PEKÍN, China. – Frente a un centro comercial en una de las aceras de esta ciudad, un joven asiático estaciona su bicicleta y se dirige a uno de los establecimientos en horas de la mañana.

De inmediato, un empleado de una compañía recoge la bicicleta y la monta en una caja junto a otras más para trasladarlas a un lote en un área aledaña al mall. La historia se repite una y otra vez en la misma acera. Hay cientos de bicicletas estacionadas en un espacio de dos cuadras. No es la misma cantidad de décadas anteriores, pero el uso de la bicicleta ha incrementado en los últimos años en esta ciudad.

¿Por qué razón?

“El tráfico cada vez es más pesado en las calles, por lo que la gente prefiere moverse al trabajo en bicicleta, y el gobierno también está motivando su uso con la creación de carriles exclusivos para evitar más contaminación”, explicó el joven Wey Liang, empleado de una compañía.

Ha sido una iniciativa del gobierno.

En un momento, China llegó a ser considerado el reino de los bicicletas, pero tras el crecimiento económico registrado en las últimas cuatro décadas, los habitantes comenzaron a adquirir vehículos para transportarse, provocando un serio daño a la calidad del aire.

El gobierno chino ha tomado iniciativas de cerrar manufactureras y empresas contaminantes para combatir la contaminación. Y en mayo pasado inauguró tres carriles solo para bicicletas en uno de los tramos de la ciudad capital, donde se estima que hay 1.9 millones de bicicletas, para tratar de sacar de circulación una cifra considerable de autos.

Según informes de prensa, los avances en la tecnología móvil están aportando al crecimiento de la cultura de la bicicleta en este país. La tecnología le permite a una persona localizar y reservar una bicicleta en su área de residencia o trabajo mediante el GPS. Las bicicletas son desbloqueadas mediante un código y pueden ser devueltas en cualquier área de servicio.

“Aquí, casi nadie es dueño de su bicicleta”, dijo Liang. “Son bicicletas de compañías que las personas pueden tomar en cualquier sitio y luego dejarlas en otro. Entonces, viene la compañía y las recoge. Es una manera más fácil de moverse. Y muchas personas que están usando esa tecnología. En mi caso, lo hago a veces. Avanzas más en la calle y ayudas con el medioambiente”, indicó Liang.

Aún la contaminación del aire en Beijing está por encima del nivel anual seguro establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero, según Liang, el gobierno ha trabajado en mejorar la calidad del aire. “Ha sido poco a poco. El esmog es menos”, dijo Liang.

¿Y cómo lo sabe?

Solo necesita elevar su mirada y observar el cielo. “Está más azul”.