Christian Dalmau sabe que su llegada a los Indios de Mayagüez ha provocado un dramático cambio en el juego del quinteto, especialmente en el área de las victorias.

Pero pese a que confía plenamente en lo que puede hacer, y por supuesto, en sus jugadores, no se atreve a hablar mucho del asunto de qué pasaba en Mayagüez y qué cambió para no “salarlos”.

Con 24 temporadas en el BSN, 10,570 puntos y un campeonato con los Vaqueros de Bayamón, Christian se conoce al dedillo lo que es la liga boricua y cómo funciona. Y toda una vida en lo que podría llamarse como una familia de la ‘realeza’ del básquet boricua, así como una carrera en el básquet en Europa y cinco años en Estados Unidos trabajando con jóvenes de escuela superior, le prepararon para este momento.

Fue anunciado el pasado 30 de abril como el nuevo piloto de La Tribu en sustitución de Xavier Aponte, quien renunció un día antes en medio de un arranque de 0-7. Los Indios fueron dirigidos por Bobby Porrata en los próximos dos encuentros con Christian de observador, y de inmediato vencieron a Guayama y a los campeones Capitanes de Arecibo. De ahí en adelante la racha ha sido de 5-3 y su marca global es de 7-10.

“Cogí un equipo en cero. Cuando llegué estaba en racha negativa. Y uno quiere acoplarse lo más rápido posible a lo que tiene de frente”, contó Dalmau. “A base de mi filosofía como entrenador y la que usé en mi carrera, los muchachos han ido trabajando juntos y todos estamos conociéndonos, porque para mí es una etapa nueva. Ellos tienen coach nuevo y yo tengo jugadores nuevos”.

“Lo primero que hice al ver el equipo, como hacen muchos entrenadores, es tratar de darle identidad. Yo creo que este equipo no tenía una. Y cada equipo tiene una diferente. Hay que buscar esa identidad, trabajarla y conseguir lo mejor que podamos”, manifestó el exintegrante el Equipo Nacional.

Una parte que ha provocado conjeturas en los pasados años es lo que pueda estar pasando en el camerino de La Tribu. En parte se debe a que, pese a que se sabe que cuentan con un núcleo de jugadores muy talentosos, algo pareció no engranar hasta ahora que llegó Dalmau, que la mejoría ha sido sumamente notable.

El martes, los Indios, sin Davon Jefferson en cancha debido a que está lastimado, resistieron 41 puntos y 16 rebotes del importado de los Mets, Ben Moore, y batallaron a muerte durante tres tiempos extra para ganarse a los subcampeones de la pasada campaña.

Desde la llegada de Dalmau a La Tribu, la mejoría en el juego de los Indios ha sido notable.
Desde la llegada de Dalmau a La Tribu, la mejoría en el juego de los Indios ha sido notable. (Facebook/ Indios de Mayagüez)

La llegada de Dalmau a los Indios coincidió con la firma del productivo refuerzo Jefferson y el envío de Melsahn Basabe a Humacao a cambio de Tyler Polo. El juego de Jaysean Paige, Christian Pizarro, Jordan Cintrón, Jared Ruiz, Lorenzo Jenkins y el importado Dwight Buycks, entre otros, ha alcanzado un nivel muy distinto al que tenían en aquel equipo de 0-7.

“¿Qué le faltaba al equipo? No te puedo decir. Yo solamente sé desde que llegué, le dije a los muchachos que yo adopté un 0-7. Cuando acepté dirigir el 0-7 pasó a ser mío. Les dije que no me enfoco en lo que pasó antes. Cada quien trabaja a su manera, y yo tengo la mía. Para unos es incómoda y para otros no. Tenemos que ajustarnos a lo que queremos. Como jugador tienes que adaptarte a lo que el entrenador quiere”, manifestó.

“De verdad no sé qué pasaba en este grupo. Con Flor (Meléndez) tuvieron 7-7 el año pasado. Luego lo cambiaron y tuvieron una temporada mala. Pero según lo veo, yo solo vine a implantar mi manera de trabajar. Fui bien claro con el dueño del equipo y con la gerencia de que si venía a trabajar, por la experiencia de mis años del baloncesto aquí, había unas cosas primordiales y no negociables”, dijo, aunque no quiso mencionarlas.

Expresó que para él un dirigente se tiene que adaptar a lo que tiene, a sus jugadores, y saber cómo posicionarlos para que ellos puedan lucir a la mayor de sus capacidades. Y pese a la furiosa reacción que han tenido, es el primero en decir que hay mucho, mucho trabajo por hacer.

“A este equipo le falta mucho por mejorar. Llevo solo dos semanas con ellos. Hay mucho trabajo que quisiera hacer pero no puedo porque ya estamos en medio de una temporada. El preseason es la parte más importante. Y con los juegos cada dos días y los ‘back to back’, no se puede practicar mucho”, contó.

“Lo más que me interesa es la consistencia y tratar de buscar la manera de posicionarlos. Es muy temprano. Siempre que hay un cambio, hay una reacción, pero mi enfoque ha sido buscar llegar a los .500 y después vamos mirando hacia donde podemos llevar al equipo. Hay que ser realistas de que en esta liga puedes empezar bien y terminar mal. Así que hay tener los pies en la tierra”, agregó.

Opinó que si hubiese tenido el equipo desde la pretemporada, hubiese ajustado el equipo a su manera. Pero con se llegada a mitad de temporada, es al revés: es él quien se ha tenido que ajustar a lo que está sucediendo.

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Posted by Indios de Mayagüez on Tuesday, May 17, 2022

“Es un poco difícil como entrenador, pero a la misma vez vamos a seguir trabajando en lo que nos está dando resultados. Ese es el mensaje que se lleva. Hasta ahora ha sido algo positivo. Esperamos podernos mantenerlos en ese ánimo positivo toda la temporada y terminar entre los primeros cuatro para luchar una clasificación. Pero, como le digo a los muchachos, lo importante es jugar para .500, porque estábamos siete juegos por debajo de los .500″, afirmó.

Si bien entiende que lo que están viviendo los Indios con dos triunfos ante Guaynabo, uno sobre Arecibo, uno sobre Fajardo y dos ante Guayama, dice que se enfoca en el día a día, no en el juego de mañana, sino en el de hoy.

“En esta liga no me puedo enfocar en lo que está pasando ahora mismo. Es trabajar el día y posicionarnos poco a poco. Si se me lastima un jugador no es que tengo un banco ilimitado. Hay que ir juego a juego. Ahora mismo Jefferson está lastimado. No sé cuanto tiempo estará fuera”, dijo

“Y si la temporada termina hoy, seguimos por debajo de los .500 y no clasificaríamos. Y si no clasificamos, para mí la temporada fue un fracaso. Es muy positivo lo que está pasando, pero es muy temprano para decirte ‘estamos bien’. Demasiado temprano”.

Christian dijo que todos los Dalmau, incluyendo al patriarca Raymond, son muy celosos con sus cosas y sus proyectos, y confesó que desde que llegó a la Isla no podido hablar de baloncesto con él. Y mucho menos con su hermano Ricardo, presidente del BSN, y podría crearse la percepción de un conflicto de intereses. Por ello, y por las circunstancias de su llegada al equipo a mediados de temporada, dijo que se ha mantenido trabajando fuertemente y conociendo a su equipo junto con su equipo de coaches.

Aunque había tenido cuatro ofrecimientos anteriores para dirigir en la Isla, dijo que no los había aceptado por que, cuando decidió retirarse, decidió llevarse a su hijo a Estados Unidos, donde quería estudiar, y por eso llevaba cinco años involucrado con el baloncesto de escuela superior en Texas y Florida. Este año, con el torneo más en el verano, no afectaba tanto sus planes, y decidió aceptar.

Y aunque sean celosos los Dalmau con su trabajo, Christian sabe que si necesita un consejo, puede llamar al ‘viejo’ y consultarle, porque sabe que el ‘viejo’ se siente muy orgulloso de lo que él está haciendo.

“Hemos hablado solo de familia. Me ha escrito mensajes de que estaba viendo uno de los juegos por televisión y que iba a ir a la cancha a ver otro”, dijo Christian. “Yo sé que él tiene que estar orgulloso. Hemos estado tantos años en esto, y sabemos cómo se maneja esto, que por eso es que damos ese espacio. Porque él sabe que hoy estoy bien, pero mañana puedo estar chava’o y él va necesitar dar el ‘support’. Sé que como papá él tiene que sentirlo, porque cuando cualquier padre que ve a su hijo bien en cualquier nivel siempre siente orgullo”.