El básquet boricua regresará donde todo comenzó gracias a los Juegos Panamericanos
La participación de un conjunto masculino aún por ser definido para Santiago 2023, marca el retorno del equipo al lugar donde, por primera vez, jugó en un torneo de FIBA.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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La Selección Nacional de Baloncesto masculino tiene una responsabilidad grande con Puerto Rico cuando se presente este mes en Santiago, Chile, por motivos de la celebración de los Juegos Panamericanos. Y es que su presencia en esa ciudad y nación representa un retorno al lugar donde hace 64 años nueve heroicos jugadores liderados por Juan “Pachín” Vicens dejaron una huella bien afirmada al debutar formalmente en un torneo avalado por la Federación Internacional de Baloncesto.
Fue, de paso, donde a Vicens, al armador cialeño y leyenda del baloncesto ponceño fue declarado com el mejor jugador del mundo. No es entonces poca cosa lo que enfrentará el básquet de Puerto Rico, en términos históricos, cuando regrese a Santiago para los Juegos Panamericanos, lo que se celebrarán del 20 de octubre al 5 de noviembre.
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Al momento, se conocen solo algunos nombres extraoficiales para ser parte de la primera Selección boricua que viajará para jugar al lugar donde el programa boricua se dio a conocer por primera a nivel mundial, esto considerando que ya jugaba en eventos a nivel regional.
Pero será bueno que el combinado que regrese a Chile conozca la historia que le precede. Es imperativo recordar que el equipo llegó dividido a Chile para la Copa del Mundo del 1959, que arribó a la ciudad el mismo día en que daba inicio el evento y que terminó ocupando, gracias a la suerte dos descalificaciones, la cuarta posición mundial, lo que le mereció la clasificación olímpica a Roma 1960, además de inmortalizó la leyenda de Pachín Vicens.
Uno de los pocos jugadores que ese equipo que aún vive, José Antonio Toñín Casillas, recuerda que todo comenzó en enero del 1959, en Caracas, Venezuela, en ocasión de los VIII Juegos Centroamericanos y del Caribe, en donde el quinteto boricua estaba jugando y en medio del torneo supo que había una invitación para jugar el Mundial en Chile cursada al líder y exjugador nacional Rodrigo ‘Guigo’ Suro Otero.
“Los jugadores lo llevamos a votación. Y la votación fue 6-6. Guigo decidió el empate con ir a Chile. Seis jugadores fuimos a Chile y seis se quedaron jugando en Caracas. De Puerto Rico viajaron a Chile otros tres jugadores”, recordó Casillas.
El combinado en Caracas iba invicto al momento en que se dividió el equipo y terminó ganando la medalla de plata con marca de 7-1.
Martín Jiménez, Evelio Droz, José ‘Totin’ Cestero, José Antonio ‘Toño’ Morales, Vicéns y Casillas hicieron maleta para Chile, recordó Casillas. Salvador Dijols, Johnny Rodríguez y José ‘Pepito’ Ruaño viajaron desde Puerto Rico, agregó. La llegada del viaje y la hora de juego en el Mundial casi coinciden.
“Viajamos de Caracas a Panamá, a Santiago, a Antofogasta (provincia de Chile), en donde íbamos a jugar. Llegamos dos horas antes del juego. Nos vestimos y jugamos. Eso fue photofinish”, describió.
Como cuestión de coincidencia, el combinado que busca unir la Federación de Baloncesto de Puerto Rico para Santiago 2023 ha tenido mucho retraso en lograr la confirmación de los jugadores, que tienen compromisos profesionales en una fecha donde la FIBA no ordena a los clubes a soltar a sus jugadores para eventos con sus selecciones, como sucede en el verano o en fecha de ventanas clasificatorias para sus eventos banderas.
Algo similar le sucedió en el 1959 a uno de los principales jugadores de Puerto Rico en la época, Johnny ‘El Indio’ Báez, quien no pudo ir ni a los Centroamericanos ni al Mundial porque estaba jugando para el Real Madrid en España, detalló el historiador Paquito Rodríguez.
La data de FIBA indica que Puerto Rico jugó para 2-1 en la fase en Antofogasta y pasó a la etapa final en Santiago. En Antofogasta, la Selección cayó por 67-55 ante Bulgaria en el juego de “photofinish” y venció 78-64 a Uruguay y 76-63 a Filipinas. Vicens promedió 24 puntos por juego.
“Eso era una cancha al aire libre, en cemento. Allí nos tirábamos de pecho en el cemento. Ahora estamos pagando el precio en las espaldas”, recordó Casillas, de 88 años.
“Jugamos bien y Pachín se lució. Allí le escogieron el mejor jugador del mundo y se quedó con aquello. Fue algo bien emocionante. Antofogasta es una comunidad pequeña”, agregó.
El equipo se transportó a Santiago para la etapa final. Allí llegó con los mismos nueve jugadores, sin refuerzos entre los jugadores que estaban en Caracas, como Fufi Santori, César Bocachica o Norberto Cruz, quien también hacía pértiga en Caracas.
Los resultados no le favorecieron al equipo en Santiago. Jugó para 1-5. Hubo derrotas ante Rusia, a quien le ganó la primera mitad, ante Estados Unidos, Chile, Bulgaria y Brasil. La victoria fue ante Formosa, ahora conocida como Taiwán o China Taipei.
Pero Vicens volvió a dejar su huella en Santiago, aunque no aparece en la estadística del juego final ante Bulgaria, y aunque solo aparece con dos tiros realizados en el penúltimo juego ante Brasil. La data de FIBA lo tiene anotando 16 ante Rusia, 26 sobre Chile, 19 contra Estados Unidos y 23 ante Formosa. Su inactividad en los últimos dos juego fue por enfermedad.
“Pachín volvió a lucirse en Santiago y lo hicieron dar una vuelva al ruedo y todo (área de juego)“, recordó Casillas.
Vicens terminó el Mundial con 158 puntos. Más aún, la data de FIBA lo tiene tirando para un 78 por ciento de campo en 64 intentos.
“Y el equipo terminó en cuarto lugar porque Rusia y Bulgaria no quisieron jugar contra Formosa porque no eran del bloque comunista, y nosotros subimos al cuarto lugar”, recordó Casillas sobre el equipo que jugó para marca colectiva de 3-6. “Y los muchachos pudieron ir a Roma 1960 porque clasificamos con ese cuarto lugar”.
La visita de la Selección Nacional actual a Santiago será la primera desde ese Mundial del 1959, la que marcó el baloncesto boricua para siempre y que elevó a Vicens en una figura nacional e internacional, dijo Rodríguez en base a las sedes a las que ha viajado la Selección desde entonces.
La visita, por lo tanto, es simbólica y significativa, explicó Rodríguez.
“Lo es porque fue en donde comenzó nuestra carrera en el baloncesto grande. Ese fue el momento de la decisión importante, que mucha gente no entendió entonces, de sacrificar una medalla de oro en los Centroamericanos en Caracas para estar ahí en un Mundial, que es lo máximo”, afirmó.