Ricky Sánchez es el primero en reconocer que la falta de condición física óptima ha sido su principal impedimento para alcanzar el potencial que de él se espera.

Y si seguía su rumbo actual, todo iría de mal en peor.

Por ello, estas Navidades, mientras muchos engordan unas libritas con el exceso de lechón, arroz con gandules, morcilla y pasteles, Sánchez está en la ciudad de Orlando, Florida, sudando la gota gorda bajo la tutela del boricua Bill Burgos, preparador físico de los Magic de Orlando en la NBA, con la misión de reivindicarse y ponerse en la mejor condición de su vida.

“Ricky está bien motivado. La idea de hacer esto fue de él y llegó acá el 1 de diciembre para entrenar de lleno y prepararse para el 2011”, sostuvo Burgos, quien fue recomendado por Carlos Arroyo y, actualmente, entrena a atletas elites de los Magic, como Dwight Howard y Brandon Bass.

“Llegó aquí con un alto porcentaje de grasa, malos hábitos alimenticios, poca flexibilidad, poca fortaleza abdominal y se ve que ha trabajado muy poco en su fuerza de piernas, lo que explica su falta de explosividad. Pero todo eso lo estamos trabajando poco a poco, creando los cimientos para construir un nuevo Ricky”, explicó.

Hace yoga y boxeo

Según Burgos, Sánchez está en una dieta estricta que prohibe refrescos, restaurantes de comida rápida y comidas chatarra, y entrena bajo un régimen de tres sesiones al día por seis días a la semana.

“Tenemos sesiones de pista, donde corremos para fondo y también hacemos sprints de 100, 200 y 400 metros, entre otras cosas. Queremos que tenga la capacidad de ajustar mejor en defensa, que pueda presear a cancha completa y tenga la estámina para recuperarse rápido”, dijo Burgos, quien estuvo una semana con el Equipo Nacional antes del al pasado Centrobásket.

“También estamos trabajando con pesas y agregamos un poco de entrenamiento de boxeo para cambiarle el escenario de cancha, pero es aún más exigente, y agregamos yoga para mejorar su flexibilidad. Esto sin contar el tiempo que él dedica por su cuenta a tirar en la cancha”.

Entre los resultados luego de un mes de trabajo, Burgos apunta a que Sánchez está por debajo de 10 por ciento de nivel de grasa corporal y ha mejorado su fuerza abdominal y resistencia cardiovascular.

“Él (Sánchez) quiere estar en buena condición para cuando vaya a fines de enero a Louisville a entrenar con Rick Pitino individialmente. Está motivado a tener un gran año en el 2011 y mientras sea disciplinado y trabaje como lo está haciendo hasta ahora, lo va lograr”, dijo Burgos.