Han pasado casi dos meses desde que Filiberto Rivera anunció su retiro como baloncelista profesional luego de una ilustre carrera en la que jugó por 19 temporadas en el Baloncesto Superior Nacional (BSN) y representó a Puerto Rico en países extranjeros como Alemania, Italia y Grecia.

Aunque no fue fácil ponerle fin a una carrera del deporte del que se enamoró a sus cuatro años en el residencial Sabana Abajo en Carolina, el ahora tres veces campeón del BSN aseguró que se siente satisfecho con su determinación, pese a que todavía no se acostumbra a este nuevo estilo de vida.

“Me siento bien. He podido asimilar ciertas cosas y de lo que estaba acostumbrado a hacer 20 años. No es que ahora no hago nada, pero no estoy haciendo baloncesto 24/7. Es algo que no me acostumbro todavía, pero lo positivo es que tengo mucho más tiempo para mi familia y mis niños”, confesó Rivera en entrevista con Primera Hora.

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“El baloncesto es algo que voy a extrañar por siempre porque ha sido el amor de mi vida, pero la vida continúa”, agregó.

Asimismo, el exarmador de la Selección Nacional comentó que a sus dos gemelitos, Jayden Enrique y Ayden Enrique, también les ha costado comprender que su papá no volverá a jugar baloncesto profesional. Y es que ambos crecieron viendo a su papá competir por cada rincón de la isla y consideran que todavía tiene gasolina en el tanque.

“Ellos lo han tomado un poco fuerte y todavía no lo asimilan. Uno de los gemelitos todavía piensa que yo puedo jugar y siempre le digo que sí, que (mi decisión) no fue porque no quería jugar, sino hacer otras cosas como dedicarles tiempo a ellos. Lloramos, lloramos bastante”, relató.

Antes de arrancar la temporada 2023 del BSN, Rivera se había propuesto que, si ganaba el campeonato con los Gigantes de Carolina, se retiraría del deporte.

“Yo sabía que esta era una temporada difícil en la que tenía que tomar ciertos roles... Una vez gané, se me hizo más fácil tomar la decisión (de retirarme) porque completé un sueño que por muchos años me dio malas noches, cuando perdimos con Arecibo (la final) en el 2008″, explicó.

“Se escuchó bonito (jugar una temporada más), pero yo sabía que mi tiempo poco a poco se estaba acabando. Yo tengo cierto orgullo de que si yo soy parte de un equipo yo quiero ser parte de él y tener tiempo de juego. A mí nadie me iba a retirar”, añadió.

Durante su paso en el básquet, Fili se destacó por ser un canastero de mucho temple y por siempre aceptar el rol que su dirigente le asignaba. De acuerdo con Rivera, esta importante lección la aprendió con la Selección Nacional adulta junto a Carlos Arroyo y Roberto “Bobby” Joe Hatton en el 2004.

“Todo esto yo lo empecé a canalizar cuando estaba Carlos Arroyo y ‘Bobby’ Joe Hatton porque después de ellos era que venía Filiberto. Ahí empecé a analizar qué son los roles en los equipos y qué se necesita para ganar”, indicó.

El armador Filiberto Rivera fue el Jugador Más Valioso de la final del 2006 con los Criollos.
El armador Filiberto Rivera fue el Jugador Más Valioso de la final del 2006 con los Criollos. (Ramon Tonito Zayas)

¿Un juego más?

Aceptar su rol en cada uno de los combinados que formó parte fue clave en la conquista de los tres campeonatos del BSN que consiguió en el 2006, con los Criollos de Caguas; en el 2019, con los Santeros de Aguada; y este año con los Gigantes.

Sin duda, es difícil mantener alejado del tabloncillo a una persona que le dedicó su vida a este deporte. Por esta razón, una vez Rivera oficializó su retiro, comenzaron los rumores sobre una posible contratación como nuevo gerente general de los Gigantes en el BSN.

No obstante, el exarmador carolinense confirmó a Primera Hora que, aunque le gustaría probarse en esta nueva faceta, en estos momentos no ha llegado a un acuerdo con la gerencia de los Gigantes para ser el próximo gerente general de los vigentes campeones del BSN. En cambio, adelantó que sí está en conversaciones con la franquicia carolinense para ocupar un puesto gerencial como asesor o director de operaciones para el venidero torneo.

“Ahora mismo no hay ofertas de ningún equipo, pero hay conversaciones para el año que viene tener un puesto (con Carolina)”, expresó.

De igual manera, resaltó a este diario su interés de firmar un contrato de un día con los Gigantes para jugar un partido más frente a su gente en el Coliseo Guillermo Angulo, de Carolina, y agradecerles en persona. Esto a raíz de que los Gigantes se coronaron campeones en el Coliseo Rubén Rodríguez, de Bayamón.

“Me gustaría para poder retirarme con mi gente en la cancha y dar ese agradecimiento en vivo y no por redes sociales. Vamos a ver si se cumple, ellos (gerencia de los Gigantes) todavía no lo saben”, sostuvo.

Filiberto Rivera (izquierda) y Alejandro "Bimbo" Carmona se abrazan durante la celebración del campeonato de los Gigantes de Carolina, el pueblo natal de ambos.
Filiberto Rivera (izquierda) y Alejandro "Bimbo" Carmona se abrazan durante la celebración del campeonato de los Gigantes de Carolina, el pueblo natal de ambos. (Ramón “Tonito” Zayas)

Con más tiempo en sus manos, Rivera también tiene en mente dedicarse a ayudar a la próxima generación de canasteros carolinenses a través de clínicas en el municipio. El exjugador del Equipo Nacional ya está brindando las clínicas dos veces en semana, junto a su prima y jugadora profesional Rodsan Rodríguez.

Pero se ha trazado ir más allá y en un futuro fundar una academia de baloncesto en Carolina para “cambiar la cultura” en su pueblo.

Después de años en el básquet, Rivera busca seguir contribuyendo a su pueblo desde otras trincheras, a través del deporte que le ha dado todo, según describió.

“Me llevo una vida del baloncesto. Hubo muchos jugadores que, de ser amigos, ahora son hermanos... Me llevo una familia. Yo creo que estoy complacido con lo que hice. (Estoy) supercontento con toda mi carrera y con todas las personas que conocí y sigo conociendo. Ahora me toca crear consciencia en otras cabezas”, concluyó.