Conociendo sus raíces Tyler Davis
El centro de sangre boricua llegó hoy a Puerto Rico para pasar el fin de semana.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Con 6’10” de estatura, 270 libras para repatir leña en la pintura y buenas destrezas ofensivas en la pintura, el jugador de ascendencia boriua Tyler Davis es una de nuestras esperanzas para el Equipo Nacional.
Pero para que juegue con nosotros, lo prudente es que primero conozca nuestra Isla y crearle un vínculo con la tierra de sus abuelos maternos, oriundos del pueblo el Utuado.
Para ello, el presidente de la Federación de Baloncesto de Puerto Rico, el licenciado Yum Ramos, lo trajo a Puerto Rico este fin de semana junto a su madre y a su abuelo con el fin de agasajarlo y tratar de enseñarle la Isla desde Aguada hasta Fajardo en el menor tiempo posible.
“Llegó el viernes en la tarde y estará aquí hasta el lunes. Queremos que vea quiénes somos, de donde vinimos. Que vea qué es Puerto Rico”, dijo Ramos a Primera Hora.
“Para él es su primera visita y se ve entusiasmado, receptivo. Para su mama es su segunda visita. Nuestro plan es tratar de llevarlos el sábado al Morro, al Yunque y hasta Loíza a comerse unos bacalaitos y alcapurrias. Luego el domingo queremos llevarlo a alguna playa”.
Ramos también indicó que cabe la posibilidad de que vayan al juego del BSN del sábado en el que Arecibo visita a Bayamón. Luego el domingo exploran la posibilidad de llevarlo al juego de Ponce en Aguada.
“Me gustaría que pudiera reunirse un ratito con Eddie Casiano, con José Juan Barea y con Carlos Arroyo. Estamos preparando esa logística ahora mismo”, dijo Ramos.
“Nuestra misión es hacerlo sentir bien y que en un futuro cercano tenga elementos para tomar una decisión. Lo ideal sería poder contar con el desde este verano y estamos trabajando esa parte también con su Universidad (para la Copa FIBA-Américas) en agosto”.
Davis viene de promediar 14.1 puntos, 7.0 rebotes, 1.4 asistencias y 0.9 tapones en apenas 26 minutos por juego mientras lanzó para un excelente 61.5 por ciento de campo en su segundo año en NCAA.