El veterano pívot Jason Collins, de 35 años, el  primer jugador de la NBA que se declaró abiertamente homosexual, firmó ayer  un contrato de  10  días con los Nets de Brooklyn.

La firma de Collins, que no jugaba desde la pasada temporada cuando la concluyó con los Wizards de Washington, ha vuelto a tener una gran repercusión mediática y se espera que esta noche sea el centro de atención cuando se presente con los Nets en el partido que van a disputar contra los Lakers de Los Ángeles en el Staples Center.

Collins, que se ha entrenado por su cuenta durante todo el tiempo que ha estado fuera de la competición,  ha jugado  14 temporadas en la NBA, incluidas siete con los Nets de Nueva Jersey, y tiene unos promedios de 1.1 puntos y 1.6 rebotes en 713 partidos disputados.

El gerente general de los Nets, Billy King, indicó a través de un comunicado que la decisión de firmar a Collins “es una medida de baloncesto”.

“El equipo necesita mejorar la profundidad en los ataques y con la experiencia y estatura de Collins, creemos que lo lograremos”, añadió.

De acuerdo con reportes de prensa, los Nets prepararon la decisión de firmar a Collins desde hace una semana, cuando ofrecieron al jugador una oportunidad de verlo entrenar para valorar los resultados.

Antes de Collins, los Nets tenían pensado firmar a Glen Davis, quien por su parte decidió firmar con los Clippers de Los Ángeles después que el Magic de Orlando lo dio de baja.

Collins no ha jugado en la NBA desde abril del 2013, cuando vestía el uniforme de los Wizards.

El jugador ha estado preparándose desde hace meses en su hogar en  Los Ángeles, aunque no tuvo éxito en ser invitado a los campos de entrenamiento de ningún equipo.

En abril del año pasado, Collins declaró abiertamente en una entrevista que es homosexual. Collins ya conoce al entrenador de los Nets, Jason Kidd, con quien hizo dos viajes a las Finales de la NBA.