Forcejeo sobre el aro y la malla entre confinados y Vaqueros
Un equipo de reos del Complejo Correccional 501 disfrutó de un juego amistoso con los Vaqueros de Bayamón.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
PUBLICIDAD
Bayamón. “La recreación rehabilita”.
Es el mensaje que sobresale en una de las paredes de la cancha ubicada en el corazón del Complejo Correccional de Bayamón 501. La frase, en cierta medida, se ha convertido en una inspiración para los confinados dentro de las paredes de este complejo.
Es un lugar que les sirve para distraerse mientras cumplen sus respectivas sentencias detrás de las rejas.
Y ayer fue un día diferente en el lugar. La rutina cambió.
Los confinados contaron con una especial visita. Ellos tuvieron la oportunidad de enfrentarse a los integrantes de los Vaqueros de Bayamón del Baloncesto Superior Nacional (BSN) en un partido amistoso.
“Tener la oportunidad de jugar contra ellos es el fruto de nuestro crecimiento como personas”, compartió Anthony Hernández Rosa, quien estuvo en cuadro regular del equipo Bayamón 501.
“Es una etapa nueva para nosotros ya que el deporte nos ayuda mucho en el proceso de rehabilitación”, sostuvo Hernández Rosa.
Los jugadores de los Vaqueros llegaron al centro correccional a las 9:45 a.m. Después de que cada uno completó el requerido proceso de seguridad, fueron escoltados hasta la cancha donde los integrantes del quinteto compuesto por confinados calentaban.
De inmediato, los balonceslistas profesionales saludaron efusivamente a sus ‘contrarios’.
Hernández Rosa aclaró que no fueron intimidados por la presencia de jugadores de primer orden como Christian Dalmau y Jesse Pellot, entre otros.
“Hay que aprovechar la oportunidad. Les vamos a dar palos”, dijo entre risas.
La franquicia vaquera no lo pensó dos veces para aceptar el ofrecimiento de ir al complejo y efectuar un partido amistoso, dijo su gerente general, Franklyn Western.
“Es importante para nuestra franquicia participar de estas iniciativas. Muchos de nosotros salimos de residenciales públicos, somos parte de familias de escasos recursos y el deporte nos ayudó a salir de las calles”, compartió Western.
“Es bueno que (los confinados) disfruten un poco de este deporte”, agregó el exjugador de los Vaqueros.
El Departamento de Rehabilitación y de Corrección, bajo el mandato de Erik Rolón Suárez, desea expandir el programa a otras cárceles. De hecho, partidos similares han sido programados en Ponce y Aguadilla. En el futuro, está en agenda Arecibo.
“Los confinados también son personas. Tienen unos talentos y nuestra misión es identificarlos para que les puedan sacar provecho”, sostuvo Rolón Suárez.
“Es importante que tengan estos espacios y de nuestra parte darle continuidad a este tipo de iniciativa porque eso facilita el proceso de rehabilitación”, continuó el titular del departamento.
Ponce fue el árbitro
Héctor Ponce Ayala, un exárbitro del BSN que cumple una sentencia por el asesinato de su expareja consensual el 25 de agosto de 2009, estuvo a cargo de oficializar la acción durante los cuatro periodos de ocho minutos del encuentro.
“Este tipo de actividad me ofrece la oportunidad de momentáneamente poner en práctica mis conocimientos y experiencias. El baloncesto es una de las vías para que todos nosotros podamos seguir por el buen camino”, dijo Ponce Ayala, quien también laboró como oficial en eventos de organizados por FIBA América, así como en pasados Juegos Centroamericanos y Panamericanos.
En el 2010 se declaró culpable de asesinato atenuado, entre otros cargos, después de un acuerdo entre la fiscalía y la defensa.
Ponce Ayala dijo que su sentencia está pautada para culminar en el 2018 y no pierde la esperanza de, algún día, regresar al BSN para laborar nuevamente.
“Me gustaría tener la oportunidad de volver. Pero por el momento brindo mis recursos para el bien de los muchachos”, concluyó Ponce Ayala.