Después de una exitosa carrera en la NBA, John Salley se alejó del baloncesto para adentrarse en el mundo del entretenimiento, pero sabía que tarde o temprano volvería al tabloncillo.

Salley, un cuatro veces campeón de la mejor liga del mundo, tuvo un balón en sus manos desde los seis años. Sin embargo, siempre le picó la vena por actuar en películas y series o hasta ser el anfritrión de programas de televisión. Por esa razón, dedicó más de dos décadas de su vida a esta otra pasión.

En cambio, cuando cumplió 60 años hace un mes, sabía que era el momento para regresar a las líneas. Esa oportunidad llegó de forma inesperada cuando el apoderado de los Piratas de Quebradillas, Dion New, lo llamó el sábado, 15 de junio, para ofrecerle la vacante de dirigente, tras el despido de Rafael “Pachy” Cruz.

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A pesar de que antes de esa llamada nunca había escuchado del Baloncesto Superior Nacional (BSN), al día siguiente tomó un vuelo a Puerto Rico y el lunes ya estaba presente en las prácticas del quinteto.

Asumir la dirección de unos Piratas que iban cuesta abajo e intentar clasificarlos a la postemporada con solo seis partidos restantes en la temporada regular, era un reto que no cualquiera hubiese aceptado, pero Salley no lo pensó dos veces.

Y aunque esta es su primera experiencia entrenando a un equipo profesional y tiene una presión inmensa en sus hombros, aseguró que no la pudiese estar pasando mejor.

“Esto es lo mejor que he hecho desde que jugué baloncesto profesional. Tener la oportunidad de venir aquí a dirigir para un dueño de un equipo como Dion es increíble. Hubiese podido ir a muchos lugares, pero vivo en el paraíso en Isabela, tengo jugadores muy buenos y asistentes excelentes”, expresó Salley en entrevista con Primera Hora antes del juego contra los Mets de Guaynabo en el Coliseo Mario “Quijote” Morales.

“La presión crea diamantes y el hecho de que estábamos en una muy mala posición y hemos ganado dos de los últimos tres te dice que estos muchachos son ganadores y no se van a rendir”, añadió.

El dirigente John Salley ganó los dos juegos que ha disputado en el Coliseo Raymond Dalmau con los Piratas de Quebradillas.
El dirigente John Salley ganó los dos juegos que ha disputado en el Coliseo Raymond Dalmau con los Piratas de Quebradillas. (BSN)

Al ser abordado acerca de lo que aprendió en sus primeros tres compromisos al mando de Quebradillas, el exjugador de los icónicos “Bad Boys” de Detroit dijo entre carcajadas que ahora sabe de primera mano las diferencias entre las reglas FIBA y NBA. Más importante aún, compartió que una semana en el BSN le bastó para revivir esa pasión que le tenía al básquet décadas atrás.

“Mi amor por el baloncesto se ha restablecido gracias a esta liga, y lo digo en serio. Les dije a todos mis socios que pueden manejar los negocios sin mí porque esto es lo que quiero hacer. He estado haciendo esto desde que tenía 6 años y acabo de cumplir 60, así que esto es más mi vida que cualquier otra cosa”, afirmó.

Con intensiones de quedarse en Quebradillas

De vuelta en lo que fue su primer amor, Salley admitió que su intención es regresar la próxima temporada al mando de los Piratas, a pesar de que no descartaría una oferta de la NBA.

“Si puedo llegar a un acuerdo para ser entrenador aquí el próximo año, ese sería mi objetivo. Me gusta tanto este lugar. Amo la NBA y no la rechazaría, pero el estrés aquí es diferente. Hay personas maravillosas y el estilo de vida es simplemente para mí. La forma que los puertorriqueños aman el baloncesto también es algo que me ha dejado impresionado”, indicó el técnico.

De hecho, Salley se retiró dos veces del básquet. La primera vez fue en 1996 y solo duró tres meses alejado del deporte, pues optó por irse a jugar en Grecia con el club Panathinaikos, en donde solo disputó siete partidos. Y de acuerdo con el excanastero, muchas de las instalaciones deportivas en Puerto Rico superan a aquellas que vio en la liga griega.

Quiere traer la cultura de los “Bad Boys”

No fue hasta el 2000 que Salley retornó a la liga y ganó el campeonato de la NBA con los Lakers de Shaquille O’Neil y Kobe Bryant en lo que fue su último año como jugador profesional.

En total, jugó 11 campañas en la NBA en las que hizo historia al convertirse en el primer canastero que conquista tres campeonatos en tres décadas distintas y con tres equipos diferentes (Pistons, Bulls y Lakers). Aún así, Salley es recordado por su tiempo con los “Bad Boys” de Detroit con quienes levantó dos trofeos Larry O’Brien en 1989 y 1990. Aquellos Pistons que dominaron a los Bulls de Michael Jordan y se ganaron una reputación de ser un equipo con una defensa física y agresiva durante los finales de los 80 y y principios de los 90.

No obstante, la cultura de los “Bad Boys” nunca se basó en jugar sucio o hacerle daño a sus rivales, según Salley. Era más bien una mentalidad de “nosotros contra el mundo”, y eso es lo que quiere implementar en los Piratas por lo que resta del torneo.

Los Pistons de Detroit celebran el campeonato de 1990 de la NBA. John Salley, derecha con gorra, aparece festejando al lado del Larry O'Brien. (Doug Pizac/AP Photo)
Los Pistons de Detroit celebran el campeonato de 1990 de la NBA. John Salley, derecha con gorra, aparece festejando al lado del Larry O'Brien. (Doug Pizac/AP Photo) (The Associated Press)

“La cultura de los ‘Bad Boys’ era nosotros contra el mundo. No se trataba de ser malos con nadie. La verdad es que los Celtics eran realmente los que jugaban sucios. Nosotros no lo éramos. Jugábamos duro. Simplemente, éramos muy intensos y no queríamos que nadie nos diera por sentados, y sentíamos que ellos lo hacían. Si nos quieren llamar ‘Bad Boys’, pues bien. Todo el mundo recuerda a los malos”, señaló.

“Yo amo que nos llamen así. Yo jugué con otros equipos, pero siempre seré un ‘Bad Boy’”, agregó.

Casualmente, ese papel le cae como anillo al dedo a Quebradillas, que está en la cuarta posición de la Sección A con un récord de 14-18 y, si avanza a los playoffs, podría ser subestimado por sus oponentes debido a que entrarían con una marca por debajo de los .500.

“Me gusta eso. Siempre es bueno ser el menos favorito porque te provoca más presión para montar un buen espectáculo. Nosotros lo que haremos será salir allá afuera a divertirnos y hacer lo que sabemos hacer como unidad por 40 minutos”, sentenció.

A los Piratas les quedan dos partidos en agenda para terminar la fase regular, y los Leones de Ponce (13-18) están a medio juego de alcanzarlos.