Encrucijada en el BSN
Apoderados discuten cinco puntos neurálgicos que tienen que darse
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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Tras la salida de Carlos Beltrán como presidente del Baloncesto Superior Nacional (BSN), la liga y sus apoderados enfrentan varias interrogantes de carácter económico y administrativo con las que tendrán que lidiar a corto y largo plazo.
A continuación, los cinco elementos que merecen mayor atención, según tres apoderados entrevistados.
Modelo económico
Según el coapoderado de los Vaqueros de Bayamón, Iván Rivera, la liga está en superávit, pero los equipos a nivel individual no necesariamente están en esa situación.
“Aquí siempre se ha trabajado a base de lo que cada cual puede generar en auspicios, operando cada cual como finca privada. Pero la realidad es que algunos equipos tienen mayor captación que otros, y eso al final afecta la calidad competitiva. Quizás debamos movernos a un sistema donde la liga como institución, apoyada por todos los equipos, se mercadee a nivel colectivo y que luego se repartan las ganancias de ese esfuerzo de una de dos formas: o todas por igual o de acuerdo al nivel del tamaño del mercado de cada equipo, según se determine”, dijo Rivera.
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“Bajo Beltrán, él logró aumentar bastante los auspicios a nivel general del BSN, con los que logró saldar deudas que arrastraba la liga antes que él llegara. De hecho, para este año consiguió sobre un millón de dólares en auspicios y luego de gastos operacionales repartió cerca de $70,000 a cada equipo para sus gastos. Pero lo ideal sería que la liga lograra un mercadeo centralizado donde pudiese incrementar sustancialmente esa cantidad y que cada equipo pueda tener un saldo de cerca de $200,000 cada uno”.
Esto podría concretarse con una propuesta informal que tiene el BSN por parte de WAPA TV para que la emisora se haga cargo del mercadeo de la liga.
“Tenemos una reunión pendiente para discutir eso con expertos de mercadeo que WAPA tendrá a nuestra disposición y es algo que estamos abiertos a contemplar”, dijo el apoderado de los Atléticos de San Germán, José “Picky” Servera.
Claro está, el hecho de que se modifique el sistema a uno de captación de auspicios de forma más colectiva no impide que los equipos se reinventen haciendo otras cosas no convencionales para tratar de atraer fondos a sus arcas, según agregó Servera.
“En San Germán ya estamos trabajando desde el 1 de agosto para tener suficientes fondos para operar sin necesitar de ayudas gubernamentales, pues no sabemos qué pasará a nivel local. Hay que reinventarse. Por ejemplo, este próximo Halloween haremos una fiesta de disfraces en nuestra cancha rememorando la discoteca La Cueva y daremos premios a los asistentes, incluyendo 10 abonos para el 2016”, dijo Servera.
Posibles enmiendas al reglamento
Entre los cambios que podrían proponerse para mejorar las arcas de los equipos también está la inminente reducción de refuerzos, así como la implantación nuevamente de un tope salarial por equipo como existía antes con impuesto de lujo. Además, se consideran topes salariales más rígidos a nivel individual por jugador, y hasta restricciones a pagos a agentes.
“Definitivamente, tenemos que atemperarnos a la realidad económica de nuestro país, que es horrible”, dijo Servera.
“Si los jugadores están dispuestos a jugar en otros lugares por una fracción de lo que cobran aquí, ¿por qué entonces pretenden exigir cobrar aquí lo que no cobran en otros lugares? Yo apoyaría un tope salarial más estricto, a nivel individual y colectivo. Y tenemos que hacer algo con los agentes, porque quieren cobrarte 10 por ciento de cada jugador y sin sacarlo del salario del jugador que representan”.
En igual postura se expresaron Rivera y el apoderado de los Maratonistas de Coamo, Rael Bernier.
“Sin duda, hay que eliminar refuerzos, que ocupan puestos de nuestros jóvenes nativos y también hay que poner un mejor tope salarial individual y traer de regreso el tope salarial colectivo con impuesto de lujo”, dijo Bernier.
Nuevo presidente
En torno al posible sustituto de Beltrán, el trío de entrevistados estuvo de acuerdo en que tanto el actual director de torneo, Fernando Quiñones, como el licenciado Ricardo Carrillo son sólidos candidatos, aunque hay otros que aún no han hecho sus nombres públicos para el puesto. Pero si por ellos tres fuera, tener a esos dos en dupla sería aún mejor.
“Fernando tiene todo el conocimiento para asumir ese puesto. Ha sido apoderado, conoce la liga desde adentro al trabajar este año como director de torneo y está terminando una maestría en administración deportiva. Su interés es echar el baloncesto hacia adelante y tiene buenas ideas. Pienso que él junto a Carrillo podrían complementarse muy bien”, dijo Servera.
“Ambos nos darían mucha tranquilidad porque conocen el pasado, conocen nuestros problemas”, agregó Bernier.
Fecha de inicio del torneo
Respecto al inicio de la liga en el 2016, hay tres propuestas vigentes: comenzar en febrero y terminar a mediados de junio, iniciar en marzo con un receso por seis semanas en verano y luego reanudar el torneo, o comenzar en julio y extenderse hasta octubre.
Las tres medidas van dirigidas a tratar de no confligir con las responsabilidades del Equipo Nacional, pero cada una con sus problemas de logística.
Rivera dijo favorecer el inicio en febrero, mientras que Servera y Bernier se mostraron abiertos a iniciar en julio.
“La menos que favorezco es la de marzo porque por seis semanas tendrías que estar pagando a jugadores y refuerzos sus salarios, más hotel, carro y comidas sin jugar. Creo que las propuestas de febrero o la de julio serán las más viables”, dijo Rivera.
“Yo apoyo la de julio porque nos da más tiempo para prepararnos, tendríamos a casi todos los jugadores disponibles y jugar en plena campaña electoral podría beneficiarnos”, agregó Bernier.
Cambio de formato
Los tres entrevistados coincidieron en que no se puede seguir jugando cuatro veces por semana “porque no hay bolsillo que lo aguante”. Por ende, sugieren hacer una liga que eventualmente sea más larga, donde se juegue solo dos veces por semana y están dispuestos a que se atempere a otras ligas internacionales, donde se juega de noviembre a mayo.
Más aún, se ajustaría al nuevo sistema de “ventanas” que implantará FIBA a partir del 2017.
“No podemos seguir así. Montar un juego cuesta dinero y a veces corres en pérdidas si el rival no es competitivo y, para colmo, es tu tercer juego en tu cancha en una semana”, dijo Rivera.
“Debemos bajar la liga a 32 o 34 juegos. Más juegos no necesariamente implica más dinero. Y si se van a jugar más tiene que ser por un periodo más extenso de tiempo, como empezando en noviembre”, añadió Servera.