüez”.