Si existiera una máquina del tiempo, se viajara al año pasado y se le dijera a un fanático del Baloncesto Superior Nacional (BSN) que la final 2024 sería entre los Osos de Manatí y los Criollos de Caguas, probablemente, creería que es mentira.

Tampoco habría que culparlo, pues lo menos que proyectaron ambas escuadras era que en un año estarían próximos a batallar por el campeonato en una serie que comienza este sábado, cuando los Osos visiten a los Criollos en el Coliseo Roger Mendoza, de Caguas.

Para llegar hasta aquí, Caguas y Manatí tuvieron caminos muy distintos.

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En el caso de los Criollos, ni existían hace un año. La franquicia era los extintos Grises de Humacao, quienes no pudieron clasificar a la postemporada tras terminar en el quinto puesto de la Sección A con récord de 14-22.

Wilhelmus Caanen como dirigente de los Grises de Humacao.
Wilhelmus Caanen como dirigente de los Grises de Humacao. (David Villafañe Ramos)

Pero aquellos alicaídos Grises desaparecieron y revivió la plaza del Valle del Turabo con la compraventa por parte del millonario Ric Elías y la fiebre por el básquet no tardó mucho en apoderarse de Caguas.

Después de perder el juego inaugural de la campaña, los Criollos se fueron en una racha de siete victorias consecutivas que tomó por sorpresa a la liga. Y es que algunos de los equipos que derrotaron durante esa seguidilla fueron los finalistas de la serie final 2023, los Gigantes de Carolina y los Vaqueros de Bayamón. El mensaje fue enviado de inmediato. Ya no eran los sotaneros de Humacao.

Antes y durante el torneo, Caguas añadió a su plantilla a jugadores nativos que ahora tienen roles importantes en la rotación como Onzie Branch, Marlon Hargis y Christian “Cuco” López. No obstante, la gran apuesta del dirigente Wilhelmus Caanen fue repetir la dupla de refuerzos de Travis Trice y Akil Mitchell, quienes tenían interés de regresar a la organización pese a un primer año para el olvido.

Al ser una franquicia expansión, los Criollos tenían el derecho de firmar a un tercer refuerzo y consiguieron a Louis King. El fichaje de King fue más que un acierto, ya que complementa el juego de Trice y Mitchell. Adicional a eso, puede ser efectivo en ambos lados de la cancha.

Louis King, refuerzo de los Criollos de Caguas, ataca el canasto ante la defensa de los Leones de Ponce.
Louis King, refuerzo de los Criollos de Caguas, ataca el canasto ante la defensa de los Leones de Ponce. (José Santana / BSN)

Este talentoso núcleo liderado por Trice, que fue nombrado Jugador Más Valioso 2024, clasificó a Caguas a la postemporada luego de adueñarse de la tercera posición de la Sección B con marca de 19-15.

En los cuartos de final, tuvieron su primer reto ante unos Santeros de Aguada que extendieron la serie a siete juegos. Mientras, en las semifinales, sobrevivieron en seis partidos a unos Leones de Ponce que obligaron dos tiempos extras en la carretera.

Por otro lado, están los Osos, cuyas expectativas eran totalmente distintas.

El proyecto de Manatí comenzó hace dos años con la compra de los Brujos de Guayama por el exponente de música urbana Ozuna. El artista mudó la franquicia a Manatí, en donde no utilizó el tradicional nombre de los Atenienses y adoptó la identidad de los Osos. Su primera campaña en la plaza del norte fue de pesadilla al registrar la peor marca en la liga con récord de 11-25. En tanto, todo cambiaría en la vigente temporada.

Antes de que comenzara el torneo, Manatí anunció que contarían con Tyler Davis, Jhivvan Jackson y Jordan Howard.

Davis, primera selección del Sorteo de Nuevo Ingreso 2019, y Howard, Novato del Año en 2020, formaban parte de la plantilla que vino del sur. Pero Davis nunca había pisado un tabloncillo del BSN y Howard no había vuelto a la isla desde su campaña como novato porque estaba jugando en el exterior.

Jordan Howard, de los Brujos de Guayama, durante la "burbuja" del BSN en 2020.
Jordan Howard, de los Brujos de Guayama, durante la "burbuja" del BSN en 2020. (Suministrada / BSN / José Santana (Custom credit))

Jackson, por su parte, no vio acción en el 2023, pese a que fue escogido por los Osos con el primer turno del Sorteo de dicha campaña.

Estos tres jugadores compartirían cancha con un grupo que ya tenía en sus filas a nativos de alto calibre como Chris Ortiz, Isaac Sosa y Alexander Morales. A la ecuación se añadiría Ethan Thompson, a quien Manatí eligió con el primer turno del Sorteo 2024.

Con el rompecabezas del gerente general Flor Meléndez completo, los Osos lucían como una de las mejores escuadras en la liga, pero el problema fue que no todas las piezas llegaron temprano.

Davis estuvo en las filas del dirigente Iván Ríos desde el partido inaugural, pero ya no era aquella versión que una vez fue promesa de la Selección Nacional. Thompson se integró el 1ro de mayo, Jackson dos semanas después y Howard a finales de ese mes. Pero perderían a este último y a Ortiz a mediados de junio por la convocatoria de la Federación de Baloncesto para el Repechaje Olímpico y, eventualmente, los Juegos.

Aun así, Manatí cerró la serie regular con cinco victorias al hilo para adueñarse del cuarto lugar de la Sección B con una foja de 18-16.

En los cuartos de final, dieron el palo cuando eliminaron a los Capitanes de Arecibo, líderes de la Sección A con la mejor marca en la liga, en una serie que se definió con un canasto de Jackson en los últimos segundos del séptimo y decisivo partido. Como si fuera poco, procedieron a barrer a los entonces defensores campeones, los Gigantes, en las semifinales. Lo que convierte a Manatí en el equipo más caliente en estos momentos.

Jhivvan Jackson es abrazado por su abuelo y gerente general de los Osos de Manatí, Flor Meléndez.
Jhivvan Jackson es abrazado por su abuelo y gerente general de los Osos de Manatí, Flor Meléndez. (Edgardo Medina Millan)

De hecho, el quinteto norteño está en una racha de seis triunfos en línea. Le tocará a Caanen y a los Criollos descifrar la manera de enfriarlos. Sin importar el resultado, el desenlace de la serie será una histórica, ya que Manatí está en su primera final y Caguas no ve este escenario desde el 2006, cuando ganó su único campeonato.