Christian García superó todo impedimento para perseguir su pasión por la fotografía deportiva
Sufrió daños cerebrales que afectaron el desarrollo de las destrezas motoras, pero ahora se dedica a la cobertura del deporte escolar.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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Los lentes de Christian García recolectan lo que acontece durante los torneos de baloncesto como fotógrafo oficial de Buzzer Beater, compañía que se dedica a la cobertura del deporte escolar y, a su vez, de las categorías menores en Puerto Rico.
El trayecto de García hasta convertirse en uno de los principales fotógrafos de los deportes escolares ocurrió por accidente y hasta podría catalogarse como un milagro.
“Mis dos hermanos mayores padecían de reflujos y, cuando nací, tenía los mismos síntomas y me comenzaron a tratar. Todo lo que comía lo vomitaba y, obviamente, el tratamiento que estaba recibiendo no funcionaba. Me fui desnutriendo poco a poco. El pediatra ordenó una radiografía de mi estómago y reflejó que era reflujo, pero los tratamientos no daban resultados”, relató García, de 27 años.
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En medio de la desesperación para determinar las causas, el pediatra se percató que las placas eran de otro paciente que, en efecto, padecía de reflujos.
Deciden hacer una nueva placa del estómago de García y descubren que tenía estenosis pilórica, una afección poco frecuente en los bebés que impide el ingreso de los alimentos al intestino delgado. El erróneo diagnóstico vino acompañado por unas severas consecuencias.
“Debido a la desnutrición que duró hasta los tres años de edad, hubo daño cerebral que impidió mi caminar y las destrezas motoras”, compartió García.
Comenzaron las intervenciones, que sumaron 16, para corregir los inconvenientes provocados por la negligencia en el hospital.
“Cuando me tratan el estómago, ese problema se resolvió, pero había un nuevo reto que era tratar de caminar. Cuando mis padres se percatan que tenía problemas motores me llevaron a distintos ortopedas y la mayoría llegó a la conclusión de que tendría que estar en una silla de ruedas porque no había remedios”, lamentó.
Sin embargo, los padres de García no se rindieron y continuaron la búsqueda de una solución.
“Fuimos a un doctor de ascendencia cubana y nos dijo que verificaría si podría caminar o no. Me tomó por las piernas y me tiró al piso. Cuando vio que tenía reflejos porque puse las manos en el piso para protegerme, determinó que tenía posibilidades de caminar”, recordó.
“Desde los tres años hasta los 15 mi niñez no fue normal. Cuando otros niños estaba jugando tenía que estar en un hospital. Fue difícil”, agregó.
Pero pasado el tiempo García ha logrado superar todos los diagnósticos y obstáculos.
García acudió a la Universidad Ana G. Méndez para completar estudios en Administración de Empresas con una concentración en contabilidad, pero sentía una atracción hacia los deportes.
“Siempre me han gustado. A pesar de mis condiciones pude jugar baloncesto y tuve una vida normal. Siempre veía a mis hermanos en los deportes y me atrajo. Al salir de la universidad, quise pertenecer a algo en deportes y es cuando surge Buzzer Beater. Mi hermano mayor tomaba fotos en los deportes escolares y con la necesidad de fotógrafos en ese momento comencé un fin de semana. Llevo siete años como fotógrafo oficial, pero también hago vídeos”, destacó.
Laborar con Buzzer Beater ha abierto otras puertas para García, quien se ha trazado unos objetivos.
“Lo veo como una profesión, no un pasatiempo. Tuve la oportunidad de trabajar con los Cangrejeros de Santurce cuando estaba José Juan Barea. Veo mi futuro con Buzzer Beater como fotógrafo. Me gustaría ser ejemplo para los jóvenes que quieran ser fotógrafos deportivos. Se puede lograr cualquier cosa siempre que tenga el interés de aprender. Sigo aprendiendo porque cuando uno deja de aprender, comienza a morir”, afirmó.
“Me gustaría tirar fotos en la NBA y en un Mundial de baloncesto. El cielo es el límite”, concluyó García.