Estos son los entrenadores que ganaron campeonatos de la NBA en los últimos seis años: Joe Mazzulla con Boston, Michael Malone con Denver, Steve Kerr con Golden State, Mike Budenholzer con Milwaukee, Frank Vogel con Los Ángeles Lakers y Nick Nurse con Toronto.

Mazzulla sigue en Boston. Kerr sigue en Golden State.

Los demás fueron despedidos. Empacaron su anillo y se fueron.

Malone se convirtió en el último nombre de esa lista el martes, cuando los Denver Nuggets —campeones de la NBA en 2023— lo despidieron con tres juegos restantes en la temporada, un movimiento sin precedentes para un equipo clasificado para los playoffs.

Y alrededor de la liga, en las horas que siguieron, los entrenadores reaccionaron de manera básicamente similar, sorprendidos y atónitos.

Los Nuggets entran al miércoles ocupando el quinto lugar en la lucha por los playoffs de la Conferencia Oeste.

“Solo decepción”, dijo el entrenador de Nueva York, Tom Thibodeau. “Es la parte desafortunada del negocio. Conozco a Michael desde hace décadas... Michael hizo un trabajo fenomenal allí”.

Los campeonatos ya no garantizan seguridad en el empleo. Lo mismo ocurre con los premios individuales. Mike Brown fue el entrenador del año por unanimidad en 2023; fue despedido por Sacramento a principios de este año. Monty Williams de Phoenix y Taylor Jenkins de Memphis fueron primero y segundo en la votación de entrenador del año en 2022; ahora también han sido despedidos.

“Me levanto todos los días diciendo que este podría ser mi último día”, dijo Mazzulla. “Tienes que tener esa perspectiva porque te da gratitud y te mantiene hambriento. Tienes que tener un equilibrio saludable si quieres esto el mayor tiempo posible. Al mismo tiempo, eres muy reemplazable porque así funciona. Todos los días me recuerdo mi propia mortalidad”.

El entrenador de Indiana, Rick Carlisle, sabe que en realidad no existe tal cosa como una verdadera seguridad laboral para los entrenadores. Pero no veía que tipos como Brown, Jenkins y Malone fueran despedidos esta temporada.

“Si alguien me hubiera dicho que cualquiera de estos tres tipos sería despedido durante la temporada de este año, me hubiera sorprendido... Es decepcionante”, dijo Carlisle, quien también es presidente de la Asociación Nacional de Entrenadores de Baloncesto.

“Es algo que te deja sin palabras, para ser honesto. Pero los equipos tienen la capacidad de hacer lo que quieren y los entrenadores tienen contratos. Pero estos fueron movimientos difíciles de entender”.

Jenkins fue despedido a finales del mes pasado con nueve juegos restantes en la temporada de Memphis. Ahora Malone está fuera, con tres juegos restantes en la temporada de Denver. Antes de esta temporada, solo había habido otro caso en la historia de la NBA de un equipo cambiando de entrenador con menos de 10 juegos restantes en una temporada clasificatoria a los playoffs: Larry Brown dejó Nueva Jersey con seis juegos restantes en 1982-83.

Ahora ha sucedido dos veces en las últimas dos semanas.

“Entre Taylor y un tipo como Mike Malone, han hecho un gran trabajo en sus carreras construyendo una identidad”, dijo el entrenador de Charlotte, Charles Lee. “Tengo un gran respeto por ambos”.

Más de la mitad de los entrenadores actuales de la NBA —17 de los 30— llevan menos de tres años en sus puestos. Y en la WNBA, ocho de los 13 entrenadores actuales (en justicia, uno es un equipo de expansión) han tenido su puesto por menos de un año; siete de los 13 tienen un récord de carrera de 0-0 al comenzar esta temporada, después de una gran cantidad de cambios tras la temporada pasada.

“Esa es la realidad sombría de esta profesión”, dijo el entrenador de Miami, Erik Spoelstra, a principios de esta temporada cuando se le informó que él tiene la segunda duración más larga en la NBA, solo detrás de Gregg Popovich de San Antonio.

El despido de Malone fue el cambio número 302 de entrenador en la NBA desde que Popovich se convirtió en entrenador de San Antonio en 1996. Eso significa que, en promedio, los otros 29 equipos de la liga han tenido más de 10 cambios de entrenador en la era Popovich.

El entrenador de Milwaukee, Doc Rivers —quien ha entrenado en cinco equipos diferentes— dijo el martes que aún está luchando por lo que considera que le deben en su contrato de Filadelfia, que lo despidió hace dos años. Y estaba furioso por lo que le ocurrió a Jenkins y Malone.

“Siempre es ‘¿De quién es la culpa?’, y el primer culpable es el entrenador”, dijo Rivers. “Es difícil. Nos comprometemos con eso. Hay muchos otros chicos que también se inscribirían para eso. Eso no lo hace justo, y eso no lo hace correcto. Lo que pasó en Memphis, en mi opinión, fue incorrecto. Lo que pasó hoy fue incorrecto”.

Malone era el cuarto entrenador con más años de servicio en la NBA en este momento, después de Popovich, Spoelstra y Kerr. Y eso desconcierta a los entrenadores: cuatro de los últimos seis entrenadores ganadores del campeonato, cinco de los últimos siete ganadores del premio de Entrenador del Año y siete de los últimos 11 entrenadores en llevar a un equipo a las Finales de la NBA tienen algo en común. Todos fueron despedidos.

“En situaciones como esta... miras y como entrenador entiendes el trabajo para el que nos hemos inscrito”, dijo el entrenador de Orlando, Jamahl Mosley. “Y eso es muy evidente. Sabemos lo que viene con el territorio”.

El entrenador de Los Angeles Clippers, Tyronn Lue —quien ganó un título con Cleveland en 2016 y eventualmente también fue despedido de allí— dijo medio en serio que los entrenadores tal vez deberían dejar de ganar premios.

“Ves el truco ahora: no ganes entrenador del año, no ganes un campeonato, porque te van a despedir en dos años... El criterio para ser contratado y despedido, ya no sé qué es”, dijo Lue.

Y Kerr fue aún más conciso. Los entrenadores están ganando más que nunca, señaló, pero los propietarios multimillonarios no tienen problema en pagar esos contratos si quieren hacer un cambio.

“No parece correcto, pero este es el negocio en el que estamos”, dijo Kerr. “Todos vamos a sufrir un destino similar en algún momento. Así es como funciona”.